En un año sin clases presenciales en la Ciudad, docentes, alumnos y familias debieron adaptarse. Cada uno, desde su lugar, hizo malabares para reponer ese aprendizaje fragmentado, incorporado sin contacto social, mediatizado con una tecnología que ayuda pero también agota.
Hoy los números muestran que ese esfuerzo titánico no bastó: casi el 40% de los estudiantes secundarios de escuelas públicas porteñas no logró los aprendizajes esperados. Lo mismo ocurrió con el 5,3% de los alumnos de primarias estatales de la Ciudad, que no alcanzaron los objetivos y pasaron de grado en situación de “promoción acompañada” (con mayor sostén y seguimiento), cuando en 2019 fue el 2%, menos de la mitad.
Las cifras surgen de un informe del Ministerio de Educación de la Ciudad, que analiza el impacto de un año de clases virtuales por la pandemia. Y que, entre otras consecuencias, destaca cómo la falta de encuentro entre compañeros también repercutió.
(JML)