Los nuevos aranceles entre China y Estados Unidos ya han entrado en vigor. Desde este lunes, Pekín carga con entre un 5% y un 10% más productos procedentes de Estados Unidos, por importe de unos 60.000 millones de dólares. A su vez, Washington impone aranceles del 10% a cerca de 5.500 productos chinos por 200.000 millones de dólares. Unos movimientos que han elevado un peldaño más la guerra comercial abierta entre los dos países y que han llevado al Gobierno chino a criticar con dureza en las últimas horas al Ejecutivo estadounidense, al que acusa de imponer “medidas intimidatorias”.
Estados Unidos, con esta subida de aranceles y la que ya había aplicado en julio y agosto a otros 50.000 millones de dólares en productos chinos, “ha abandonado las normas fundamentales de respeto mutuo y consulta recíproca que guían las relaciones internacionales”, sostiene el Gobierno del presidente Xi Jinping en un libro blanco sobre las relaciones comerciales bilaterales publicado también este lunes.
“La tensión económica y comercial ha escalado rápidamente en un corto plazo de tiempo, lo que está causando un serio daño a las relaciones económicas y comerciales que se habían desarrollado a lo largo de los años mediante el trabajo colectivo de ambos Gobiernos y de los dos pueblos, y representa una grave amenaza al sistema comercial multilateral y al principio de libre comercio”, sostiene el documento, de 36.000 caracteres en mandarín.
Desde la llegada al poder de la Administración de Donald Trump en enero de 2017, Estados Unidos “ha lanzado una serie de acusaciones falsas contra muchos países y regiones, especialmente China, intimida a terceros mediante medidas económicas como la imposición de aranceles y usa presiones extremas para imponer sus propios intereses a China”, según la opinión de Pekín.