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Pepe, custodio de los restos del General San Martín

Por El Litoral

Sabado, 08 de junio de 2013 a las 01:00
Historia
Norberto Ozzi tiene 77 años, es custodio, informante y coordinador del Mausoleo que guarda los restos del General José de San Martín en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires. 
“La Capilla Nuestra Señora de la Paz, donde se encuentra el cuerpo, está ubicada en la nave derecha del templo, y posee un piso de mosaicos con pequeñísimas estelas que dibujan espinas, clavos y otros motivos de la Pasión, y que se extienden por toda la Catedral. En tanto, el monumento que contiene al Libertador está hecho, casi en su totalidad, en mármol rosado, mientras que la base es de mármol rojo de Francia y la lápida de mármol rojo imperial. El sarcófago es de color negro belga. Los restos del Gneral San Martín se encuentran rodeados de tres esculturas femeninas, que representan a cada uno de los países que éste liberó: Argentina, Chile y Perú. Junto a él se hallan las urnas con los restos de los generales Juan Gregorio Las Heras y Tomás Guido y los del Soldado Desconocido de la Independencia.
Tal como lo pidió la Iglesia, la cabeza del cajón se construyó inclinada, como símbolo de la predestinación al infierno con la que cargan los masones”, aporta de inmediato el informante.
Lo dice con orgullo, parado en posición de firme, mientras muestra la tarjeta de identificación que lleva prendida en la solapa de su impecable traje. Es viernes de Semana Santa y la gente desfila su fervor religioso por los pasillos del templo, mientras Norberto, "Pepe" tal lo llaman sus nietos, responde a los saludos y ofrece su servicio de guía, como quien tiende la mano en actitud de cortesía.
Cortés es una palabra que le cabe tan bien como esa sonrisa juvenil con la cual anticipa "tiene que hablar fuerte porque escucho muy poco". Las ganas de comunicar lo que siente, lo dejan decir sin interrupciones de mi parte.
"Nací en el barrio de Congreso y allí sigo viviendo, con mi esposa Carmen que es jujeña. Al lado de mi casa, vivió Carlos Gardel, mi vereda ya es histórica", cuenta. "Trabajé 28 años en el Banco Español hasta que se fundió y me emplearon en una agencia de turismo que quedaba en el centro. Siempre me gustó todo lo relacionado con el ejército, daba charlas y conversaba frecuentemente con el Teniente Coronel Carlos Fernando Gutiérrez, segundo jefe del Regimiento. El me consiguió el permiso para estar acá, desde hace 10 años, nada menos que de guarda del Mausoleo del Padre de la Patria. ¿Usted sabe que Juan Bautista Cabral nunca fue Sargento?", dice generando expectativa por la historia que va a relatar.
"En el año 1950, al conmemorarse el centenario del fallecimiento del General San Martín, una sociedad que se denomina Sociedad Evocativa Argentina con residencia en Rosario (Santa Fe), se preocupó para que todos los granaderos que fallecieron en el Combate de San Lorenzo, que fueron 14 y un capitán, tuvieran sus respectivos monumentos en sus provincias. Así aprovecharon ese homenaje para ascender post mortem a Cabral".
"Pepe" participa de esta entrevista, sentado en un banco de la imponente Catedral porteña, lugar al que llega los sábados y domingos para cumplir ad honorem con la tarea que le encomendaron. Los turistas toman fotografías y quieren saber, para eso está "Pepe", que inicia la ceremonia del repaso por el pasado. La guardia de Granaderos del Mausoleo toma posición todos los días de 9.30 a 17, los domingos el horario se extiende hasta las 18.45; la Bandera Nacional se arría a las 19, luego las puertas se cierran.
Por esos pasillos, muchas veces “Pepe” intercambió saludos con el Cardenal Jorge Bergoglio, hoy el Papa Francisco. "El Papa es Cristo en la Tierra, no se imagina su sencillez. Cuando escuché la noticia, me emocioné tan fuerte que me puse a llorar. Parece que nos contagió su espíritu bondadoso, es un milagro para los argentinos", dice mientras sus ojos claros se humedecen de emoción.
"No conozco Corrientes, pero me gustaría ir, es la tierra natal de San Martín, visitar Yapeyú es un sueño que debo cumplir", promete. Mientras, "Pepe" escribe un libro al que titulará "Sean eternos los laureles". Ya está en borrador y contiene temas como la historia del Mausoleo, la Bandera del Ejército de los Andes, los Granaderos, el sable corvo del General, el Combate y la Marcha de San Lorenzo.
"Me siento útil, digo cosas que no están en ningún libro",  ¿quiere que le cuente?, pregunta entusiasmado. Sus gestos avivan la luz del pasado y comienza a hablar. “Había una vez... en Yapeyú, un pueblo de la provincia de Corrientes, un niño al que sus padres llamaron José Francisco”. 

POR MONI MUNILLA

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