Con la presencia de destacados artistas que rinden culto a este genio del jazz como Jorgelina Alemán, nieta de Oscar, Walter Malossetti, Ricardo Lew, Miguel ‘Botafogo‘ Vilanova y Ricardo Pellican este festival comenzó su historia en el año 2002 y se prolonga en el tiempo como el uno de los pocos festivales de estas características en el país.
El Concurso Internacional de Guitarra Jazz ‘Oscar Aleman‘ esta destinado a la promoción de jóvenes talentos que desarrollan el genero jazzístico en la guitarra tanto eléctrica como acústica.
Hay en nuestro país y en la región del MERCOSUR una inagotable fuente de talento abocado al culto de esta música universal, que con enfoque original desarrollan un estilo propio de genuina valía que no deja de representar a nuestra región en el lenguaje del jazz.
JURADOS RECONOCIDOS
El jurado, integrado en esta ocasión por grandes maestros Argentinos, Ricardo Lew y Ricardo Pellican, otorga un peso especifico a este evento. Y como valor agregado el concierto de cierre con ganadores y el mismísimo jurado en un encuentro único.
Los ganadores, además de llevarse un importante jalón en su carrera, tienen por premio equipamiento de primera calidad.
Los ganadores del primer concurso (2003) fueron: 1ª premio, Matías Arriazu de la Ciudad de Formosa, 2º premio, Roque Monsalve de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 3º premio, Emiliano Aguilar de Los Polvorines, Pcia. de Buenos Aires.
Las bases del concurso están disponibles en el sitio web del Complejo Guido: www.ecomchaco.com.ar/guidomiranda
OSCAR ALEMAN
Argentino, casado, nació en el Chaco el 20 de febrero de 1909.
Su padre, guitarrista folklórico, formaba parte del conjunto que integraban los hermanos Carlos, Jorgelina y Juana. Oscar, de 6 años, ya actuaba en los escenarios; se hizo bailarín de malambo de 1915 en Buenos Aires, en el Teatro Nuevo (hoy Municipal San Martín).
Quedó solo a los 10 años pero, pese a esto, en 1920, enfrenta su destino con el ‘caquinho‘, pequeña guitarra de cuatro cuerdas.
Extraordinario músico intuitivo, en 1926 tocó en cafés y boites con Gastón Bueno Lobo, guitarrista con quien formó dúo.
Fue autor de un tango que estrenó Agustín Magaldi; actuaba mucho en radio alternando con Carlos Gardel en Francia y se vinculó con Enrique Santos Discépolo en espectáculos de revistas.
En 1932, en Europa, es requerido por Josephine Baker y ella se vio seducida por ese pequeño hombrecito que hacía prodigios en la guitarra, zapateaba, cantaba, bailaba y tenía buen humor.
La invasión a París en 1940 y las penurias de la repatriación lo hicieron moverse por toda Europa, donde conoció a Louis Armstrong , Duke Ellington y Django Reinhardt, quienes lo guiaron hacia el mejor jazz, actuando en el Hot Club de Francia como protagonista de jornadas inolvidables.
Buenos Aires lo redescubrió y su éxito fue súbito y desbordante, porque frente al predominio del jazz melódico de la década del 40, el swing de Oscar Alemán irrumpió con salvajismo e irreverencia que impactó al público con ‘Rosa Madreselva‘, batiendo todos los récords hasta los años 50.
Diez años después formaba pacientemente, con su humildad de maestro, a jóvenes instrumentistas. Luego de muchos años de angustia que lo alejaron, una generación joven lo aplaudió como nunca.