La región Noroeste es uno de los destinos dilectos de los argentinos durante todo el año. Si se tiene en cuenta la agenda de festivales y eventos, los meses de verano confirman esa tendencia con el Enero Tilcareño y la Serenata a Cafayate, que atraen a miles de visitantes de todas partes del país. En este recorrido, te brindamos cinco recomendaciones esenciales para disfrutar de lo mejor de las provincias norteñas.
1. Prever alojamiento.
Al contar con una altísima cantidad de camas, uno puede caer en la tentación de viajar a las provincias de Salta, Jujuy o Tucumán sin tener resuelto el alojamiento con la intención de buscar mejores precios en vivo y en directo. Es cierto que muchos turistas optan por esta modalidad ya que puede suponer ahorrarse unos pesos, especialmente si uno encuentra sitios en días entre semana. Y si a uno le sonrió la suerte en alguna oportunidad, al realizar estas maniobras de último momento; siempre la va a querer repetir. Error. En el NOA, en algunos destinos existe una informalidad muy importante que puede transformar el descanso en un dolor de cabeza. Hombre (o mujer) precavido vale por dos, reza el dicho. Y en este sentido, te recomendamos que tengas asegurado una cama dónde dormir, de acuerdo con tu presupuesto y tus necesidades, al menos el día de llegada. Al llegar cansado a destino, uno puede optar por propuestas caras y de mala calidad, es mejor tener unos días antes –al menos– la posibilidad de ponderar puntajes y comentarios de otros huéspedes.
2. Turismo cultural.
Las imponentes postales naturales del Norte argentino fueron epicentro de algunas de las comunidades más antiguas del país. Distritos fundados entre los siglos XV y XVI, como también importantes ciudades precolombinas vinculadas a la civilización inca, a los tilcaras, a los quilmes o los humahuacas. Esta gran constelación de atractivos culturales permite disfrutar hoy de atractivos únicos para el país, tanto del pasado incaico como de la colonia o incluso rescatando de la memoria importantes personajes de las gestas patrióticas del 1800.
La conjunción del pasado y el presente más el exquisito trabajo de investigadores argentinos y extranjeros lograron rescatar antiguas tradiciones, historias del pasado y personajes clave en la conformación del Estado nacional.
Que los paisajes no impidan disfrutar de los museos de Alta Montaña y de Güemes en Salta, en la misma ciudad se pueden conocer museos sacros y algunas de las iglesias más bellas del país. En Tucumán, es imperdible visitar la Casa Histórica, reconstruida en la década del 40 con la intención de mantener viva la historia y la memoria de la Declaración de la Independencia. En tanto, en Jujuy –especialmente en Tilcara– hay varios museos para conocer el pasado de los pueblos originarios del NOA.
Otra interesante arista está vinculada a la Ruta del Vino, que lleva por varios puntos de estas tres provincias pero tiene su cenit en Cafayate, con las mejores bodegas de torrontés del mundo y el Museo de la Vid y el Vino, uno de los más modernos del país.
3. Las distancias.
Las distancias entre uno y otro destino parecieran ser cortas. En menos de 300 kilómetros se puede pasar de la provincia de Jujuy, a la de Salta y a la de Tucumán, pasando por sus capitales. Sin embargo, hay que tener en cuenta el tipo de suelo montañoso, rutas que en muchos casos no están en óptimas condiciones y el intenso tráfico pueden contribuir a que los trayectos sean muy lentos. Unos 100 kilómetros pueden demorarse 2 y hasta 3 horas.
Al momento de encarar un viaje entre provincias o pueblos también se debe decidir si realizar el recorrido por las autopistas o por el camino de cornisa. El primero se encuentra en buenas condiciones y es accesible para cualquier conductor mínimamente avezado, son además las rutas más concurridas y con mejores servicios. Sin embargo, para apreciar la belleza imponente de los cerros y las montañas, es posible conducir a través de las rutas de cornisa. Las mejores postales, por supuesto, provienen de estos caminos, pero los conductores deben tener muy en cuenta que son complejos para manejar y que están sujetos a determinadas condiciones meteorológicas. Pensemos en la popular Cuesta del Obispo, que llega hasta Cachi, o el camino a las Salinas Grandes en Jujuy, a través de la Quebrada de Humahuaca.
Si va a conducir, hay que asegurarse de estar en condiciones, caso contrario, se podría contratar algunos de los múltiples servicios que ofrecen agencias de turismo, remises y particulares.
4. El soroche
El soroche o mal de altura es muy frecuente al pasar a territorios montañosos. Los viajeros pueden estar afectados muy probablemente a este mal, que consiste en mareos, malestar general y falta de aire. El soroche se origina por la hipoxia o falta de oxígeno en el organismo debido a la alta presión atmosférica que caracteriza a los lugares con mayor elevación sobre el nivel del mar.
El Mal Agudo de Montaña (o simplemente Mal de Montaña) se manifiesta principalmente en personas que no frecuentan o no se aclimatan a vivir en zonas que se encuentran a una altura mayor a 2.500 metros sobre el nivel del mar, generando problemas de adaptación del cuerpo a esta nueva experiencia, provocando malestar e incomodidad durante el tiempo de viaje.
Los síntomas suelen ser mareos, dolor de cabeza, fatiga y agotamiento físico, agitación, trastornos digestivos. Para evitar el mal, es importante aclimatarse. Es necesario que los primeros días de viaje no se realicen actividades que incluyan esfuerzo físico, ya que es necesario que el cuerpo se aclimate a la nueva altura, para que en los días siguientes se pueda disfrutar bien del viaje sin ningún tipo de problema. Otras consideraciones son evitar consumir alimentos pesados y mantener los primeros días una dieta blanda, evitando el alcohol.
Los remedios contra el mal de altura también son muy efectivos, tanto mascar coca como las pastillas para el soroche que son muy efectivas y se pueden comprar sin receta.
5. Volver.
El NOA tiene tantos pueblos y ciudades bellos que uno busca conocer lo más posible. Las típicas rutas que incluyen Humahuaca, Tilcara y Purmamarca en Jujuy, incluyendo las Salinas Grandes, Cachi, Cafayate, San Antonio de los Cobres y la ciudad de Salta, y la región de Tafí del Valle en Tucumán. El programa es muy ambicioso, demasiado, y eso que no estamos incluyendo destinos de ensueño como Javi, Iruya o las yungas.
Muchas veces las agencias de viaje o uno mismo, al hacerlo por internet, organiza itinerarios agotadores para tratar de conocer la mayor cantidad de paisajes posibles. Esto puede ser un gran error, ya que los paisajes del NOA requieren tiempo y el cuerpo necesita adaptarse a los distintos cambios de altura. Además, una lluvia o un día de excesivo calor pueden hacer cambiar los planes. El consejo es hacer una parada cada dos o tres días, para conocer los pueblos y las ciudades adecuadamente.
Y, por supuesto, tener en la mente que siempre se puede volver al Norte, una región amable y preparada para recibir a los visitantes de todo el mundo.