Si estás pensando en hacer una escapada con tu esterilla, te presentamos los mejores lugares para hacer yoga mientras viajas. Desde los más icónicos hasta sorprendentes retiros en los que, seguramente, no habías pensado y donde hacer un “saludo al sol” será aún más especial.
Mysore (India), la cuna del Ashtanga
Fue en la pequeña ciudad de Mysore donde el gurú K. Pattabhi Jois dio forma al yoga asthanga vinyasa. Considerado como la evolución moderna del yoga indio clásico, esta variedad enlaza las asanas, posturas, con movimientos de conexión, los vinyasas, y, al mismo tiempo, tiene siempre presente la respiración y mantener la vista en determinados puntos, los dristhi. Patthabi Jois diseñó 6 series, que van aumentando en dificultad y que, normalmente, el estudiante memoriza y practica autónomamente mientras que el profesor hace correcciones y ayuda a mejorar la práctica. Por ello, a diferencia de otros tipos de yoga, el ashtanga se suele impartir en las llamadas clases al estilo Mysore, en las que se requiere un grado de concentración muy elevado.
Con una afamada shala en Gokulam y una recién inaugurada en un barrio periférico, cada año son cientos los yoguis experimentados de todo el mundo que viajan al estado de Karnataka para practicar con quien ahora le lleva el relevo, su nieto Sharath Jois. Si nunca has probado este tipo de yoga, pero tienes interés, lo mejor es que hagas base cerca del primero. Asistir a las clases de Sharath requiere un nivel avanzado en la práctica y la memorización de la serie, te aconsejamos que te dirijas a Gokulam, donde encontrarás decenas de escuelas (te aconsejamos las de primera hora de Yoga Bharata), hostales y restaurantes para avanzar a tu ritmo. Su ambiente relajado y la posibilidad de combinar yoga con clases de meditación, de pranayama (ejercicios de respiración) o Ayurveda hacen a Mysore un lugar perfecto para practicar yoga mientras viajas.
Lago Atitlán (Guatemala), yoga con vistas a los volcanes
Siente una conexión completa con la naturaleza mientras practicas yoga con vistas a uno de los lagos más bonitos del mundo. Rodeado de volcanes, protagonistas de leyendas y de amaneceres extraordinarios, Atitlán es uno de los destinos favoritos de los yoguis viajeros. Dentro de los muchos pueblos ubicados alrededor del lago, San Marcos La Laguna es el que aúna más posibilidades para avanzar en tu práctica. Considerado como el más bohemio y jipi, cuenta con un centro situado en la montaña perfecto para retiros de varios días, The Yoga Forest, y otro especializado en meditaciones guiadas y cursos de yoga que combinan otras terapias, Las Pirámides del Ka.
A tan solo 15 minutos caminando de San Marcos, en el aletargado pueblo maya de Tzununa, también se ubica el ashram Mahadevi. La escuela Kaivalya se especializa en yoga Bhakti o “yoga de la devoción a Dios”. Esta es una variante más relajada en la que se trata más el aspecto psicológico de la práctica.
Si buscas algo más económico o menos comercial, no lo dudes y dirígete a Santa Cruz, donde, con vistas al lago, parece que se paró el tiempo hace mucho. Isla Verde o La Iguana Perdida ofrecen alojamiento y clases frente al lago, mientras que Villa Sumaya se especializa en retiros de yoga.
Koh Phangan (Tailandia), yoga con sabor isleño
Conocida por su salvaje Full Moon Party, quizás no imaginabas a Koh Phangan dentro de esta lista de los mejores destinos para practicar yoga alrededor del mundo. La mediana de las llamadas “Islas del Golfo de Tailandia” es un lugar ideal si quieres combinar unas vacaciones de playa con clases de yoga sin dejarte un dineral en retiros espirituales.
