HERZOGENAURACH. No son muchos los entrenamientos que se pueden observar del seleccionado argentino, pero de lo poco que se puede ver, se puede decir que los arqueros del plantel Roberto Abbondanzieri, Oscar Ustari y Leonardo Franco, son los más exigidos y los tres se muestran unidos y solidarios en cada práctica, como en cada partido.
Debe ser duro para Ustari y Franco saber que tienen muy pocas chances de jugar, porque salvo por lesión o suspensión, Abbondanzieri se transformó, después de muchas dudas, en un indiscutido de este equipo, porque fue clave en los cuatro partidos que jugó el seleccionado argentino y no saldrá nunca del equipo.
Igual, la buena onda entre los tres arqueros se nota a la distancia. Están metidos en el Mundial y quieren llegar lo más lejos posible.
Por lo general en el predio deportivo del hotel donde se concentra el seleccionado argentino, en la pequeña ciudad de Herzogenaurach, los primeros en salir a la cancha son los arqueros, quienes aparecen acompañados por los chicos del Sub 20.
Entonces sale a la cancha Ubaldo Matildo Fillol, uno de los mejores arqueros de la historia del fútbol argentino, para exigirlos duro y parejo.
“La verdad es que estamos trabajando mucho, lo nuestro es diferente a los de los hombres de campo, pero vamos por el buen camino”, expresó Abbondanzieri.
Primero es la entrada en calor y luego a trabajar con Fillol. Van rotando en los movimientos, van de un lado para el otro en el arco, mientras los juveniles los “pelotean”.
Uno de los momentos más interesantes de la práctica es cuando Abbondanzieri ensaya las salidas de volea desde el arco, porque la perfección que demuestra es extraordinaria.
Y eso se vio reflejado en todos los partidos, sobre todo ante Costa de Marfil, en el debut mundialista, cuando de sus pies salió una contra, con un pase perfecto para Javier Saviola, quien tuvo que ser detenido con una falta, y de ese tiro libre se produjo el primer gol de Argentina en la Copa del Mundo, el que marcó Hernán Crespo.
“En el fútbol hay que trabajar todo, por suerte entrenamos esas jugadas para salir rápido y pueden ser una variante en un partido apretado”, expresó Abbondanzieri.
Se nota que la relación entre los tres arqueros es buena, se ayudan mutuamente, se cargan y se entrenan duro y parejo.
“Sabemos que hay que estar listos para cuando el técnico lo decida. Por ahí en el puesto de arquero es más complicado tener una chance de jugar porque hay un titular, al que nosotros tenemos que apoyar a muerte”, sostuvo Leonardo Franco.
Los periodistas que están en Alemania todavía no le conocen la voz a Oscar Ustari, porque el arquero de Independiente no tuvo contacto alguno con los medios.
Seguramente esto parte de una orden del cuerpo técnico, teniendo en cuenta que su llegada provocó la salida del arquero de River, Germán Lux, quien parecía un número puesto para estar en el Mundial de Alemania 2006, y no quieren que se generen polémicas alrededor del grupo que se concentra en Herzogenaurach.
“A mí me pone contento que el grupo esté bien y que Roberto (Abbondanzieri) esté en un gran momento, porque era algo que él estaba buscando”, comentó José Pekerman.
Debe ser duro para Ustari y Franco saber que tienen muy pocas chances de jugar, porque salvo por lesión o suspensión, Abbondanzieri se transformó, después de muchas dudas, en un indiscutido de este equipo, porque fue clave en los cuatro partidos que jugó el seleccionado argentino y no saldrá nunca del equipo.
Igual, la buena onda entre los tres arqueros se nota a la distancia. Están metidos en el Mundial y quieren llegar lo más lejos posible.
Por lo general en el predio deportivo del hotel donde se concentra el seleccionado argentino, en la pequeña ciudad de Herzogenaurach, los primeros en salir a la cancha son los arqueros, quienes aparecen acompañados por los chicos del Sub 20.
Entonces sale a la cancha Ubaldo Matildo Fillol, uno de los mejores arqueros de la historia del fútbol argentino, para exigirlos duro y parejo.
“La verdad es que estamos trabajando mucho, lo nuestro es diferente a los de los hombres de campo, pero vamos por el buen camino”, expresó Abbondanzieri.
Primero es la entrada en calor y luego a trabajar con Fillol. Van rotando en los movimientos, van de un lado para el otro en el arco, mientras los juveniles los “pelotean”.
Uno de los momentos más interesantes de la práctica es cuando Abbondanzieri ensaya las salidas de volea desde el arco, porque la perfección que demuestra es extraordinaria.
Y eso se vio reflejado en todos los partidos, sobre todo ante Costa de Marfil, en el debut mundialista, cuando de sus pies salió una contra, con un pase perfecto para Javier Saviola, quien tuvo que ser detenido con una falta, y de ese tiro libre se produjo el primer gol de Argentina en la Copa del Mundo, el que marcó Hernán Crespo.
“En el fútbol hay que trabajar todo, por suerte entrenamos esas jugadas para salir rápido y pueden ser una variante en un partido apretado”, expresó Abbondanzieri.
Se nota que la relación entre los tres arqueros es buena, se ayudan mutuamente, se cargan y se entrenan duro y parejo.
“Sabemos que hay que estar listos para cuando el técnico lo decida. Por ahí en el puesto de arquero es más complicado tener una chance de jugar porque hay un titular, al que nosotros tenemos que apoyar a muerte”, sostuvo Leonardo Franco.
Los periodistas que están en Alemania todavía no le conocen la voz a Oscar Ustari, porque el arquero de Independiente no tuvo contacto alguno con los medios.
Seguramente esto parte de una orden del cuerpo técnico, teniendo en cuenta que su llegada provocó la salida del arquero de River, Germán Lux, quien parecía un número puesto para estar en el Mundial de Alemania 2006, y no quieren que se generen polémicas alrededor del grupo que se concentra en Herzogenaurach.
“A mí me pone contento que el grupo esté bien y que Roberto (Abbondanzieri) esté en un gran momento, porque era algo que él estaba buscando”, comentó José Pekerman.
