Debilidad judicial en actuar debidamente

Muchos casos judiciales y los fallos aplicados, las más de las veces, no colman las expectativas de las víctimas. Por eso no resulta extraño que estos hablen de “Justicia lenta, benévola y selectiva”, que en muchos casos interviene no con la premura y rigurosidad que el común de la ciudadanía espera.

Ejemplos sobran. Por caso está el de la tuitera que quedó al borde del juicio oral por haber “amedrentado” en la red social al presidente Mauricio Macri y al juez federal Claudio Bonadio, entre otros. La Cámara Federal confirmó el procesamiento de la mujer.

“Macri justifica el asesinato a un ladrón, ya podemos salir a matar tranquilos a Macri, Prat-Gay, Aranguren, Michetti y todo funcionario PRO”, escribió primero la imputada identificada. En otro mensaje, publicó: “Si Bonadio prende fuego el kit Qunita, nosotros prendemos fuego a Bonadio. Tomá nota Pato Bullrich, es una amenaza, claro”.

Sorprende la premura de la Justicia con este caso, nada comparable con la actitud violenta y amenazante de la titular de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien no hace mucho tiempo desoyó una citación judicial a prestar declaración. Resistió en la sede de la institución, por lo que la Justicia tuvo que cumplir el trámite en dicho lugar.

Más recientemente, siempre abusando del pañuelo blanco y su avanzada edad -amén de cierta impunidad- Bonafini celebró con bombos y platillos un escrache a la gobernadora María Eugenia Vidal.

Vale la pena transcribir fielmente sus palabras: 

“Yo estoy contentísima, la verdad, los felicito a los compañeros de Chascomús. Eso es lo que hay que hacer, que no puedan salir a la calle, como salimos nosotros, que no puedan salir a la calle como sale Cristina. Así tenemos que hacerlo, perseguirlos”, dijo.

Algo parecido ocurre con Lilita Carrió, quien sostiene que Cambiemos maneja el Poder Judicial, y tiene en el ministro Garavano el mejor instrumento para que Angelici ejecute la música que el Gobierno pretende escuchar en la Justicia.

La pregunta cae de maduro: ¿Ningún fiscal le pedirá a la diputada que se explaye no en sets televisivos, sino en ámbitos de la Justicia, y así saber qué quiere tapar el Gobierno y qué complicidades no está dispuesta a tolerar? 

Más allá de esto, la oposición sigue mojándole la oreja a la Justicia. Es así porque los camioneros están siendo investigados en distintas causas que pusieron en pie de guerra a los sindicalistas.

Por eso, el secretario general de Camioneros, Hugo Moyano, hizo una dura advertencia al Gobierno: “Si ellos atacan a toda mi familia yo también los voy a atacar a ellos, que no me jodan”, desafió el gremialista. Las declaraciones del líder sindical se dan mientras el juez de Avellaneda Luis Carzoglio estudia el pedido de detención de Pablo Moyano que el último viernes hizo el fiscal Sebastián Scalera, quien considera al dirigente de Camioneros sospechoso de integrar una asociación ilícita junto con la primera línea de la barra de Independiente, que se dedicaba a defraudar al Rojo a través de la venta ilegal de entradas y el uso de socios truchos, operaciones por las que el club no percibía ingresos. 

El vicepresidente de Independiente se encuentra en Singapur asistiendo al 44° Congreso Mundial de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) y regresará al país el próximo jueves. Mientras tanto, el sindicalismo amenaza con medidas de fuerza si lo arrestan a su llegada. 

Hugo Moyano apuntó al oficialismo por la situación de Pablo: “Si me atacaban a mí uno está preparado, esos son como la mafia: atacan a los que más duele que son los hijos”. No obstante, el líder Camionero precisó que “no hay motivos” para detener a su hijo por lo que “se van a quedar con las ganas”.  

Pablo Moyano tensa la cuerda: “Sería un orgullo ir en cana con un Gobierno gorila”, dijo. En tanto, su padre se mostró desafiante: “Me siento amenazado permanentemente; si están esperando que me muera que sepan que mi vieja tiene 101 años y dicen que soy parecido a mi vieja”. Nadie puede negar que la gestión macrista viene lidiando con un sinfín de problemas, algunos desde el mismo inicio de la toma de poder, a lo que se debe agregar cuestiones internas dentro mismo de Cambiemos.

Asimismo está el conflictuado y cuestionado sistema judicial que prioriza casos de menor importancia en lugar de ocuparse de cuestiones más grave que precisan de pronta intervención y resolución.

Constitucionalmente se sabe que “todos somos iguales ante la ley”. Parecería ser que la Justicia argentina no lo sabe.