Los funcionarios municipales y los operarios de la empresa concesionaria del servicio de agua potable intentan encontrarle una explicación al nuevo hundimiento de una calle que ya fue dos veces reparada y dañó las casas de los vecinos.
Las primeras hipótesis que manejan los ingenieros que analizan el hundimiento de la calle General Paz casi Vélez Sarsfield es que las lluvias asentaron el terreno y que eso provocó un socavamiento.
El subsecretario de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad, Jorge López Monaje, dijo a El Litoral: “No puedo decir cuál es el verdadero problema porque aún estamos trabajando en eso”.
Además desmintió que se trate de un bache, sino que lo sucedido solo se debe al “asentamiento del suelo debido a las lluvias.”
Las lluvias de esta semana dificultan el trabajo del personal en el lugar debido a que deben socavar a más de 8 metros de profundidad.
A mediados de marzo se produjo un gran cráter en esa misma calle. El desprendimiento del pavimento hizo que se rompan las cloacas y provocó un descalce pluvial por lo que se debieron cambiar los caños cloacales y luego se avanzó con el proceso de rellenado del suelo. Pero a las semanas se produjo un descenso del suelo, se presume que por las lluvias del mes que habrían humedecido las napas Las tareas de reparación costaron 7 millones de pesos, pero ahora nuevamente tienen que detectar cuál es la razón del hundimiento.
Por su parte, los vecinos se habían quejado porque este bache había destruido parte de sus viviendas. Además, por el lugar siguen circulando vehículos de gran porte aunque la calle no está en buenas condiciones.
Los vecinos alertaron que en sus casas se produjeron grandes rajaduras en las paredes y los pisos debido a los problemas en la infraestructura vial. Plantearon que la situación afecta a su economía, ya que mientras los arreglos se realizaban, la calle permanecía cerrada y sus emprendimientos perdían clientela.
La calle estaba inhabilitada para circular y luego del saneamiento dejaron los caños en la vereda que obstruían el paso y que emanaba un olor desagradable.
Además, se quejaron porque no hay controles y los camiones de gran porte circulan por calle, pese a que está prohibido.
Advirtieron que en cualquier momento habrá daño o consecuencia irreparable. Cuando preguntaron quiénes eran los responsables de lo ocurrido no obtuvieron una respuesta. Por esa razon quieren acudir al Concejo Deliberante. Aún no existe ningún reclamo formal.