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Posar la mirada en lo ancestral de la celebración del santo cambá

Por El Litoral

Domingo, 26 de septiembre de 2021 a las 01:00

Por Carlos Lezcano y Natalia Schejter
Especial para El Litoral

Santo Cambá es una muestra que se podrá ver hasta el 12 de octubre en la Sala del Sol del Centro Cultural Universitario (Córdoba esquina 9 de julio).
La curaduría está a cargo de Ronald Isler y Ana Belén Cavalieri que reunieron distintos registros fotográficos documentales puestos en diálogo con expresiones artísticas, devocionales y performáticas, complementado por el registro audiovisual, para dar cuenta de las diferentes maneras de rendir culto a San Baltasar.
En la muestra se exhiben fotografías, cuadros y objetos de culto principalmente de San Baltasar y de tres festividades diferentes: la de El Batel (Goya), la de Empedrado y la del Barrio Cambá Cuá de Corrientes capital.
La exposición comprende fotografías de Luis Gurdiel, Amelia Presman, Ana Belén Cavalieri y registros audiovisuales de Darío Román. Colección del Museo Provincial de Bellas Artes “Juan Ramón Vidal” y Cofradía “San Baltasar”, barrio Camba Cuá, Corrientes. Habrán acciones performáticas de Chavela La Fuegah, y presentaciones del Grupo de Candombe “Ubuntu”, Corrientes. Colaboran: Beatriz Castro Chans, Gabriela Caballero, Darío Román y Carlos Quiñonez.
“El culto a San Baltasar surgió en el Virreinato del Río de la Plata, durante el siglo XVIII, como un mecanismo de conversión religiosa y de control social por parte de la iglesia católica y el poder político de la época. Autorizados por el santoral eclesiástico, cada 6 de enero los africanos esclavizados transitaban las calles de Buenos Aires, celebrando con músicas y danzas originarias, rindiendo así, tributo a su santo negro” sostienen los curadores.
La dupla Isler-Cavalieri recuerda que “esta celebración, no sólo se mantuvo a lo largo del tiempo, también se propagó por el territorio de la Cuenca del Plata, llegando a Corrientes de la mano de este pueblo esclavizado. Hasta el día de hoy, en nuestra provincia se conservan genuinas manifestaciones devocionales vinculadas al San Baltasar/zar. Con bríos, durante las últimas décadas, esta recuperación de raíces culturales está cada vez más vinculada a las reivindicaciones de los grupos afrodescendientes”.
En la entrevista Ana Belén Cavalieri detalla y explica cómo pensaron y llevaron adelante la muestra.
Está montada en este momento una muestra en extensión universitaria que se llama “Santo cambá”. 
Las fotografías se publican con autorización de Luis Gurdiel, Amelia Presman, Ana Belén Cavalieri.

