El femicidio de Sandra Silguero volvió a ponerse en la agenda nacional ayer, en la segunda jornada del 34º Encuentro de Mujeres. Karina, la hermana de quien fuera asesinada en 2015 por el aún prófugo Daniel Borlicher, participó de una charla abierta con el grupo de familiares de víctimas de violencia machista “Atravesados por el femicidio”. Si bien no es la primera vez que la mujer forma parte de este encuentro, había destacado a este medio que sería una oportunidad para “conocer, lamentablemente, a familiares que atravesaron por lo mismo: perder a una persona querida”.
El objetivo es continuar con la visibilización del caso, teniendo en cuenta que Borlicher, ex pareja de Sandra, es buscado desde hace cuatro años, con una recompensa de $500.000 que fue impuesta por Nación. La familia fue, incluso, hasta Paraguay, pero aún no hay rastros del femicida.
Karina aprovechó también la jornada de ayer para pegar carteles con el rostro de Borlicher en las calles platenses. “La solidaridad de las compañeras es la única esperanza que tengo para encontrarlo”, había confiado a este diario. Asimismo, vale destacar que al menos unas 120 correntinas participan del encuentro, el cual tuvo ayer el desarrollo de talleres con diversas temáticas y su marcha principal y hoy se decidirá qué ciudad albergará la 35ª edición de la propuesta.
Entre las representantes locales estuvieron las mujeres del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), más precisamente del espacio “Vientos de Libertad”, quienes se ocupan de casos de consumo problemático de sustancias. Justamente, participaron de uno de los talleres relacionados a la temática.
Según contó a El Litoral una de sus referentes, María José Rivero, dicha actividad les sirvió para “entender que no hay políticas públicas para atender a las mujeres con problemas de consumo”. “Notamos que el problema se profundiza con respecto a los varones, porque las mujeres tienen el mandato de ‘ocuparse de sus casas y familias’ y, así, se dificulta que asistan a un tratamiento”, agregó.
En ese sentido, Rivero destacó que, ante la ausencia de políticas públicas, debe ser en los espacios sociales donde “debemos generar” las líneas de asistencia a mujeres con problemas de consumo. “También formamos parte del taller de ‘Mujer y organización barrial’ donde hablamos de la feminización de la pobreza”, añadió.
“Se realizaron más de 87 talleres en 22 escuelas abiertas desde ayer (por el sábado), algunos colapsaron, por lo que se tuvieron que armar subgrupos. Según los medios, hay más de 200 mil compañeras, pero para mí son muchas más”, finalizó.