Luego de dos años, 300.000 jóvenes y adultos del NEA peregrinaron a Itatí

Enviada especial

Jóvenes y adultos partieron ayer desde la ruta 12 rumbo a la Basílica de Itatí. Luego de dos años sin la tradicional caminata, la Peregrinación Juvenil del NEA se retomo ayer con el lema “Por una iglesia sinodal”, que refiere a una institución que escucha. En pleno mediodía, llegaron personas de diferentes ciudades del interior de Corrientes para arribar a la medianoche a Itatí. 

Eran las 12 del mediodía de un sábado caluroso y con un sol radiante, como la sonrisa de los peregrinos que lentamente llegaban a la posta de inicio de la 43ª edición de la Peregrinación Juvenil del NEA, los grupos de coordinadores se distribuyeron sobre la ruta. 

Con pecheras azules, gorras, lentes y mucho olor a protector solar, 80 coordinadores,  dispuestos en 15 camionetas que se ubicaban al borde del kilómetro 1036 de la ruta 12, ayudaban a cada viajero.“Nosotros somos entre 10 a 15 por diócesis. Nos organizamos en combis y vamos por kilómetros todos distribuidos. Va gente mezclada y lo que hacemos es velar por la seguridad del peregrino”, contó a El Litoral Noelia Piccolo, coordinadora de la diócesis de Reconquista. 

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Con el correr de los minutos llegaron los primeros peregrinos. Mercedes, Goya, Juan Pujol, Libres, Santo Tomé eran algunas de las localidades de donde arribaron los peregrinos. Todos identificados con algún color o bandera que los diferenciaba del resto. ¿Lo que todos tenían igual? La sonrisa en el rostro y la convicción de que ese sería un día hermoso. 

“Tenemos una ansiedad increíble. Desde junio lo estamos preparando. Somos de Santo Tomé de la parroquia San Juan Bautista, vinimo 23 personas”, contó Liliana a El Litoral, la encargada de guiar al grupo de esa comuna. 

“Pagamos para venir porque estamos muy felices. Yo vuelvo a peregrinar después de muchos años. En su momento tenía 14 y hoy tengo  56 años”, contó a este medio Mercedes Correa, de Villa Olivari. “Venimos con la fe y la esperanza, pero también con agradecimiento. Nos tocó un día hermoso y eso significa que la Virgen quiere que vayamos a su casa”, sumó. 

El recorrido por esa zona de la ruta era un momento de alegría. Había música y muchas palmas. Y aunque los grupos llegaban a saludar a la imagen de la Virgen de Itatí apostada en una camioneta, rápido emprendían viaje. 

Los primeros contingentes fueron recibidos por el monseñor Adolfo Ramón Canecín, de la diócesis de Goya. Con zapatillas deportivas azules y manos en alto, el sacerdote tenía un pedido especial para los jóvenes y adultos que arribaban: bendecir. 

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Canecín alentaba a los peregrinos a que levantaran las manos en señal de bendecir a todos los amigos y familiares alrededor. “Hagamos que nos pregunten si peregrinamos con las manos o con los pies”, dijo sonriente. 

Luego, alrededor de las 15, llegó a la zona monseñor Andrés Stanovnik para bendecir a los peregrinos. 

Los viajeros se preguntaban sobre si el obispo caminaría hasta la casa de la Patrona de Corrientes. La duda se disipó cuando Stanovnik comentó que no podría peregrinar por razones de salud. “Aun así, es necesario entender que la peregrinación, más que física, es virtual. Así que celebremos por eso”, manifestó.

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El lema de este evento era peregrinar por la iglesia sinodal. La idea era confirmar que la Iglesia es una institución que escucha. “Ofrezcamos esta peregrinación no solo por las intenciones personales o familiares, también por nuestra patria argentina. Para que la Virgen interceda y se puedan generar puentes de diálogo. Que podamos asumir lo que nos dice el pai Julián Zini ‘convéncenos de que por tener un padre Dios, somos hermanos’”, pidió Canecín. 

Tras la llegada de los jóvenes de Capital y zonas aledañas, la imagen de la Virgen ya se alistaba para volver a la Basílica. Mientras, las palmas, los cantos y las alegres risas se perdieron en el horizonte rutero.