La piel es nuestro órgano más extenso, requiere de un cuidado constante y la exposición prolongada al sol constituye uno de los principales factores de riesgo para desarrollar melanoma. Según las últimas estimaciones realizadas por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer para el año 2020, en el mundo se diagnostican 324.635 casos de melanoma, de los cuales 18.881 corresponden a Latinoamérica.
La exposición al sol en horarios inadecuados con riesgo de sufrir quemaduras es la causa más frecuente del melanoma en la Argentina, aseguraron especialistas. Al respecto, afirman que es primordial proteger y educar a los niños, niñas y adolescentes acerca de los daños que produce la radiación ultravioleta.
La primera señal o síntoma de la existencia de un melanoma con frecuencia es un cambio en el tamaño, forma, color o sensación de un lunar existente. Los melanomas también pueden aparecer como un lunar nuevo, negro o anormal. Pero no suelen presentar molestias ni síntomas añadidos en los primeros momentos de su aparición.
Los síntomas pueden aparecer por el crecimiento incontrolable y diseminación de las malignas por el resto de las estructuras del cuerpo (ganglios linfáticos cercanos u otros órganos). Es importante recordar que la mayoría de personas tienen lunares y casi todos los lunares son benignos.
En los varones suele aparecer en el tronco o la región de la cabeza o el cuello, mientras que en las mujeres suele aparecer más frecuentemente en brazos o piernas.
Dentro de las principales formas de prevenirlo es evitando la exposición solar en horas pico, el uso debido de crema con factor de protección adecuado, uso de ropa clara en lo posible con filtro UV y sombrero de ala ancha. Es necesario consultar al dermatólogo cuando se observen cambios en un lunar. La regla del Abcde nos puede ayudar a distinguir un lunar normal de un melanoma:
A. Asimetría: que la mitad de un lunar no es igual que la otra mitad.
B. Bordes irregulares: bordes desiguales. Irregulares, borrosos o dentados.
C. Color: los colores más peligrosos son los rojizos, blanquecinos y azulados sobre lesiones de color negro.
D. Diámetro: cuando el lunar mide más de 6 milímetros o aumente de tamaño (mayor de 6 mm).
E. Evolución: si el lunar experimenta cambios en cuanto a tamaño o forma.
Determinar en qué fase o estadio esta un tumor nos permite conocer la extensión de dicho tumor tanto localmente como a distancia, así como determinar el tratamiento más adecuado en cada caso. Para ello es necesario examinar el tejido del tumor extirpado en la cirugía y en determinados casos realizar pruebas de imagen.
Cómo reducir el riesgo
Aunque no podemos cambiar rasgos heredados, sí podemos protegernos del sol poniéndonos ropa, incluso un sombrero de ala ancha y gafas de sol antirrayos UV, así como una crema solar con un SPF igual o superior a 15 (igual o superior a 30 para una exposición intensa o de muchas horas al aire libre). Buscar la sombra, sobre todo, entre las 10 am y las 4 pm.
El 50% de todos los pacientes con melanoma presentan lunares atípicos que tienen un aspecto raro (nevos displásicos). Hágase, siempre, un chequeo médico si hay casos de melanoma en su familia, si presenta lunares atípicos o tiene antecedentes de melanoma. Los niños de familias con antecedentes de melanomas deben acudir al doctor a partir de los 10 años de edad.