Crece el malestar por la falta de regulación de los monopatines cuyo uso avanza en el circuito vial de la Ciudad. Desde hace meses, los usuarios de monovehículos burlan toda normativa de tránsito. Nació como un juguete y ahora ocupa el lugar de un auto en plenas avenidas y calles. Transitan con zigzagueos constantes, se diluyen en los espacios diminutos entre autos y motos, con el potencial riesgo que ello acarrea, pero nadie hace nada.
El uso de los monopatines promete ser masivo en breve y hoy sigue sin regulación. Alcanzan una velocidad de hasta 30 kilómetros por hora, no tienen luces y representan todo un riesgo para sus propios usuarios como para terceros. Países de Europa y Estados Unidos han sido muy duros con su uso y en algunos lugares hasta llegó a prohibirse.
Habrá que preguntarse si en Corrientes se espera a la primera víctima por su uso para apurar una regulación o un bocinazo masivo para que alguien tome cartas en el asunto.
“Cuando el tránsito está rápido son lentos y cuando el tránsito está trabado avanzan, muchas veces, entre autos y colectivos”, denuncian los conductores que deben lidiar con el tránsito.
“Son silenciosos y difíciles de ver. No sé si estamos preparados para sumar nuevos actores en las calles”, se queja otro.
Algunos aseguran que son inestables, que sus pequeñas ruedas son un riesgo para las grietas que caracterizan las calles capitalinas. No tienen suspensión ni amortiguadores. Nadie sabe con qué especificaciones se fabrican, a diferencia de los vehículos que deben superar rigurosos controles de seguridad. Su venta tampoco está regulada. Cualquiera puede adquirir uno pese a las escasas nociones sobre qué se está comprando.
Al cargado parque automotor de la ciudad, con sus estrechas calles, y un promedio de 100.000 autos y 50.000 motos, la ciudad de Corrientes enfrenta el desafío de qué hacer con los monopatines.
En el Concejo Deliberante sigue su proceso burocrático un proyecto que regula su uso y aplica multas. Pero mientras tanto, se les permite el libre tránsito por veredas, avenidas o calles, sin licencia, sin patentes, sin seguro y sin ninguna medida de seguridad.
El proyecto contempla como obligatorio el uso de casco reglamentario, antiparras protectoras y elementos reflectantes que permitan una adecuada visibilidad, con una luz trasera y otra delantera.
Además, todas las unidades deberán contar con un sistema de frenos que actúe sobre sus ruedas, una base de apoyo para los pies y un timbre o bocina para llamar la atención de otros usuarios de la vía pública.
En cuanto al límite permitido de la potencia del motor, la cifra se estableció en 500 watts. La velocidad máxima será de 25 kilómetros por hora. Los menores de 16 años tendrán prohibido circular en estos rodados eléctricos. No existe un registro oficial que dé cuenta de la cantidad de monopatines que circulan en la ciudad o cuál es la cifra total de monopatines existentes.
En cuanto a las velocidades que pueden alcanzar, los más caros (200.000 pesos) llegan hasta 80 kilómetros por hora, pero aún no se consiguen en la ciudad. Aún.