Buen sueño, buena salud

Por Heitz, María Itatí 

Especialista en Medicina del Sueño

El 15 de marzo se celebró el Día Mundial del Sueño con el lema “Sueño saludable, envejecimiento saludable”. Para la mayoría de los adultos, dormir 7 u 8 horas durante la noche puede ser lo más importante que podemos hacer para mejorar nuestra futura salud física y mental. Los niños necesitan dormir aún más para aprender y jugar adecuadamente. 

Investigaciones recientes han demostrado la importancia de la cantidad adecuada de sueño para la salud del cerebro, ya que, durante el sueño, el cerebro elimina las toxinas que potencialmente pueden dañar el envejecimiento del mismo, estas se acumulan durante el día mientras estamos despiertos.  El sueño también ayuda a mantener las conexiones del cerebro saludables y trabajando al máximo, especialmente cuando se aprende y se recuerda cosas nuevas.

Vivir bien 

Dormir bien y la cantidad de sueño es una clave para envejecer bien, mejorar las probabilidades de salud física, cognitiva y emocional. Dormir bien en la edad adulta y en la edad madura reduce el riesgo de obesidad e hipertensión, protege contra el deterioro cognitivo relacionado con la edad y la enfermedad de Alzheimer, y se ha asociado con tasas reducidas de depresión.  En algunos estudios, el sueño regular incluso se ha asociado con menos signos de envejecimiento en la piel de la cara y mejor tono del tejido. Lucir mejor, sentirse mejor, ser mejor.

El sueño es fundamental para todos los aspectos de nuestra salud mental y física en todas las edades, desde el nacimiento en adelante. La profunda importancia del sueño para tener una vida sana, feliz y larga nunca se desvanece. La evidencia emergente sugiere una conexión entre el envejecimiento celular prematuro y la falta de sueño.  

Regulación metabólica

Dormir es una necesidad humana básica, como comer y beber, y es crucial para nuestra salud y bienestar en general. El sueño, como el ejercicio y la nutrición, es esencial para la regulación metabólica en los niños. Existe evidencia de un vínculo entre la duración del sueño y la obesidad infantil. Los hallazgos son más evidentes en las niñas. La duración del sueño es el efecto de la variabilidad diaria del tiempo de sueño/vigilia en la regulación del peso.  Respirar regularmente durante el sueño es fundamental para mantener el bienestar y la salud. La interrupción persistente de la función respiratoria durante el sueño se llama apnea del sueño. Este es un trastorno generalizado que afecta al 4% de los hombres y al 2% de las mujeres. La apnea del sueño causa somnolencia y fatiga durante el día y puede provocar afecciones como hipertensión, cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular y diabetes.

Se sabe que la falta de sueño o el sueño de mala calidad tienen un impacto negativo significativo en nuestra salud a largo y corto plazo. Los efectos del día siguiente del sueño de mala calidad incluyen un impacto negativo en nuestra capacidad de atención, recuerdo de la memoria y aprendizaje.  Se están estudiando los efectos a más largo plazo, pero la falta de sueño o la falta de sueño de buena calidad se ha asociado con problemas de salud importantes, como obesidad, diabetes, sistemas inmunitarios debilitados e incluso algunos tipos de cáncer. La falta de sueño está relacionada con muchas afecciones psicológicas como la depresión, la ansiedad y la psicosis.

Calidad 

La calidad del sueño es crucial para garantizar una buena salud y calidad de vida, son esenciales para el funcionamiento diario. Los estudios sugieren que la calidad del sueño en lugar de la cantidad tiene un mayor impacto en la calidad de vida y en el funcionamiento diurno. Dormir bien es saludable en los niños, mejorará el bienestar general y el desarrollo del niño. Un descanso de mala calidad tiene un mayor impacto negativo en la salud, el bienestar y la satisfacción con la vida que la cantidad de sueño que obtiene una persona.  La calidad del sueño es responsable del estado de alerta, la mejora del funcionamiento al día siguiente y la mejor calidad de vida.