El sueño ayuda a que los niños crezcan fuertes y sanos. Descansar las horas necesarias, permite un desarrollo adecuado, sin embargo el horario de dormir suele ser un problema para las familias de los chicos en edad preescolar.
Hasta los cinco años, los niños duermen de 10 a 12 horas por día, pero no hay razón para ser rígido en cuanto a qué horas específicas deben tomar esas 10 ó 12 horas necesarias. En esta etapa, lo importante es ayudar al chico a que desarrolle buenos hábitos para dormir.
Una rutina para irse a acostar es una buena manera de asegurar que duerme lo suficiente. A continuación detallamos algunos puntos a tener en mente para establecer esa rutina:
1. Incluir un período de tranquilidad unos treinta minutos antes de la hora de dormir.
2. Fijar una hora específica para dormir, advirtiendo al niño media hora antes y 10 minutos antes de la hora acordada.
3. Establecer horas fijas para irse a acostar, levantase y tomar siestas.
4. Mantener horas de juego y horas de comer consistentes.
5. Evitar los estimulantes como la cafeína, cuando se aproxime la hora de dormir.
6. La habitación debe ser tranquila, acogedora y conductiva al sueño.
7. Utilizar la cama solamente para dormir. No para jugar o para ver la televisión.
8. Permitir que el niño escoja con qué pijamas quiere dormir, qué muñeco de peluche necesita llevarse a la cama, etc.
9. Se puede escuchar música lenta y agradable antes de dormir.
10. Acostar al niño cariñosamente para reafirmar una sensación de seguridad.
Sobre las siestas
La mayoría de los niños pequeños todavía necesitan tomar siestas durante el día. Es que tienden a ser muy activos— corriendo por todas partes, jugando, yendo a la escuela y explorando sus alrededores— y por eso es una buena idea darles una oportunidad para que descansen y se tranquilicen. Incluso si el chico no puede dormir, hay que tratar de reservar unos momentos tranquilos durante el día para relajarse.
Una manera positiva de influir para que el niño tome siestas es fijar una rutina, igual que se hace a la hora de dormir. Seguramente habrá una resistencia, porque ¿qué chico quiere descansar a la siesta? Pero es importante insistir con la rutina, explicarle que es que un tiempo para estar tranquilo y que debe acostarse, pero que está bien que juegue en la habitación si no logra dormir.
¿Cuánto deben durar las siestas? Generalmente, una hora es suficiente. Pero habrá otros momentos cuando el pequeño no ha parado en todo el día y necesitará una siesta más larga, así como otros días no la ncesitará.
Los problemas del sueño
Es frecuente que los niños en edad preescolar tengan pesadillas, o terrores nocturnos, y puede que haya noches que tengan dificultades tratando de quedarse dormido. Para ayudarlos a sentirse más seguros, los objetos como los muñecos de peluche y las mantas también pueden servir.
Si los problemas de sueño persisten, es importante la consulta médica. Aunque no existe una forma única de criar a un niño con buenos patrones de sueño, la mayoría tienen la habilidad de dormir bien y resolver cualquier problema al respecto. La clave es establecer, desde una temprana edad, patrones saludables para dormir.
Poco sueño, problemas de peso
Un grupo de pediatras especializados en endocrinología del Hospital Josep Trueta de Girona, España, han demostrado que los niños y adolescentes que duermen menos de lo aconsejable están más predispuestos a ser obesos. Los primeros deben dormir como mínimo diez horas y los segundos, un mínimo de ocho.
El artículo científico de este grupo de especialistas, que forman parte del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGi), se ha publicado en la International Journal of Obesity y se basa en un estudio clínico en el que han participado 300 niños de entre 5 y 10 años entre 2009 y 2011.
La dieta y la actividad física no son los únicos factores responsables de la obesidad. La investigación muestra como la carencia de sueño se asocia también a obesidad en niños pequeños, antes de iniciar la pubertad, sobre todo si presentan un riesgo genético de ser obesos.
Uno de los mecanismos que explicarían la relación entre dormir poco y tener más riesgo de ser obeso es que la carencia de sueño (dormir menos horas de las consideradas óptimas) puede activar los genes responsables de la obesidad. Ahora, será necesario confirmar los resultados obtenidos por el grupo de pediatras dirigido por el doctor Abel López Bermejo con un estudio experimental.
Aprender a dormir sin llorar en 10 pasos
Que tu hijo aprenda a dormir sin llorar te facilitaría mucho las cosas. Por eso aquí te proponemos los 10 puntos del método “Dormir en vez de llorar” de Elizabeth Pantley. Conoce de qué se trata y cómo se aplica.
