El pasado jueves se vivió la segunda jornada de la Fiesta Nacional del Chamamé que promete crecer a lo largo de sus 10 noches restantes. Los protagonistas fueron los conjuntos con una larga trayectoria que desfilaron por el Osvaldo Sosa Cordero después de la medianoche y que consiguieron sacar a bailar a muchas parejas del público al ritmo de los grandes clásicos. Cerca de las 3.30 comenzó a sonar “Alma Guaraní”, tema elegido por Amandayé para iniciar la presentación más esperada de la noche.
La catedral del chamamé encendió sus luces puntualmente a las 21, para dar lugar a un joven y talentoso acordeonista como es Agustín Monzón, a quien le siguió Norberto González, ganador de la Pre Fiesta en la categoría solista instrumental, ambos ante un marco de asistentes aún escaso.
Esta año la fiesta se define como “Universo Chamamé” y las propuestas artísticas prometen variedad. Una de las novedades de esta edición fue la participación en la noche del jueves de la Orquesta Sinfónica de la Provincia, que se animó al desafío de tocar temas del cancionero popular con la riqueza de eximios músicos que durante el año están dedicados a lo clásico.
Otro de los aspectos a destacar de esta segunda luna de la celebración chamamecera tiene que ver con la presencia de Adriana de Los Santos, en representación de Rio Grande Do Sul (Brasil), que marcó el inicio de las presentaciones de artistas de los países del Mercosur.
Los bancos de cemento del anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola se fueron ocupando paulatinamente con el correr de la velada y artistas como el paraguayo Marcelo Rojas y arpa propiciaron los primeros sapucay.
Tampoco faltaron los homenajes a los chamameceros de ley como los Hermanos Velazquez del Chaco, y Coquimarola, quienes recibieron reconocimientos de parte de la Asociación Argentina de Intérpretes (Aadi) por la trayectoria y el aporte al género.
Los poetas del guaraní continuaron pasando por el escenario mayor de la fiesta y todos, a su paso, dejaron su corazón al público. Entre ellos, algunos jóvenes como Ramiro Osuna y consagrados como el santafecino Monchito Merlo y el formoseño Mario Prieto Linares que, cada uno con su estilo, se ganaron el aplauso de las cerca de 5 mil almas presentes.
Fervor tardío
Como peregrinos de la religión chamamecera, correntinos y visitantes arribaron al Cocomarola recién después de la medianoche. Lejos del lleno total que se espera para los dos fines de semana de la fiesta, en la segunda noche se notó un ambiente apacible de parte del público. La efusividad se notó recién hacia el cierre de la jornada con las actuaciones de los tradicionales.
Coquimarola dio inicio con un tema de Miqueri, en homenaje al músico, y presentó a Ayelen, una chaqueña que con mucho ímpetu se ganó al público y acompañó con temas por todos conocidos como Puerto Tirol y Kilómetro 11.
Así se pasó de los acordes al baile. Las parejas se apoderaron de los pasillos del anfiteatro y la fiesta continuó con la llegada del santafecino Monchito Merlo.
Previa
Antes de actuar, los integrantes de Amandayé brindaron una conferencia para los medios presentes y aseguraron que vivían con “gran responsabilidad” el cariño demostrado por la gente que ingresó tarde al Cocomarola especialmente para verlos actuar. “Para eso nos preparamos todo el año, es un momento cumbre para reencontrarnos con nuestro público y renovar votos”, dijeron Pedro del Prado y Hugo Scófano.
Cierre
El popular grupo Amandayé inició su actuación cerca de las 3.30 de la madrugada con una parte instrumental y fue ganando cada vez más aplausos al escucharse temas como Bajo la luna de abril y el Cristo de los Villeros. Cerca de las 4, cuando empezó a sonar Bajo el cielo de Mantilla, se escucharon los sapucay más fuertes y más sentidos. Para muchos la espera valió la pena y la prueba fue la ovación que coronó una noche que se podría decir que fue de menor a mayor.
Color
Es posible destacar que además de la música, la fiesta también tuvo baile de la mano de su Ballet Oficial, que volvió a captar la atención de los presentes con su puesta que mezcla tradición y fe, y otro de los elementos sobresalientes fue la constante presencia en el escenario de la flamante reina Rocío Britez y su Yeroky Yará, dueño del baile.
Ajustes
También se notaron algunos problemas con el sonido en ciertos momentos de la segunda jornada, y aun costó estar conectado vía Wi-Fi. Problemas técnicos que desde la organización están abocados a resolver para que todo sea impecable en todas las jornadas que aún restan de celebración chamamecera.