Jueves 25de Abril de 2024CORRIENTES23°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$853,0

Dolar Venta:$893,0

Jueves 25de Abril de 2024CORRIENTES23°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$853,0

Dolar Venta:$893,0

/Ellitoral.com.ar/ Especiales

El poeta y la pandemia: “Hay que construir otro mundo, de entrega a las cosas valiosas”

El destacado escritor habló de la coyuntura. “El poeta está acostumbrado a las cuarentenas”, señaló. Además, remarcó que en estos tiempos de coronavirus hay cosas que lo “afligen muchísimo” y que “desde mi lugar no puedo hacer más que seguir manteniendo la lamparita de la poesía, de las cosas esenciales”. Este fin de semana le harán un homenaje virtual por su trayectoria. 

Gustavo Lescano

glescano@ellitoral.com.ar

“Yo estoy para los demás, no estoy para mí, ya no existo… existe lo que trato de hacer”. Con estas palabras, el poeta se despide de la charla, pero bien valen para presentarlo: es una síntesis de su misión actual, a los 84 años, de su visión del ser y del otro, de las raíces comunes, de su destino y de su postura frente a un mundo pandémico, distópico.

Como todo poeta, Jorge Sánchez Aguilar tiene las palabras precisas porque las considera con un valor inigualable para develar la verdad y echar luz sobre la oscura realidad. Y si a la palabra le suma la raíz cultural de un pueblo que aún tiene la chance de despertar eyectado por una milenaria sabiduría, entonces se abre un tiempo de esperanzas…, de renacer.

Con la poesía, toda verdad puede llegar a ser tan deslumbrante como el aleteo del colibrí, como “el baile del mainumby”, una figura atrapante de la cultura guaranítica que inspiró e inspira a Sánchez Aguilar.

“La poesía es la primera y última palabra, la que dice la verdad de la cosa. Es la única que puede dar una razón última y certera de las cosas, porque es la que deja a la palabra poética en la desnudez total. Por eso la poesía es una palabra inútil, no sirve para negociar, tampoco para juzgar, para condenar; para nada... Sirve más que nada para levantar los velos que ocultan las palabras, que es el medio que tenemos para comunicarnos y conocer”, resaltó en otro tramo de la entrevista con El Litoral en la víspera de un homenaje que le prepararon en el mundo online.

Es que el reconocido poeta correntino es distinguido este fin de semana por escritores de distintas generaciones en un encuentro que continuará el fin de semana a través de una plataforma virtual. Un cónclave que, en un original juego de palabras, fue denominado “Zoom-bidos del mainumby”.

“La idea me pareció muy buena porque la poesía es una señora bastante olvidada”, graficó Aguilar y lanzó luego una carcajada del otro lado del teléfono por la manera en que la describió. “Pero en serio -continuó-, me pareció interesante la iniciativa, sobre todo porque viene de un proyecto cultural internacional”. Además, “promover la atención sobre la poesía me parece una idea buenísima, en especial en estos momentos de angustia, de tanta incertidumbre y etcétera, etcétera; me parece bueno recurrir a lo seguro. Los poetas son los que dicen las cosas que permanecen”.

Asimismo, aclaró que al homenaje “lo acepto en nombre de la poesía” porque “solo soy un humilde transmisor; apenas soy un punto en una cinta de transmisión eterna, infinita”. En este sentido consideró que “hay que saber qué es fundamental para el hombre. Porque el hombre, que tiene los ojos negros de contar monedas, no tiene tiempo de mirar las cosas importantes”.

Pandemia

“El poeta está acostumbrado a las cuarentenas”, señaló Sánchez Aguilar al ser consultado sobre este tiempo de coronavirus, y agregó: “Uno está en contemplación, en silencio, esperando el paso de esta señora desconocida, que es la poesía. Pero está también en la incertidumbre -que aumenta- y el desasosiego, la angustia, etcétera. Y es humano angustiarse porque hay necesidades básicas. Ayer veía un programa de TV y es alarmante las cosas que están sucediendo: hay gente que no tiene para comer. Eso a mí me aflige muchísimo”. 

En este sentido indicó que “desde mi lugar no puedo hacer más que seguir manteniendo la lamparita de la poesía, de las cosas esenciales, que por más hambre que se tenga no se pueden perder de vista nunca”.

En ese tramo de la charla se le consultó sobre el concepto de “distanciamiento social”, que también puede expresar algo contrario a lo que se requiere en estos momentos: el cuidarse como comunidad. 