Algunos programas para aprender a dormir terminan con unos padres exhaustos y desesperados sin que los niños presenten ninguna mejora en su ritmo de sueño. Muy a menudo algunas guías y programas de sueño no permiten consolar cuando no es capaz de dormir sin llorar. Debes dejarlo llorar y gritar un rato, como indican los métodos Ferber o Estivill, una técnica que a algunas familias les funciona y a otras no. En este artículo te proponemos el método “Dormir en lugar de llorar” de Elisabeth Pantley. Este garantiza la ausencia de lágrimas.
Requisito previo
El requisito más importante para que tu hijo aprenda a dormir sin llorar es la paciencia. Puede tomar algún tiempo antes de que veas una mejora en los patrones de sueño de tu bebé. En la fase de prueba del método de Pantley, a la que asistieron 60 niños de entre dos y 27 meses, e incluso un niño de cinco años, a los 20 días la mitad dormían seguido. A los 60 ya fué el 92 por ciento. "Dormir seguido" significa, según la definición médica, por lo menos cinco horas de sueño ininterrumpido.
A continuación, te presentamos los 10 pasos para que pueda aprender a dormir sin llorar ni gritar toda la noche. Al igual que con todos los procesos de cambio, se debe implementar el plan sólo si se tiene una buena sensación y puede seguirse con firmeza. Pantley también recomienda seleccionar sólo los puntos con los que estaís de acuerdo y sólo en la medida en que os sintáis cómodos con ello.
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No dejarle llorar
En contraste con otros programas de dormir que contemplan fases momentáneas de lloro o gritos, este planteamiento está pensado sin lágrimas. Si tu hijo al dormir comienza a llorar debes ir con él, sacarlo de la cuna y tranquilizarlo. O actuar como tú creas conveniente, mecerle en la cuna, cantarle una canción... Lo principal es que tu hijo se sienta seguro y protegido.
Factores que dificultan un buen patrón de sueño
Puede haber varias razones para que el niño no se duerma o no pueda dormir toda la noche. Además de los hábitos de sueño que se tratan en los 10 puntos de este método, puede haber otros factores que a su vez podrían suponer un retroceso una vez el método ya había sido efectivo:
La salida de los dientes
Miedo a la separación
Nuevas etapas en el desarrollo, por ejemplo aprender a caminar, agota a los niños
Los periodos de crecimiento repentino
Enfermedades
Flatulencia y los cólicos
Miedo de quedarse dormido
Los 10 puntos del plan para dormir sin llorar
Antes de comenzar con el Paso 1, debes asegurarte que no hay nungún motivo de los anteriormente citados que puedan justificar la dificultad del niño para dormir. Si es que sí, debes solucionar este punto antes de empezar con el plan para dormir sin llorar. Tu pediatra puede ayudarte en ello.
Dormir sin llorar 1: Comprobación de la seguridad
Asegúrate de que tu hijo está durmiendo en un ambiente seguro y agradable. Que se cumplen las precauciones de seguridad más importantes como que esté acostado en la posición supina, puedes econtrar más información en el artículo Síndrome de muerte súbita del lactante. Además puedes encontrar buenos consejos en nuestro artículo 13 consejos para un buen entorno de sueño.
Dormir sin llorar 2: Comprender los patrones de sueño
Dormir es un arte en sí mismo: Los niños y los adultos se mueven entre el sueño profundo y el sueño REM, se despiertan y vuelven (o no) a conciliar el sueño. Si sabes lo que sucede durante el sueño de tu bebé y por qué motivos a veces no puede dormir, te será mucho más fácil comprender sus ploblemas para dormir. En el artículo ¿Qué sucede cuándo el bebé duerme? puedes encontrar la información esencial sobre los patrones de sueño.
También la duración del sueño juega un papel importante para un sueño sano. Es por ello que los bebés y los niños pequeños tienen una necesidad de dormir más grande que los adultos. En el artículo Así se desarrolla el sueño en los niños, puedes averiguar cuánto necesitan dormir los bebés y niños durante el día y la noche.
Dormir sin llorar 3: Protocolo del sueño
Puedes aprender más fácilmente el ritmo y la necesidad de sueño de tu hijo si llevas un sencillo control mediante un protocolo de sueño. La siesta juega un papel diario esencial, y tiene un impacto evidente en el sueño nocturno. Si el bebé duerme mucho durante el día, luego no estará tan cansado por la noche. Es importante conocer este ritmo para poder cumplir bien luego con los pasos adecuados del plan para aprender a dormir. Para poder tenerlo bajo control es fácil llevar un registro del sueño del bebé durante el día y por la noche. Si quieres crear tu propia plantilla debes incluir lo siguiente:
Número de siestas
Duración de las siestas
Hora en que se duerme por la noche
Hora en que se despierta por la mañana
El número de veces que se despierta por la noche
Etapa más larga del sueño
El tiempo total de sueño diario
¿Existe ya un ritual de sueño?
