El sindicalista bancario Juan José Zanola falleció este domingo, a los 90 años. Padecía una enfermedad en los pulmones y había estado con internaciones espaciadas durante los últimos meses, según confirmaron fuentes de la Asociación Bancaria (AB), la organización gremial de la que Zanola fue secretario general hasta caer preso por el caso de la mafia de los medicamentos, una investigación judicial en la que se buscó probar el nexo entre droguerías, obras sociales y el propio Estado para obtener reintegros indebidos por supuestos tratamientos médicos de alta complejidad.
Zanola, que estuvo internado en el Policlínico de la AB, fue titular del gremio de los bancarios desde 1983, cuando fue electo con el 70% de los votos, hasta el 1° de diciembre de 2009, cuando lo sucedió el actual jefe de ese sindicato, Sergio Palazzo.
El sindicalista, que estuvo dos años preso, fue acusado de ser el jefe de una asociación ilícita que comercializaba medicamentos adulterados. Al caso lo llevó el juez federal Norberto Oyarbide, pero luego el caso se frenó porque hubo denunciantes que se desdijeron y la Cámara objetó la instrucción del juez. Oyarbide mandó por entonces a juicio al ex funcionario kirchnerista Héctor Capaccioli, a la mujer de Zanola y exdirectiva del Policlínico Bancario (POBA), Paula Aballay, y al dueño de la droguería San Javier, Néstor Lorenzo.
En diciembre de 2011, la Cámara Federal ordenó la excarcelación de Zanola, su mujer y de otros procesados en el mismo expediente porque llevaban más de dos años detenidos sin condena. Pasó por los penales de Devoto, Marcos Paz y Ezeiza.
Tras recuperar su libertad -pagó 700 mil pesos de fianza-, el ex secretario general de la Asociación Bancaria acusó a Oyarbide de montar una “campaña” en su contra.
Zanola se incorporó al gremio bancario de joven. En 1959, participó activamente de la huelga de entidades bancarias que duró más de tres meses y que le costó estar detenido 45 días en la cárcel de Caseros. El bancario, además, era un amante del fútbol y fue presidente del Club Atlético Huracán.
Durante los 90, fue uno de los sindicalistas más alineados con el menemismo. “Soy un soldado de Menem”, fue una de las frases que marcó al bancario. Luego se acomodó con el kirchnerismo.