Santa Catalina se encuentra habitado hace menos de un año por más de 300 familias y en este tiempo fueron apareciendo diferentes comercios y emprendimientos de los mismos vecinos. Son variados los servicios y locales con los que cuenta el barrio inaugurado de manera formal en noviembre del año pasado.
En el predio funcionan cerca de media docena de kioscos, lavadero de autos, tienda de mascotas, vivero, peluquería, panificados, ferretería y gimnasio. Además, los habitantes del barrio cuentan con librería y varios servicios de comida a domicilio.
Otras cuestiones también están disponibles de acuerdo a la ocupación de cada uno. Según señalaron, hay servicios inmobiliarios, gráfica y reparación de motocicletas, muchos de los cuales son publicitados a través de la revista barrial Miscelánea.
Venta de ropas, alquiler de inflables para cumpleaños infantiles y juegos didácticos para niños son otros de los rubros cubiertos en el barrio que tiene apenas 10 meses de vida. Esta variedad permite a los vecinos de allí poder acceder a diferentes bienes y servicios sin la necesidad de salir de Santa Catalina.
En cuanto a servicios brindados por el Estado, tienen presencia policial las 24 horas, atención de salud en la Saps, recolección de residuos tradicional y diferenciada y ferias de frutas y verduras algunos días.
Más allá de la variedad de oferta en diferentes rubros, algunos quedan aún pendientes y pueden generar dificultades; más teniendo en cuenta que desde hoy vivirán allí 350 familias nuevas, completando un total cercano a las 2.500 personas. Uno de ellos es el de carnicería, que por el momento no hay en el barrio.
Además, el servicio de pago de facturas está todavía ausente en Santa Catalina, aunque los vecinos aguardan la apertura de un punto de la Caja Municipal de Préstamos donde puedan abonarse algunas boletas. Otra carencia son los cajeros automáticos que por el momento no tienen, siendo los más cercanos los que se encuentran en la zona de la terminal de ómnibus por Maipú.
Colectivos
La empresa Turismo Miramar presta, de manera provisoria, el servicio de transporte público que llega hasta Santa Catalina, mientras que el 103 sólo pasa por la rotonda de acceso en su camino al Doctor Montaña. Según señalaron vecinos de Santa Catalina, el primer coche ingresa antes de las 6 y el último sale del barrio cerca de las 23.
Con el incremento de la cantidad de familias que habitan en el barrio, esperan que la prestación de los colectivos sea suficiente y cuenten con una frecuencia que se corresponda con la demanda que habrá para trasladarse hasta el centro, ubicado a varios kilómetros.
En tanto, una de las dificultades que pretenden que se resuelva es la habitual presencia de caballos sueltos en el predio, algo que genera preocupación a los habitantes.
Tanto esta última problemática como el servicio de colectivos serán cuestiones comunes que afectan a los vecinos de las 678 viviendas del Procrear y a los de las 350 de Invico que se entregan hoy. Entre un grupo habitacional y otro hay alrededor de 600 metros, pero existen cuestiones que serán de interés común.
Así lo expresaron desde la procomisión que funciona en el barrio, desde donde se gestionaron ya varias cuestiones y apuntan ahora a la integración con sus nuevos vecinos. Desde la organización comentaron a El Litoral que se encuentran a disposición de los habitantes que llegan hoy a Santa Catalina, pudiendo contactarse personalmente o a través del mail [email protected].