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Candidaturas testimoniales

Por El Litoral

Miércoles, 22 de abril de 2009 a las 21:00
Seguramente -no hay una explicación cierta- ante las encuestas que no les son del todo favorable, el ex presidente y titular del Justicialismo, Néstor Kirchner, se decidió por una alternativa poco ortodoxa: las “candidaturas testimoniales”, que son candidatos que no asumirán los puestos legislativos que eventualmente obtengan en la próxima elección legislativa.
Es probable que el ex jefe de Estado sepa que las “candidaturas testimoniales” son inválidas para la Constitución, como así también que son punibles por el Código Electoral, cuyo artículo 40, en vigencia, sanciona con hasta dos años de prisión a quienes engañen al electorado para ser votados.
Un caso paradigmático de esta “sesuda idea kirchnerista” es lo que ocurrió con el recaudador bonaerense Santiago Montoya, quien no soportó que casi lo obligaran por los diarios a postularse como candidato “testimonial” a concejal por San Isidro, una idea que le pareció un despropósito.
El ahora ex funcionario de Daniel Scioli señaló en una carta: “Siento que en los últimos tiempos, desde el oficialismo hemos perdido parte de la capacidad de escuchar a la sociedad, a los líderes opositores, a los distintos sectores sociales y productivos del país”.
Esas expresiones definieron su futuro, ya que la carta no tardó más que algunos minutos en estar en la tapa de los portales y agencias de noticias y llegar rápido a los oídos de Scioli, pero sobre todo del ex presidente Néstor Kirchner, quienes le bajaron el pulgar a Montoya.
Esto no es nuevo: en el kirchnerismo no hay lugar para las críticas, y menos en campaña electoral.
Claro está que hay otros dirigentes que se expresan en contra de este tipo de candidaturas y, sin embargo, actúan en consonancia con los “postulados” del kirchnerismo.
Se dice que la determinación de Gabriela Michetti de renunciar a su cargo de vicejefa del Gobierno porteño para ser candidata a diputada obedeció a la necesidad política de diferenciarse de las llamadas postulaciones “testimoniales” que alienta el oficialismo.
Es que la mano derecha de Mauricio Macri había quedado emparentada con la polémica estrategia del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, donde el gobernador Daniel Scioli y una veintena de intendentes serán candidatos pero no asumirán los puestos legislativos que eventualmente obtengan en la elección.
Demás está decir que Michetti ahora tendrá que soportar las críticas que le lloverán por no cumplir con el mandato de cuatro años para el que fue elegida en 2007. Lo mismo sucederá con otros tantos dirigentes políticos que aceptaron ser “candidatos testimoniales”.
Desde hace años los dirigentes políticos se quejan por lo mal conceptuados que están ante la opinión pública, algo que, a decir verdad, es totalmente cierto. Pero, convengamos, ellos mismo son los verdaderos responsables de estar en esta situación, por “obra y gracia” del incontenible deseo de poder, muchas veces envalentonados por encuestas que lo posicionan bien en las preferencias de los votantes.

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