Que el Ford Falcon fue uno de los modelos más versátiles de la historia no es novedad. Que sirvió como base para la fabricación de otros productos de la marca, tampoco. Pero sí sorprende un antecedente poco conocido en el historial del que sin dudas ha sido el vehículo más solicitado por la familia tipo argentina y es el hecho de que, además de todas las versiones que se ofrecieron a lo largo de su existencia, hubo un furgón made in Estados Unidos que se valió de la plataforma de nuestro mentado “halcón” y utilizó su nombre.
En otras palabras: hubo (y sobreviven numerosas unidades al norte del río Colorado) una van Ford Falcon, es decir, el mismo auto presentado a principios de la década del 60 pero frontalizado de modo tal que su tradicional motor naftero de seis cilindros iba colocado por detrás del eje delantero, mientras que sus ocupantes debían sentarse a los costados de dicha planta motriz, cubierta por una caparazón insonorizadora.
A la Argentina llegaron escasos especímenes de este Falcon “ñato”, pero como para muestra basta un botón sólo hay que remitirse al sitio especializado “Vade Retro”, donde el avezado periodista Diego Speratti presenta un informe sobre esta rara avis de la familia Falcon con las correspondientes imágenes. En ellas puede verse a un perfectamente conservado Falcon Club Wagon, bastante conocido (por su saludable apariencia) en el barrio porteño de Núñez.
El detalle que Diego Speratti compartió con sus seguidores (entre los cuales quien esto escribe se encuentra) es que la unidad en cuestión conserva incrustada en los vértices superiores de las puertas delanteras la iconográfica palabra “Falcon” en letras cursivas, identificatoria de las primeras generaciones del popular compacto producido desde 1963 en la planta bonaerense de Pacheco.
Según cuenta Diego, la plataforma del Falcon fue utilizada en la casa matriz para numerosas opciones del portafolio que ofreció la marca del óvalo en los años 60. Empezando por el Mustang, el deportivo que lo superó en charme, sobre la misma base fueron construidos la camioneta Ranchero, la coupé Mercury Cougar, el Ford Maverick (famoso en Brasil), el Mercury Comet (algunos de los cuales llegaron importados a nuestro país) y otras ramificaciones menos esmeradas como el Ford Granada, el Mercury Monarch y el Lincoln Versalles.
Entre tantas derivaciones, no podía faltar la opción delivery o “panel” como solían llamarse a los furgones en la posguerra norteamericana. Y fue con el Falcon como punto de partida que nació la denominada Serie E, más tarde conocida como Econoline, en dimensiones más contenidas que los productos de escalafón superior enmarcados en la Serie F.
El Club Wagon presentado en la página web “Vade Retro” viene a ser el equivalente a una minivan de transporte ejecutivo como las que actualmente ofrecen las marcas orientales Huyndai (con su conocida H1) o Toyota (con su reaparecida Hiace), ya que posee tres filas de asientos y capacidad para ocho pasajeros que pueden ascender por las seis puertas disponibles: dos delanteras, dos en el lateral derecho y dos posteriores para el equipaje.
El interior de la van Falcon luce con la misma calidad de todo el conjunto, sin lujos ni accesorios superfluos, tal como era la filosofía que caracterizaba a este tipo de vehículos hace seis décadas. Y pueden percibirse evidentes signos del family feeling con otros modelos de la marca como el velocímetro circular central, el volante de tres rayos y la selectora de cambios montada sobre la columna de dirección.
Hasta aquí llega esta indagación sobre esta rareza mecánica. En los anhelos del autor (disparados prontamente por las oportunas fotografías del amigo Speratti) anida a partir de ahora el irrefrenable deseo de conocer al dueño de tan singular vehículo, hacer buenas migas y subir a la butaca izquierda para probar el desempeño de algo impensado por el fanático argentino: el Falcon sin trompa.