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¿Cómo sé si tengo un colon irritable?

El Síndrome de Intestino Irritable es un trastorno frecuente, que se encuentra dentro de los disturbios funcionales del aparato digestivo, junto con la dispepsia y la constipación funcional, entre otros.
 

Por El Litoral

Domingo, 21 de noviembre de 2021 a las 01:03

El síndrome de intestino irritable (SII), según la Sociedad Argentina de Gastroenterología (Sage) es un trastorno funcional del aparato digestivo en el que el dolor abdominal recurrente se asocia con alteraciones en la defecación o cambios en el hábito evacuatorio. En estos desórdenes predominan los síntomas crónicos que pueden ser muy intensos y comprometer la calidad de vida del paciente, sin que se pueda demostrar daño o lesión significativa en el aparato digestivo.
Se estima que entre el 9 y el 22 % de la población occidental tiene síntomas de SII. En nuestro país la prevalencia de SII es de aproximadamente un 12 %, siendo más frecuente en mujeres (15 %) que en hombres. Según el último consenso la Sociedad Argentina de Gastroenterología (Sage) define al Síndrome de Intestino Irritable como un desorden caracterizado por la presencia de dolor abdominal recurrente o persistente asociado a dos o más de los siguientes:
l Dolor relacionado con la evacuación (pudiendo mejorar o empeorar).
l Cambio en la frecuencia en las deposiciones.
l Cambio en la consistencia de la materia fecal.

Dichos síntomas deben estar presentes al menos una vez por semana en los últimos tres meses con inicio de los síntomas seis meses previos a la consulta.
Como surge de la definición, el criterio fundamental para el diagnóstico de intestino irritable es la presencia de dolor abdominal. No existe intestino irritable en ausencia de dolor con la frecuencia y antigüedad descripta. En caso de alteración del ritmo evacuatorio sin dolor abdominal deberíamos hablar de constipación funcional o diarrea funcional. Es frecuente además la presencia de otros síntomas como la distensión abdominal, así como también la superposición con otros trastornos funcionales del tubo digestivo.
Se puede clasificar al Síndrome de Intestino Irritable en distintos subtipos según las características de la materia fecal, teniendo en cuenta la consistencia y frecuencia de las deposiciones en aquellos días en los que se produce al menos una deposición anormal. Estos subtipos son Síndrome de Intestino Irritable a predominio diarrea, predominio constipación, mixto o inclasificable.
Esta tipificación se puede establecer confiablemente en pacientes sin tratamiento, sin embargo, al ser variables del mismo trastorno, frecuentemente se trata de procesos dinámicos, en el que aquellos con predominio de heces blandas y alta frecuencia evacuatoria, evolutivamente y en forma episódica pueden presentar temporadas de heces duras y poco frecuentes.
Es importante en el interrogatorio evaluar la dieta que realiza el paciente (consumo de harina, café, frutas y verduras, jugos de frutas, gaseosas, chicle, etc.) ya que la misma puede desencadenar o exacerbar síntomas, así como también sucede con diferentes factores estresantes en lo psicosocial. El estado emocional suele tener un papel importante en estos pacientes, agravando la intensidad de los síntomas y la frecuencia de su presentación.
El tratamiento del trastorno, al no estar claras las causas, suele abordarse desde lo sintomático según el síntoma predominante en cada paciente (dolor abdominal, diarrea, constipación), recomendándose un esquema escalonado que se inicia con el uso de antiespasmódicos y regularizadores del tránsito intestinal, pudiendo involucrar más adelante la administración de antibióticos no absorbibles como la rifaximina o neomicina, agentes quelantes de ácidos biliares (colestiramina) o bien antidepresivos a bajas dosis que actuarían sobre la hipersensibilidad visceral (amitriptilina o paroxetina).
En todos los casos, el tratamiento adyuvante con psicoterapia parece ser de utilidad, mejorando la adherencia y resultados a largo plazo. Lo más importante es que la persona que sufre Síndrome de Intestino Irritable tenga un diagnóstico correcto y comprenda que, más allá de las molestias, este problema no induce otras patologías como enfermedades intestinales más severas o cáncer.
Comprender la verdadera significación que tienen los síntomas y descartar patologías orgánicas, suele acarrear alivio y mejoría del cuadro. Por otra parte, se dispone para los casos más severos de diferentes drogas que ayudan a disminuir la sensibilidad intestinal directamente involucrada en la génesis de los síntomas.
Más información: Sociedad Argentina de Gastroenterología (Sage) www.sage.org.ar  

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