Para hablar de esta experiencia visitaron El Litoral, Luisito Cañete (primera voz) y Marito Cuenca (que ejecuta el acordeón). Lo hicieron en representación de sus compañeros, Rafael Gómez (guitarrista), Juan “Kitín” Ramírez (segunda voz), Albertito Martínez (bajista) y Matías “Kinoto” Nuñez (guitarrista). Como siempre, allanando el camino de los jóvenes valores musiqueros, Tito Espíndola, una suerte de “padre postizo” que pone a prueba los conocimientos adquiridos en su transitar por la misma huella que ahora presta a los chicos.
Con apenas tres años y meses de conformación, “Sangre Paiubrera” lleva grabados tres discos: “Lo nuestro de corazón”, “Qué pasó y por qué” e “Identidad chamamecera”. Temas del cancionero clásico (“La calandria”, “Sargento Cabral”, “Gente de ley”) y propios (“Vieja estación de Mercedes” y “Lo que anhelo”), para recordar a Isaco, Montiel y el cura Zini, compoblano y amigo.
No es la primera vez que los jóvenes van a Córdoba, lugar emblemático que convoca en el mes de enero a su luna coscoína para el Festival del Folklore. Ya estuvieron en el Pre-Cosquín en el 2005 y de allí viajaron a Federal (Entre Ríos), donde fueron “Revelación” de la tan promocionada fiesta.
“Pero nada se iguala a la presentación de nuestro último CD en el Teatro Cervantes de Mercedes”, dice Luisito. Es que mil personas son muchas almas para el aplauso de una carrera corta pero fructífera, que abrazan con la ilusión de proyectar al chamamé en cada actuación.
En este devenir de sentimientos, Cañete quiere nombrar a “Los criollos correntinos”, “Curupí” de Goya, Ramiro Osuna de Corrientes y Soriano Sosa, mercedeño como ellos.
“Estuvimos juntos en la peña y nos despedimos con lágrimas, quizás porque todos sabemos el sacrificio del continuo propósito que prevalece ante la adversidad y está presente en el canto y la poesía”.
De Cosquín a La calera, el mismo día sábado, con Soriano Sosa. En el pasillo de este diario se vuelven a encontrar y es un paso apenas para enlazar los corazones en una charla que habla el tema común de nuevos escenarios.
“Volvimos más que contentos”, dice Marito Cuenca. “Y ya estamos planificando festivales para este año. El 31 de enero vamos a Baradero en Buenos Aires; el 9 de febrero estaremos en Mburucuyá, el 16 en Juan Pujol de Monte Caseros y el 24 en Feliciano, Entre Ríos”.
“Estamos convencidos que en la música, más del cincuenta por ciento es corazón y lo que hacemos con amor, en amor se nos devuelve”, remarca Luisito.
Por sus venas corre “Sangre Paiubrera”, fuerza joven para decir cantando, el sentimiento de un pueblo que rinde culto al chamamé.