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Lo urgente y lo importante

Por El Litoral

Viernes, 18 de junio de 2021 a las 01:00

Lo urgente y lo importante suelen parecer escenarios contrapuestos, que uno sacrifica al otro. No siempre es así y el Sistema de Seguridad Social Argentino es un notable ejemplo. Se resume en lo que conocemos como Anses, que en realidad es quien administra la Seguridad Social.
La financiación y destino de esos fondos representaba el 51 % del presupuesto nacional 2021, lo cual demuestra su gigantesca importancia: para el bienestar de todos y para la salud financiera del país.
Los fondos se dedican a múltiples destinos que se pueden resumir en cuatro grandes grupos. Tenemos el Sistema Previsional (jubilaciones y pensiones), de Asignaciones Familiares, de Desempleo y de Riesgos de Trabajo. Cada uno tiene sus propias reglas, controles, objetivos, etc. Todos deben dar prestaciones con fondos que surgen de dos grandes vertientes: contributivas y no contributivas, dependiendo que cada uno pague o no su parte. A su vez las provincias o algunos entes —por ejemplo Fuerzas Armadas o Consejos Profesionales— tienen sus propios sistemas y agregan complejidad al tema.
Los aportes provienen de impuestos, fundamentalmente al trabajo. Sé que suena extraño, pero es la mejor forma que tengo de resumir que —para el presupuesto 2021— los aportes y contribuciones representan ligeramente más que el 32 % del presupuesto. En otros términos: casi un tercio de los recursos provienen de Aportes y Contribuciones, que contribuyen a cubrir algo más de la mitad del gasto total en SS. Es decir, el sistema de seguridad social requiere de 20 % del PBI de impuestos adicionales a los que forman parte del propio sistema.
Es evidente que se junta lo urgente e importante: se necesitan fondos para pagar las prestaciones que ya están otorgadas. Es tanto urgente como importante.
Si además consideramos que por quienes hoy no tienen trabajo no sólo no se pagan Aportes y Contribuciones, sino que además reciben algún tipo de ayuda, vemos que en el futuro el problema será mayor, a menos que haya grandes cambios.
El mejor cambio sería que Argentina crezca rápidamente y se creen millones de oportunidades. Para ello hacen falta cierto tipo de políticas (otro día las charlamos).
Otra posibilidad es ir a un sistema totalmente solidario donde independientemente de los aportes las prestaciones sean similares. Según los fondos que haya disponibles, serían las prestaciones. En ese caso, al desaparecer los incentivos a aportar hoy porque los beneficios serán similares en el futuro, la brecha presupuestaria podría crecer. Ese es un camino similar al recientemente sugerido respecto a Salud.
Tendremos que tener en cuenta entonces los objetivos (una red muy completa de protección social) y los recursos (impuestos de diverso tipo, fundamentalmente al propio trabajo). Pero también debemos tener en cuenta los incentivos: si todos cobraran lo mismo, no hay incentivos a estar dentro del sistema formal.
El caso de los monotributistas muestra las dificultades del sistema formal. Hay más de 4 millones de monotributistas, cuyos aportes representan menos de la mitad del 1 % del Presupuesto 2021. Con sus magros ingresos declarados (ejem ejem, ustedes me entienden) pagan magros aportes por el que recibirán magras prestaciones futuras... pero que son iguales a las que recibirán muchos que sí hacen aportes superiores. No hay incentivos positivos para mostrar y declarar mayor facturación, en el hipotético caso que el monotributista pudiera crecer.
Tenemos un sistema impositivo que suena bonito decir que es progresivo, pero que castiga el crecimiento ya que si hay más ganancias, se pagan tasas más altas o si hay más empleo o mayores salarios se pagan mayores impuestos. Por el contrario, si no hay empleo se recibe un subsidio que es por definición transitorio, lo que coloca a las personas en situación de precariedad. Nada menos progresivo que eso.
No nos dejemos convencer con palabras bonitas como solidaridad, inclusión o similares, ya que en su defensa se instrumentan políticas nefastas: hoy no hay incentivos a crecer, no hay incentivos para contratar más gente, no hay incentivos para aportar.
En un país con gran desempleo, sin crecimiento y sin incentivos para demostrar los verdaderos ingresos es muy difícil generar suficientes recursos para la red de contención que ya existe. Démosle la importancia que tiene y pongámonos ya a trabajar para dar los incentivos correctos. No me cabe duda que es un problema urgente e importante.

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