Una vez que el domingo 26 de junio de 2011 terminó el partido entre River y Belgrano con empate en 1, el mundo del fútbol miraba absorto al Monumental. Los Millonarios, el club más ganador en el ámbito doméstico se iba al descenso por primera vez en su rica y extensa historia tras años de desaciertos y malos momentos.
En Corrientes la ansiedad estaba puesta en cuándo iba a ser el partido entre Boca y River en Corrientes, noticia que llegó semanas después cuando se sorteó la B Nacional 2011/2012. El calendario quiso que sea el
3 de diciembre, al llegar la fecha, las entradas se vendieron como pan caliente para que el escenario sea un club Huracán repleto con más de 15 mil personas.
Boca Unidos, por entonces entrenado por la dupla Marini Medero con Sessa, César González, Donatti, De Muner; Danelón, Sánchez Paredes, Devallis, Oscar Gómez, Fredrich: Cristian Nuñez y Visconti. River en tanto, dirigido por
Matías Almeyda formó con Chichizola; Abecasis, Ferrero, Maidana, Juan Manuel Díaz; Carlos Sánchez, Cirigliano, Aguirre, Ocampos; Alejandro Domínguez y Cavenaghi. El árbitro fue Alejandro Toia.
En pocas palabras, el partido fue un baile en favor de los Millonarios, con Carlos Sánchez y Ocampos haciendo estragos por los costados de la cancha con Domínguez y Cavenaghi demostrando ser jugadores de una categoría más que superior a lo que contaban los correntinos en ese momento. Sin embargo la mala suerte y un Gastón Sessa espectacular le permitieron a los de amarillo y rojo mantener el arco en cero para lo que hasta ahí era un más que digno empate.
Cualquier relator o comentarista que llegó hasta el Club Huracán Corrientes, o cualquier persona que lo veía por televisión no entendía como River no estaba goleando en ese estadio al que tantas veces había visitado, pero en Primera División. Hasta el momento no había convencido con su juego en la segunda categoría, pero ese partido fue diferente, articulando un gran juego.
Hasta el minuto 43 del segundo tiempo, River parecía que en cualquier momento convertía y en cualquier momento parecía que Boca Unidos se desmoronaba. Pero lo increíble sucedió.
El reloj marcaba 43 minutos 34 segundos cuando un apremiado Boca Unidos defendía en su área chica, pero Gastón Sessa despejó con los puños el enésimo centro riverplatense. La pelota la agarró Jonathan Benítez cerca del círculo central y avanzó hasta después de la mitad de la cancha y en una buena maniobra dejó varios rivales en el camino y en un rebote el defensor Abecasis cometió una falta que generó algunos cruces entre los jugadores.
Fue en el minuto 45 con 32 segundo cuando César González mandó un centro al área que hizo la historia. El recién ingresado Matías Moisés pudo cabecear la pelota ante la mala salida de Chichizola. La pelota quedó boyando, perdida en el área... pero con la mala suerte para los riveristas, que la encontró
Cristian Núñez.
Era el segundo 36 del minuto 45, cuando el "Negro", con su olfato de goleador la encontró y le pegó ante el arco que da a la calle Aviador Correa, que estaba libre. Gol. Los miles de hinchas aurirrojos deliraron mientras los otros miles de hinchas de River no podían creer el partido que se les escapaba.
River perdió un partido más, pero Boca Unidos logró la mejor victoria de su historia al momento. Era un muy mal momento para los millonarios, ya que al día siguiente, el otro Boca, Juniors, se coronaba campeón invicto con un River derrotado por el Boca correntino, generando muchísimas cargadas.
Para los hinchas de Boca Unidos quedará siempre el recuerdo de esa épica victoria, que puede ser superada este fin de semana si el equipo gana en Santa Fe para lograr el tan esperado ascenso a la Primera, para codearse con los más grandes, esperando lograr más importantes victorias.