Para un pueblo tan devoto de la fe católica, como es San Luis del Palmar, la noche del viernes será inolvidable. Cientos de personas se congregaron frente al templo para acompañar a un hijo de esa tierra, Luis Alberto Molina, quien fue ordenado sacerdote. El joven acompañado por su madre, sus hermanos y sobrinos, cientos de amigos y decenas de sacerdotes, fue consagrado por el arzobispo, monseñor Andrés Stanovnik. Notoriamente emocionado, dijo a El Litoral que se siente feliz, muy tranquilo y en paz, tras haber dado el paso más importante en su vida.
La ceremonia, que tiene diversos momentos litúrgicos especiales, como la postración en tierra de quien será ordenado, la consagración de las manos con óleos bendecidos, la imposición de manos del Arzobispo y de los sacerdotes, como signo de unidad a la Iglesia, fue seguida por cientos de personas.
“La ceremonia fue muy linda, muy sencilla. La verdad que hoy me siento, muy feliz, muy tranquilo y en paz”, confesó ayer a este medio el nuevo sacerdote, quien junto a su madre y padre Oscar Barrios, regresaba de Itatí, donde celebró su primera misa.
Su madre María del Carmen Morales y el padre Barrios, de quien recibió los sacramentos y lo acompañó en su discernimiento vocacional, siendo un ejemplo y un referente, ayudaron a Molina a revestirse con la indumentaria propia de un presbítero durante la ceremonia.
Además de sus cinco hermanos, sus sobrinos y amigos, acompañaron al nuevo sacerdote, muchos de sus compañeros de estudio del Seminario Interdiocesano, los sacerdotes que intervinieron en su formación y aquellos que estuvieron de cerca en momentos en que iniciaba su camino hacia el sacerdocio, entre ellos, el padre Alejandro González, quien viajó especialmente desde Mendoza.
Luis Molina, nació el 19 de noviembre de 1985, en San Luis del Palmar. Se crió en una familia numerosa, de padres trabajadores. Cursó la primaria y la secundaria en la Escuela Normal “Martín Miguel de Güemes”, de donde egresó en 2003. Ingresó al Seminario Interdiocesano en 2005. En un par de semanas, su nueva comunidad será Santa Catalina de Alejandría, en Corrientes.
Durante la misa también se celebró la ceremonia de acolitado de dos hermanos bellavistenses, Lucas y Juan Martín Alderete, ambos, cursando el último años de su formación en el Seminario.