El exastro brasileño Pelé, fallecido a los 82 años el jueves pasado, fue sepultado ayer en un noveno piso de un cementerio vertical mirando hacia la cancha del club Santos, donde sus restos fueron velados durante 24 horas en las que desfilaron por el campo de juego 230.000 personas, entre ellas el presidente de Brasil, Lula Da Silva.