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Antigüedades, un mercado a medida de coleccionistas y expertos en historia

Por El Litoral

Domingo, 12 de mayo de 2013 a las 01:00
Alberto Raso, anticuario. “Siempre fue un tema que me apasionó mucho y me hizo estudiar historia y de los objetos que tengo conozco de dónde provienen y qué son, ya que la historia es un tema arduo y difícil".
DE ANTAÑO. En una de las paredes del local se exhibe una amplia colección de relojes antiguos.
DECORACION. Se ofrece una extensa gama de objetos de bronce.
La primera sensación al entrar al local de antigüedades ubicado en la calle Yrigoyen al 2187, es la de encontrarse inmerso entre retazos de la historia tanto universal como local. Se mire por donde mire, cada porción del comercio está plagada de artículos que remontan a otras eras. Candelabros añejos, arañas de múltiples tamaños y decoraciones, billetes descatalogados, armas de siglos anteriores, lámparas de bronce, cámaras fotográficas vintage, libros y documentos antiguos; son algunas de las piezas que ofrece el establecimiento. Y  escondido entre los objetos de antaño, se encuentra un hombre que junto a toda su familia dedicó su vida al mundo de las antigüedades. 
Alberto Raso, de 63 años, nació en Comodoro Rivadavia (Chubut), al año se fue a vivir a Curuzú Cuatiá y luego se trasladó a Corrientes, donde comenzó su vida junto a la historia. Primero como hobby y luego como un medio de vida que ya lleva tres décadas regalándole alegrías y satisfacciones. Entre innumerables objetos de toda clase, procedencia y valor, accedió a contar a El Litoral cómo es el mercado de las antigüedades y el coleccionismo en la región. 
 "Yo vine a estudiar a Corrientes en el año 1968 y de ahí no me moví más. Ahora, en el negocio de las antigüedades (si se puede llamarlo negocio) estoy hace aproximadamente 30 años", dijo y agregó que "fui cambiando algunos lugares pero siempre cerca de donde estoy ahora". 
Sin embargo, también contó que tuvieron una sucursal grande en Buenos Aires pero debieron cerrarla debido a los altos costos, ahora su hijo los provee de muchas mercaderías. 
Pero Alberto no está solo en su pasión por las antigüedades, sino que trabaja junto a sus seres queridos. "Este es un negocio familiar, trabajan mi esposa y mis tres hijos, mi hija tiene su local aquí también y tengo otro que es director de cine en Buenos Aires y a la par se dedica a las antigüedades, quien es el que nos compra objetos allá cuando no se consiguen determinas cosas en Corrientes". 
Consultado sobre cómo una persona puede adentrarse en el mundo de las antigüedades, Alberto respondió que "esto es todo una cadena. Primero se empieza como hobby, cuando no se puede mantenerlo más uno empieza a dedicarse a vender lo que compró para mantenerse. Yo empecé a los 8 años coleccionando armas antiguas por un legado de mi padre que me regalaba una cada 500 dibujos que yo hacía, ya que consideraba que dibujaba muy bien", señaló.
No obstante, remarcó la importancia de sentir una curiosidad por la historia y volverse un conocedor de la misma. "Siempre fue un tema que me apasionó mucho y me hizo estudiar historia, y de los objetos que tengo conozco de dónde provienen y qué son, ya que la historia es un tema arduo y difícil".
Asimismo aseveró que "la mayoría de los anticuarios que hay en Buenos Aires por ejemplo lo son porque la ocasión les hizo ver un buen negocio, actualmente las antigüedades no son un gran negocio por el dólar actual, ya que no hay un parámetro para cobrar". Cabe destacar que la moneda extranjera es con la que se tasan las antigüedades.
En su local “MR Antigüedades”, se pueden observar en cada porción una multiplicidad de objetos desde pequeñas monedas hasta grandes muebles de diferentes décadas e incluso siglos.
 En este sentido se le preguntó a Alberto qué artículos son los más viejos dentro de toda su vasta colección.
"Tengo objetos muy antiguos de cerca de mil años por ejemplo, un par de espadas que eran de los guerreros hunos que tienen su historia, la cual es muy extensa. Luego tengo objetos de unos 200 años", enumeró. 
Además, indicó que "hoy mucha gente piensa que una antigüedad es algún objeto que tiene 50 años pero eso en nuestro rubro no es nada, hay que calcular 80 o 90 años. Es decir los objetos coleccionables son distintos, esos pueden ser publicidades de marcas conocidas o artículos de los años '60, pero no son antiguos, es otro rubro dentro de las antigüedades", sintetizó el anticuario. 
También puntualizó que "las casas de antigüedades están relacionadas íntimamente con el coleccionismo, porque la persona que entra en un local así, es un coleccionista o un amante de las antigüedades", afirmó.
Sobre el negocio de las antigüedades en la provincia y el tipo de clientes que acuden, Alberto señaló que "el correntino es un tipo especial de persona, busca objetos específicos o que le entren en sus casas porque lamentablemente las grandes familias correntinas vendieron sus casas y se fueron a vivir a departamentos, así las casas de antigüedades se llenaron de esa clase de muebles".
En este sentido, aseguró que "todos los objetos están ligados a la historia de Corrientes porque el 90% de los objetos conozco la procedencia y de qué familia son, este lugar está lleno de artículos que pertenecieron a familias históricas correntinas".
El entusiasta del coleccionismo, sin embargo, señaló que la situación económica de hoy día repercute en el negocio de las antigüedades. 
"Actualmente al restringirse las ventas también lo hacen las compras y además otro factor importante es el espacio". Sobre dicho punto el anticuario señaló que cada lugar de la tienda rápidamente se colma de artículos. 
Al respecto mencionó que: "Tenemos un entrepiso lleno de cosas, cosas colgadas por la pared y columnas. Si tuviera una o dos manzanas estarían llenas, pero en este momento estamos acá". 
Finalmente, la proyección a futuro de Alberto es mantenerse en el negocio rodeado de historia e innumerables objetos de valor económico y emotivo muy grandes.  
"Son muchos años como para cambiar de rubro, aparte sería un imposible porque tardaría 10 años", dijo y añadió a modo de reflexión que "más que un negocio, es una satisfacción personal haber llegado a esto, nosotros empezamos con muebles prestados y ahora, sin parecer engreído, este local por los clientes que tenemos nosotros en el Nordeste, no existe una casa como esta y eso lo hemos logrado en 15 años", concluyó orgulloso. 


Daniel Gutierrez

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