¿Cómo funciona esto? ¿Atmósfera tranquila, silencio y poca luz?
¿El ritual para dormir conlleva la relajación del niño y de ti?
¿Hay algo que te llame la atención?
Los gráficos en nuestro artículo Así se desarrolla el sueño del niño, también pueden darte una orientación sobre el promedio de las necesidades de sueño de los niños. Puedes compararlo con lo que duerme tu hijo y ver si difiere mucho y duerme mucho o poco.
Dormir sin llorar 4: Analizar
En este punto Elizabeth Pantley plantea una serie de consejos e ideas. Junto con el paso 5 puedes diseñar un plan de sueño individual para tu hijo. Puesto que cada familia y cada niño son diferentes lo que funciona con un niño puede perfectamente no irle bien a otro. Debes escoger de los consejos los que se adapten mejor a vuestra situación, a vuestra familia y a vuestro hijo. Las propuestas de Elizabeth Pantley se dividen en dos secciones:
Para recién nacidos hasta los 4 meses de edad
Es poco frecuente que un bebé recién nacido duerma toda la noche . Pero con los consejos adecuados puedes establecer una buena base para el futuro desarrollo del sueño de tu hijo. Puedes encontrar estas sugerencias en detalle en nuestro artículo 10 Consejos: Así aprende a dormir tu bebé.
Para bebés y niños a partir de los 4 meses y hasta los 2 años
En este apartado se plantean los cambios de hábitos de sueño en los niños. Primero debes asegurarte de si es necesario cambiar sus patrones de sueño o si son influencias externas las que os hacen plantear este cambio. Sólo debéis acturar si estáis seguros de querer este cambio.
Si decidís cambiar los patrones de sueño del niño debeis aseguraros de que cuando le coloqueis para dormir vuestro hijo esté saciado. Sus necesidades calóricas deben estar bien cubiertas. Si el niño es mayor y ya come alimentos sólidos debes asegurarte que los tolera y los digiere bien. Más información sobre la Nutrición de los niños puedes encontrarla en nuestro especial. Además debes asegurarte que tu bebé está sano. Un bebé enfermo o hambriento se despertará a menudo. Los consejos específicos para un mejor sueño los encontrarás en nuestro artículo 10 Consejos: Así tu hijo aprende a dormir.
Además de estas recomendaciones para dormir sin llorar, Pantley ofrece recomendaciones concretas para los siguientes problemas:
Hábito de succión: Muchos niños relacionan el succionar el pecho, el biberón o un chupete para quedarse dormido. Cuando despiertan en la noche, muchos niños necesitan succionar de nuevo para quedarse dormidos. Para reducir esta asociación sueño-pezón Pantley propone que poco a poco y con suavidad el bebé se desacostumbre a dormirse con esta succión. Encontrarás más información sobre cómo retirar este estímulo en el artículo Dormirse sin lactancia ni biberón.
De vuelta a su propia cama: Elizabet Pantley muestra diferentes maneras de hacer que el niño se acostumbre y esté a gusto en su propia cama. La información detallada la encontrarás en el artículo Mi hijo no se queda en la cama.
Domir solo en su propia cama: Paso a paso puedes ayudar a tu hijo a dormir toda la noche sin tu ayuda. Los pasos los encontrarás en nuestro artículo El bebé aprende a dormir seguido.
Dormir sin llorar 5: Creación del plan individual de sueño
A partir del punto 4 y las siguientes propuestas puedes preparar un plan de sueño específico para tu hijo. Selecciona las soluciones que te parezcan más apropiadas y factibles. En el libro, Elizabeth Pantley propone un´modelo de plantilla, pero puedes crear una tú misma anotando los pasos que te gustaría llevar a cabo. También puedes determinar elementos concretos como el momento que quieres llevar al niño a la cama o el desarrollo del ritual previo a acostarse.
Dormir sin llorar 6: Implementar el plan diez días
Aunque no siempre es fácil de hacer trata de mantener el horario de sueño de tu bebé en sentido estricto. Cuanto más consecuente seas, mayor es la probabilidad de que funcione. Explícaselo a los demás miembros de la família y a las personas que se hagan cargo del bebé para no contradeciros ni entra en conflicto con su horario.