“Precisamente, a cuidarse en comunidad es a lo que hay que tender. El hombre no es una isla, es un ser que está hecho para dialogar, para conversar, para acercarse, comunicarse y enriquecerse espiritualmente. Y hoy estamos en las antípodas de todo eso. Cada vez más estamos demostrando con nuestra conducta un egoísmo tremendo. Aunque aparentemente no es así, es así”, afirmó. No obstante, destacó que siempre brota la solidaridad “y la prueba de eso está en ver lo que sucede en los barrios pobres de Buenos Aires, donde juntan arroz, carne, verduras y comparten una comida. Eso es lo que tenemos que aprender, a compartir, a cambiar la cabeza de una vez por todas para seguir viviendo como seres humanos”.

Cultura guaraní

Al recordar sus inicios como poeta, inevitablemente aparecen esas juveniles inquietudes y lo guaraní como matriz en su impulso y obra. “Creo que escribir fue un designio de lo alto”, señaló contundente para después explicar: “Comencé a los 15 años y nadie me dijo ‘sentate a escribir’. Simplemente empecé y seguí. Hasta que descubrí la cultura guaraní”.

En ese momento, relató, se le abrió todo un abanico increíble. “Estudiaba en Buenos Aires en esa época y todo el mundo hablaba de la identidad latinoamericana…, identidad de aquí, de allá, pero nadie sabía qué era eso…, y yo tampoco. Hasta que lo descubrí gracias a (Augusto) Roa Bastos, a partir de una colaboración suya en la revista Crisis. Allí, en el número cuatro, publicó una serie de poemas, de himnos, de oraciones guaraníticas, rescatadas de primeras fuentes. Y bueno… a mí se me cayeron las medias. Ahí dije: ‘Acá está la cosa, esta es la identidad’”.

—¿Son los mismos valores que hoy lo motivan a escribir?

—Y son los valores eternos que yo continué desde entonces. Desde la década del 70 que estoy con esta temática, dedicado únicamente a estudiar, conocer y profundizar esos valores de los hermanos guaraníes, que tienen una profundidad que la mayoría de la gente no tiene la menor idea, lamentablemente”.

—¿Por qué no se conoce, por qué fue ocultado?

—Es un designio maligno, perverso, de los gobiernos, de los partidos políticos, de las ideologías políticas de todos los colores, que se han dedicado a hacer olvidar toda esa riqueza cultural y espiritual de un pueblo que es la raíz del nuestro. Nosotros, antes que europeos, tenemos que tener la conciencia de que somos guaraníes- remarcó.

Al respecto insistió: “El pensamiento guaraní es riquísimo. Tiene valores morales que no tenemos hoy en día. Y bueno, eso es un designio político, ideológico: mantener al pueblo ignorante para manejarlo”.

También hizo hincapié en que siempre apostó “a la cultura guaraní de manera total, aun cuando me faltó el idioma, porque yo pertenezco a la época en que en la casa y la escuela estaba prohibido hablar guaraní, por una ley de Bartolomé Mitre. Y, fijate vos, me enteré hace poco que fue abolida, pero después de cuánto tiempo…”.

En este sentido, sin rodeos, sentenció: “El pueblo que no maneja su idioma es un pueblo mudo. Es un pueblo ignorante que no sabe de dónde viene y hacia dónde va, y al que manejan fácilmente. Esa es la historia nuestra. Si no conocemos lo que fuimos, cómo pretendemos saber lo que somos y, mucho menos, hacia dónde vamos”.

Otro mundo

En el final de la entrevista, Jorge Sánchez Aguilar volvió a remarcar el valor de la poesía, sobre todo, en esta difícil coyuntura. “El homenaje a un poeta es algo circunstancial -indicó-. Lo importante es la poesía, lo que dice, lo que muestra, porque la poesía tampoco cura, ni resuelve problemas económicos, ¡ojo! Lo que hace es mostrarnos la verdad: lo que la palabra dice, lo que la palabra significa de las cosas”.

De esta manera “podemos llegar a construir otro mundo, porque el que nos enseñaron en la escuela no es el único, por suerte… Y tenemos que construir ese otro mundo, esa otra forma de vida, que es de una vida sencilla, comunitaria, de entrega a las cosas valiosas. Por eso digo que el hombre se salva ‘por lo de arriba’, es decir, por los pensamientos, por las formas en que ve y entiende las cosas”.

En ese entender las cosas parece estar la salida de este presente pandémico, al menos así lo propone este poeta que posa su mirada desde lo alto, “por arriba”, como dijo, tal vez como una identificación perfecta con ese personaje fascinante que inunda sus obras, el colibrí o mainumby.

¿Te gustó la nota?

Ocurrió un error