Trabajadores que se desempeñan en diferentes ámbitos de la ciudad, cuya actividad se encuentra paralizada, continúan con la preocupación, más que nada por las complicaciones económicas que ya se hacen visibles en el día a día. Con el anuncio del Gobierno nacional de extender la cuarentena obligatoria, muchos comienzan a buscar alternativas, aunque son escasas las opciones para generar ingresos.
Los puesteros del paseo de compras del San Gerónimo armaron ya un esquema de atención en medio de la emergencia, pero por el momento el lugar no volverá a abrir y se encamina a cumplir ya un mes cerrado. Así, tras casi treinta días sin poder trabajar, los comerciantes están en alerta, más allá de la postergación de algunos vencimientos de deudas que habían contraído.
Una de las opciones encontradas fue la venta a través de Facebook o Whatsapp. Aunque la demanda es escasa, apuntan a generar al menos algo de dinero con la comercialización para los gastos diarios. Además, recibieron en los últimos días algunas mercaderías por parte del Municipio.
Cartas y juegos de mesa son algunos de los productos que apuntan a vender de manera virtual, justamente porque pueden ser atractivos durante la cuarentena y para pasar tiempo en familia.
Por otra parte, los tarjeteros también se suman a la lista de trabajadores cuya actividad se encuentra completamente paralizada hace ya varias semanas y sin perspectivas de que puedan reanudar sus tareas en el corto plazo. En este sentido, señalaron a El Litoral que “tenemos claro que, por lo menos hasta fin de mes, no vamos a poder trabajar y es algo que nos preocupa muchísimo”.
Si bien están de acuerdo con el aislamiento y deciden priorizar su salud, comienzan a tener algunos apremios que hacen crecer la preocupación en el plano económico, sobre todo con la comida y el pago de algunas deudas informales.
Los trabajadores que cobran el estacionamiento medido en la ciudad percibieron su salario básico esta semana. El monto es de $3.500, el cual el Municipio se comprometió a pagar más allá de la paralización de la actividad. La mayoría de ellos no cuentan con otro trabajo y los que realizan changas están impedidos por el aislamiento social, por lo cual están en alerta teniendo en cuenta que no trabajarán seguramente hasta mayo, en el mejor de los casos.
Como el mayor porcentaje de sus ingresos proviene de la comisión por la venta de tickets, se encuentran a la espera de novedades sobre la posibilidad de que les entreguen mercadería o algún otro tipo de asistencia que les ayude a sobrellevar esta difícil situación.
Otros sectores se muestran también preocupados por la extensión de la cuarentena obligatoria, a pesar de poder legalmente desarrollar su actividad. Tal es el caso de los remiseros, que realizan algunos viajes puntuales cumpliendo con las medidas sanitarias, pero la demanda es casi nula.
(DS)