The Sanctuary es toda una institución en Phangan. Inaugurado en 1989 en una zona de jungla cercana a Haad Tien Bay, puedes optar por acogerte a un programa de varios días, apuntarte a un “yoga teacher treaning”, hacer un “detox” o, simplemente, apuntarte a una de las clases diarias que ofrecen. Mejor conectado con el resto de la isla, en el centro de reunión de los yoguis de la bahía de Srithanu, Orion Healing Center ofrece clases diarias de yoga, retiros, talleres y programas de detox con el denominador común de unas vistas al mar espectaculares. Además, gracias a su comida vegana cocinada con ingredientes orgánicos, su restaurante es uno de los más aclamados de la isla.
Por otro lado, seguro que te interesa saber que, gracias a su buena conexión a Internet, la isla se está posicionando rápidamente como un rincón muy apetecible para nómadas digitales que quieren hacer un parón en su viaje. Además de varios co-workings, ya se pueden encontrar restaurantes de comida healthy casi en cualquier esquina, así como escuelas de masaje tailandés, meditación, reiki o Muay Thai, entre muchas otras disciplinas.
Ubud (Indonesia), meditación entre arrozales
Gracias a sus exuberantes paisajes de arrozales, la tranquilidad y la espiritualidad que se respira casi en cada rincón y la amabilidad de sus habitantes, la “Isla de los dioses” lleva décadas siendo uno de los destinos preferidos de los viajeros yoguis. Con más de 500 centros de yoga y retiros espirituales esparcidos por la isla, la tarea de elegir puede ser menos zen de lo que esperabas. Nuestra recomendación es que, si es tu primera visita a Bali, cojas tu esterilla y te dirijas a Ubud, la capital cultural y el epicentro del yoga en Indonesia. Aquí podrás encontrar desde sencillos alojamientos por 7-8€ diarios hasta lujosas villas con vistas a terrazas de arroz donde descansar tras tus tranquilas sesiones de vinyasa flow o las más cañeras de power flow.
El centro de referencia de Ubud (y casi del Sudeste Asiático) es The Yoga Barn, con múltiples shalas, un restaurante, una tienda de zumos casi propios de un alquimista y una sala de tratamientos. Lo mejor es que la variedad de clases y horarios es apabullante, pero ten en cuenta que, al ser tan popular, las salas suelen estar bastante llenas y puede resultarte incómodo si no tienes mucha práctica y necesitas más atención del profesor. Otros estudios menos conocidos, pero más acogedores son Taksu Yoga, Ubud Yoga House o Intuitive Flow.
Si puedes elegir un momento del año para visitar Bali, intenta cuadrar tu viaje con el Bali Spirit Festival. Celebrado durante 7 días, entre marzo y abril, durante este festival podrás aprender de prestigiosos profesores de yoga y también ser parte de seminarios o meditaciones guiadas.
San Juan del Sur y playa Maderas (Nicaragua), asanas con vistas al Pacífico
Con unos atardeceres mirando al Pacífico que te ayudarán a alinear los chakras, San Juan del Sur puede ser tu próximo destino de viaje y yoga. Este antiguo pueblo pesquero ha ido creciendo entre las diferentes colinas que abrigan la bahía en forma de herradura, que ahora albergan hostales y bares de mochileros ansiosos por encontrar olas que surfear y no faltar a la cita con el famoso Sunday Funday. La apuesta más segura para practicar sobre la esterilla en San Juan del Sur es Zen Yoga, donde podrás dejarte caer en alguna clase de spicy vinyasa, yin yasa o gentle flow, apuntarte a un taller o a un retiro o, si coincides con el último miércoles de cada mes, unirte al vinyasa vino, un evento que cierra una relajante clase de yoga (como ya habrás adivinado) con una copa de vino.
Por su lado, playa Maderas es la hermana tranquila de San Juan del Sur. Separadas a tan solo 10 minutos en camioneta, el ambiente de esta es mucho más relajado y más propicio para pasar unos días de comunión con la naturaleza. Podrás combinar tus ratos de mar con la práctica de yoga en Hulakai, Maderas Village o Pranamaya.