El esfuerzo sin duda valdrá la pena. No te desanimes si un día consigues un avance y al día siguente no funciona. A veces hay cosas inesperadas que escapan nuestro control, por ejemplo el niño puede estar enfermo. Mientras este es el caso, no sería apropiado hacer que se acostumbre a su propia cama si hasta ahora la ha compartido contigo. Abandona el plan e inténtalo de nuevo cuando el niño se haya curado.
Dormir sin llorar 7: Crear un nuevo protocolo
Pasados diez días, ha llegado el momento de sacar las primeras conclusiones. Ten en cuenta los resultados tal como se describen en el paso 3, anotando si es preciso los nuevos registros para el sueño de día, de tarde y de noche. También puedes elegir nuevos valores y elaborar un nuevo protocolo. La autora reitera que, según su experiencia, si es inferior a los 10 días puede no presentar el éxito deseado y podríais llevaros una decepción.
Dormir sin llorar 8: Análisis de los progresos
Compara el protocolo inicial (paso 3) con el protocolo que se crea después de diez días, y compara los cambios. A continuación debes analizar el procedimiento a partir de las siguientes preguntas:
¿Has sido consecuente en el seguimiento del Plan estos 10 días? (totalmente, sólo de manera parcial, o empezé bien y al final terminé recayendo en viejos hábitos)
¿Qué cambios positivos o negativos has observado?
¿En qué medida han vuelto estos cambios?
¿Qué más has percibido de los hábitos de sueño de tu niño?
¿Qué partes del plan han funcionado y cuáles no?
¿Qué cambios en el plan son necesarias?
¿Cómo planteas estos cambios?
Extrae un balance de tu análisis: ¿A qué resultado llegas?
Ha sido un éxito (o parcialmente): Es muy gratificante. Sigue el plan un poco más. Necesitará algún tiempo hasta que se haya estabilizado el nuevo ritmo. Ten por ello en cuenta que pueden aparecer leves problemas o recaimientos. Podría ocurrir, por ejemplo, si en vacaciones el niño duerme en un entorno extraño para él.
El progreso es positivo solo en parte: Por ejemplo, para conciliar el sueño. Esto demuestra que estáis en el buen camino. Si identificas los puntos del plan que no funcionan, no tiene sentido repetirlos y puedes eliminarlos.
No ha cambiado nada: ¡Anímate! Lo conseguirás. Intenta averiguar por qué no ha funcionado.
¿Has seguido el plan paso a paso? ¿Has cambiado cosas o no has sido fiel al plan? ¿Has tenido paciencia? ¿Ha habido algún acontecimiento imprevisto? Puedes plantear un plan distinto e intentarlo de nuevo.
Dormir sin llorar 9: Mantener o renovar el plan otros diez días
Una vez analizado decides si mantener el plan actual o crenovarlo. No te hundas si no obtienes el éxito esperado. En el caso que estés apunto de abandonar, o lo estás pensando, el niño llora en la cama hasta dormirse o estáis demasiado agotados para seguir, Elizabeth Pantley ofrece los siguientes consejos:
Tómate tu tiempo: Durante una semana intenta dormir lo máximo posible y haz de ello tu principal prioridad y “abandona” el plan para hacer dormir al bebé. Cuando hayas recuperado fuerzas y te veas de nuevo capaz, vuelve a intentarlo.
No hacerlo a medias: Tal vez llegado a este punto no estáis suficientemente seguros de seguir bien con el plan. Hacerlo a medias no es una solución. Empezad de nuevo o daros un respiro.
Sólo en caso de urgencia absoluta: Si lo has intentado todo y tu fuerza se ha agotado totalmente, ya no tienes más paciencia ni sabes qué más puedes hacer, quizá en ese momento es mejor dejar llorar al niño. Al día siguiente procura reconfortarle y darle mucho más cariño y atención.
Dormir sin llorar 10: Repetir los pasos 7, 8 y 9 cada diez días
Establece cada diez días (o en el intervalo que te hayas marcado) un protocolo de sueño, el paso 7. Analiza los resultados de este protocolo y mantenlo o renuévalo tal y como te explicamos en el paso 8. Ajusta el horario de nuevo si es necesario, como indica el paso 9. Mantén el horario y sigue el plan durante un tiempo más aunque el niño ya duerma solo y toda la noche. Los patrones de sueño deben consolidarse y puede que si dejas el plan ahora vuelva hacia atrás.
Como puedes ver, con paciencia y tiempo es posible ayudar a tu hijo a aprender a dormir sin llorar. El libro fue un best-seller en los Estados Unidos y ha sido traducido a 22 idiomas.
Autor: Anna Marsal Riera