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La libertad de viajar y volver

Por El Litoral

Jueves, 25 de marzo de 2021 a las 01:42

Segunda ola, nuevas cepas y otra vez el creciente comentario sobre un confinamiento que intenta avanzar ante la barrera de una economía que no puede parar más. Mientras tanto, las restricciones preventivas del coronavirus ganan un espacio lateral por términos de dudosa consistencia.
Una posibilidad es la que encierra a los argentinos que están en el exterior en un laberinto angustiante: perder la libertad de un retorno adecuado.
En una columna de opinión de claridad meridiana, ayer el especialista Jorge Grispo indicaba en Infobae: “Es irrazonable un decreto que restrinja la libertad de quienes viajen al exterior y los encierre en un hotel para hacer cuarentena, en tanto los medios que se arbitran no se adecúan a los fines cuya realización procuran, consagrando una manifiesta inequidad”.
“Veamos la hipótesis que nos proponemos analizar. Para los amantes del fútbol la expresión “buscapié” no resulta ajena: se trata de un centro al ras del piso buscando algún “pie” que acierte y marque un gol. En política, se entiende como un recurso para indagar solapadamente la opinión ajena o, como se suele decir, para ponerle el “termómetro” a la opinión pública”.
“La versión que se dio a conocer días atrás en relación a la posibilidad de que quienes retornen del exterior al país, sin síntomas de covid-19, sean recluidos forzosamente en un hotel para hacer una cuarentena obligatoria resulta, por donde se la mire, tan burlesca como inconstitucional. Hay ciertos límites que el Estado no puede traspasar”.
“Para ser más claros aún: que el Estado disponga en virtud de la pandemia sanitaria la necesidad de hacer una cuarentena al regresar del exterior no es un aspecto que se discuta en modo alguno. Lo que no puede hacer es imponer para quienes no presenten síntomas de covid-19 una cuarentena forzosa “encerrados” en una habitación de hotel cuando pueden, como se hizo hasta la fecha, realizarlo en sus hogares con los controles y cuidados del caso”.
“Hasta aquí, el “buscapié” que hemos conocido a través de los medios de información y alguna que otra escueta declaración de funcionarios públicos. Lo anterior nos lleva a reflexionar, quizás, anticipadamente. Pero es necesario el ejercicio de la libertad de opinión sobre la razonabilidad de tal posibilidad y, en caso de concretarse, si se ajusta a derecho o no, ya que la legalidad de toda regulación de la libertad de los ciudadanos no puede saltarse la vara constitucional”.
“No se trata de menoscabar las atribuciones del Estado en el cuidado de la salud pública, sino de sostener y equilibrar los derechos que a los ciudadanos le confiere la Constitución Nacional con la finalidad de evitar que se vulneren los derechos por ella amparados. Se trata de buscar un justo equilibrio, el mismo que no supimos conseguir con el vacunatorio vip, la horda de vacunados “ante tempus” y la utilización política de la vacuna”.
“Resulta de importancia lo dicho por la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 9 de abril de 2020 en cuanto a los derechos humanos y el covid-19: “Los problemas y desafíos deben ser abordados con perspectiva de derechos humanos y respetando las obligaciones internacionales”. De modo tal que cualquier tipo de medida que deba adoptar un Estado para el cuidado de la salud pública se realice respetando los derechos individuales de las personas alcanzadas por esa regulación”.
“Con lo cual, si el objetivo es poner en cuarentena al viajante, nada obsta a que esa cuarentena la lleve adelante en su hogar, de modo tal que “imponer por la fuerza del Estado”, que sea realizada a “modo de castigo” en un hotel pago por el viajante, resulta un acto que excede el marco de la razonabilidad y atenta directamente contra los derechos humanos de las personas involucradas, y por ende esa regulación es inconstitucional.
Y reiteró que “estamos hablando de un ciudadano que regresa del exterior, por el motivo que fuere, y no tiene síntomas de coronavirus y presenta un hisopado negativo. 
En este caso, pretender encerrarlo fuera de su hogar deviene en un acto arbitrario que busca más el castigo que la prevención.
 La libertad es inherente a la condición humana y, por ello, el hombre es absoluto responsable del uso que haga de ella. 

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