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Aledo Luis Meloni o la copla viajera que nos suena dentro

Nació en Estación María Lucila, provincia de Buenos en 1912 y falleció en Resistencia, en 2016. En 1937 se radicó en el Chaco donde ejerció la docencia. Por su larga trayectoria poética recibió numerosas distinciones como: Mención del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación (Región Litoral), 1972, Faja de Honor de la SADE Central, 1977, Caballero de la República Italiana, 1982, Premio Mayor Notable ilustre de Resistencia. Algunos de sus poemarios son: “Tierra ceñida a mi costado” 1965; “Rama y ceniza”, poemas y coplas, 1966; “Coplas de barro”, poemas y coplas, 1971; “Como el aire y el día”, coplas, 1974; “Costumbre de grillo”, “Antología”, 1988; “Antes que sea de noche”, 1990; “Leve fulgor”, poemas y coplas, 1995, etc.

Domingo, 01 de agosto de 2021 a las 01:03

Ciento tres vueltas al sol y un largo suspiro dio el poeta Aledo Meloni. Ciento tres veces como la invocación de un verso homérico, espada ardiente de quebracho, flecha roja su lengua con punta de estrella. El hombre-raíz, de sangre ardiente y sosegada. Raíz de temblor con vocación de cuásar. Ciento tres veces y un suspiro el viajero de la copla. Don Aledo, que entre tristezas y alegrías perdió la “ele” de su nombre y mantuvo encendida para siempre la antorcha del “aedo”. Aedo exquisito, nieto de Manrique, hijo de Machado, hermano de Atahualpa, padre de un decir para sentirnos menos solos, para que la verdades de “arriba” copulen (copla) con las de “abajo” y superemos nuestra medianía. Aunque nacido en provincia de Buenos Aires, nuestro asaltante de hoy se plantó quebracho errante en el Chaco, donde se extravió hermosamente como salteador de caminos, visibles e invisibles: “El viento norte bramaba. / Todo el territorio ardía / en una inmensa fogata. / Muy lejos, alucinado, / un crespín se desangraba. / Mañana / de noviembre en la memoria / y en la añoranza. / Mi corazón aquel día / cómo olvidarlo, / era también una brasa”.
Su palabra austera, tierna a veces, punzante otras, supo ejercer (y lo sigue haciendo) su magisterio en la poesía chaqueña: con la sabiduría de ser delgada sombra, abrazo o cuchillada certeza. Con la paciente y ardiente paciencia de dar ciento tres vueltas al sol y dejar encendida su “lámpara de amor”.
¡Salud, poesía y libaciones!

Muestrario mínimo

Copla 
Bajo un árbol pensativo 
tiene al fin lo que pedía: 
la tierra que le negaron 
cuando en la tierra vivía.

Copla
La vez que anduvo más solo 
creó el hombre la guitarra; 
las penas, que saben mucho, 
le enseñaron a pulsarla.

Viejo poema
Cuando te evoco, madre, 
me parece que todo 
recupera la forma del ángel y su voz; 

y que voy, de tu mano, 
desandando el asombro: 
los antiguos caminos que venían de Dios. 

Y la palabra se me vuelve niña: 
paloma, 
grillo, 
lámpara de amor; 

y descubro en tus ojos el corazón del mundo, 
abierto a la esperanza como una achira en flor.

Copla 
La voz más fiel de la tierra 
no es la que anda en el aire; 
es la que nos suena dentro, 
junto al rumor de la sangre.

Copla 
Quise disfrazar mi pena 
y llevarla al carnaval; 
por más que anduve buscando 
no pude hallarle disfraz.

Copla
A dónde irás, alma mía, 
que no te duela mi culpa, 
si mi culpa es una herida 
que no cicatriza nunca.

Emily Dickinson
Emily, sólo 
para que tú me miraras, 
puesto a elegir mi destino 
hubiera sido la flor 
que se abría en tu ventana;

o el inquieto petirrojo, 
al que tu amor distinguía 
cada mañana. 
Emily, sólo 
para que tú me miraras. 

No habría vivido en vano 
en el anillo del día, 
en su perfecta metáfora. 

Emily, la eternidad 
hubiera sido tu dádiva.

Mapa
Cuando de todas las voces 
haga su voz el amor, 
¿qué oído podrá cerrarse
al grito de su razón? 

Cuando de todos los sueños 
haga su sueño el amor, 
¿qué pecho le pondrá diques
 al río de su emoción?

Cuando de toda la tierra 
haga su patria el amor, 
¿quién dibujará murallas 
en ese mapa de Dios?

Copla 
Si el alma el amor no abreva
en su fuente natural, 
beba en la fuente que beba 
siempre con sed andará

Visión
Desnuda como un relámpago 
te vi, poesía pura; 
pero sólo por el ojo 
de la cerradura. 

Te vi como te soñaba: 
en tu espléndida hermosura; 
pero sólo por el ojo 
de la cerradura.

Como un chasque 
A galope tendido como un chasque, 
el viento norte baja. 

Le sangran las espuelas; 
trae la sed del trópico enancada. 

Un rumor de noticias agoreras deja a su espalda. 
Le sangran las espuelas y los estribos se le desbaratan. 

A galope tendido como un chasque,
el viento norte baja. 

Para verlo pasar la polvareda 
del ovillo del sueño se levanta.

Divina ceguera
De los amores del hombre,
ninguno como el primero;
andar de asombro en asombro,
casi sin tocar el suelo.

Llevar en el alma todo
el azúcar de un Ingenio;
y no imaginar siquiera,
y no imaginar ni en sueño
que pueda haber un engaño,
que pueda existir el tedio;
creer que toda la vida
es así; un deslumbramiento.

Por su divina ceguera,
por ser tan niño, tan crédulo,
de los amores del hombre
ninguno como el primero.

Mañana de noviembre
Mañana
de noviembre en el oeste.

Como a un diapasón gigante
el fragor de las chicharras
hacía vibrar el monte.

El viento norte bramaba.

Todo el territorio ardía
en una inmensa fogata.

Muy lejos, alucinado,
un crespín se desangraba.

Mañana
de noviembre en la memoria
y en la añoranza.

Mi corazón aquel día
cómo olvidarlo,
era también una brasa.

Coplas de ayer
Riqueza y trabajo el monte
reparte como a destajo:
para el gringo la riqueza
y para el criollo el trabajo.

Antigua copla del norte
que alguien cantó alguna vez,
cuando era La Forestal
coto feudal del inglés.

Hermandad
En el reparto del pan
nuestros hermanos, los grandes,
se reservaron la hartura
y nos dejaron el hambre.

En el reparto final
nuestros hermanos, los fuertes,
se reservaron la vida
y nos dejaron la muerte.

Si alguno se queja es sólo
por el gusto de quejarse,
que el reparto ha sido justo
y la hermandad, admirable.

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