—¿Querés contarnos de qué se trata?
—“Santos Cambá” surge por un proyecto de la Universidad en el Medio que busca más que nada visibilizar las diferentes religiosidades; en este caso, nos centramos específicamente en San Baltasar porque cuando hicimos un relevamiento de todo el material que habíamos registrado en 2019 y principios del 2020, nos dimos cuenta que el santo que más material fotográfico y audiovisual teníamos era sobre San Baltasar. Así que por cuestiones de la casualidad o la causalidad como dicen los cofrades y los devotos del santo hicimos una exposición sobre San Baltasar y todo lo que implica para nuestra sociedad la visibilización de lo afro-correntino sobre todo.
—Pero además, pone el acento en otras festividades que toman ustedes para analizar. ¿Podés contarnos cuáles son?
—Sí, las festividades de San Baltasar se celebran en muchos lugares, no solamente en Corrientes y otras provincias de Argentina como Chaco, Formosa, Buenos Aires, Misiones; sino también en países limítrofes como Uruguay, Paraguay, Brasil, entre otros. En este caso, tenemos registros fotográficos y audiovisuales que sacamos en el paraje El Batel de Goya, en Empedrado y en el barrio Cambá Cuá de Corrientes Capital. 
En la exposición se exhiben los registros fotográficos principalmente de Luis Gurdiel, Amelia Presman y mías. Además, tenemos aportes fotográficos de Carlos Quiñones y Dario Roman, que también realizaron un audiovisual donde se puede visualizar brevemente las características de las distintas festividades.  
Principalmente, el objetivo de esta exposición y del registro que hicimos fue la de capturar la esencia de lo que es la festividad de San Baltasar y visibilizar a través de una fotografía, los audiovisuales y las obras visuales que nos prestó el Museo Provincial de Bellas Artes “Dr. Juan Ramón Vidal”.  Y, además, con el altar que fue compuesto y creado por la Cofradía de San Baltasar de Corrientes, Capital. Y, luego, a través de la performance que se va a realizar en el marco de la exposición el 2 de octubre con el personaje de Chavela La Fuegah de Resistencia (Chaco) y el grupo de candombe “Ubuntu” de Corrientes, Capital.
—¿Qué viste en esas fiestas que te llamó la atención?
—Hace siete años inicié mi investigación sobre San Baltasar con mi tesina de la Licenciatura en Artes Combinadas de la Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura (Unne) y, actualmente, soy becaria de investigación de la Unne dónde continúo con trabajando con la festividad de San Baltasar.  
Lo que tiene esta celebración  es que es una fiesta para alabar y rendir culto a un santo a través de la música y la danza y que, según varios artículos y la tesis del antropólogo Norberto Pablo Cirio, fue elegido por los esclavizados africanos en el siglo XVIII durante el Virreinato del Río de la Plata. Obviamente, que había un trasfondo que estaba vinculado a un mecanismo de control social y de conversión religiosa porque, para poder celebrarlo una vez al año, debían crear cofradías y seguir ciertas reglas como, por ejemplo, que debían brindar un discurso religioso católico, asistir a misas, cobrar el diezmo, mantener las iglesias, etc. A partir de una de las primeras cofradías que fue la de “San Baltasar y Animas”, la celebración tomó tanta importancia y relevancia que se propagó no solamente por nuestro actual territorio argentino, si no que, también en otros países y, sobre todo, se mantuvo a pesar del paso del tiempo.  
—Es encuentro ¿no? Es baile...
—La festividad tiene muchas facetas, es un encuentro donde hay personajes y personas que representan al santo en este plano terrenal y es muy interesante cómo interactúan con los devotos y también con los asistentes que van a estas celebraciones. En el barrio Cambá Cuá, por ejemplo, se hace junto con la Municipalidad, hay un gran festejo y un festival en el marco de la celebración. Hay mucha gente se acerca no solamente para ver los números musicales o de danza que hay en el escenario sino para participar de las procesiones en las calles con tambores, con música y danzas, con cohetes, con las comparsas, entre otros. Además, se pueden observar muchas vestimentas que hacen honor a –justamente-  los esclavizados africanos; también rememorando, visibilizando, que en Corrientes hubo esclavizados africanos y que hay afrodescendientes actualmente.
En el Batel (Goya) y en Empedrado también hay un encuentro donde hay procesiones y se toca música y se baila en honor al santo. Y, además, también se realizan fiestas durante la noche en honor al santo.
—¿Y se le pide algo al santo o solo se agradece?
—En las procesiones, por lo menos en el barrio Camba Cuá, durante todo el transcurso se le puede pedir al santo o agradecer lo que quieras. Obviamente, como todo santo se le da algo a cambio por el favor pedido y sé que se han hecho grandes choripaneadas gratuitas en agradecimiento al santo, también se han dado bebidas gratis o de gente que le lleva joyerías, rosarios, entre otras cuestiones; siempre hay un intercambio entre el pedido y lo que la persona devota va a realizar cuando le agradece.
Y en el interior sucede lo mismo, algo que se va a poder ver en la exposición es la figura del Camba´ranga, que es un devoto que realiza pedidos y agradecimientos al santo representado en el plano terrenal vistiendo con los colores, tapados de pies a cabeza y alterando el timbre de la voz a uno más agudo para no ser reconocidos. La función del Camba´ranga es divertir a los que van a ver estas festividades.  
—Recordemos que la gente de mi edad conoció a “Tururú”. Él representaba al santo.
—Sí, totalmente, es famoso “Tururú” y, actualmente, es “Chinchín” el que representa el santo y también cada año van sumándose nuevas personas que representan a este santo en la festividad. Incluso, un año la comparsa Sapucay eligió como tema para competir a San Baltasar y ganó ese año los carnavales correntinos; después donaron los vestuarios de San Baltasar y el de la mulata para que cada año en la Procesión de Antorchas alguien utilice estos trajes para representar a estas figuras. También, es interesante que, después del 2016 que es cuando gana Sapucay con el tema del santo, más comparsas comenzaron a participar de esta procesión para que el santo bendiga los tambores para el carnaval. 
—¿Estamos hablando de un santo doméstico, está en las casas? 
—Se podría decir que si, según los que estuve investigando, leí en artículos de Norberto Pablo Cirio y vi en documentales, es un santo que solamente sale de las casas o de las capillas una vez al año, ya que en algunas localidades tienen capillas propias. Después están los santos peregrinos que salen en cualquier momento del año, que pueden ir a otras festividades; o como sucedió en 2016 en el carnaval de Corrientes, que la familia Caballero fue a bendecir justamente a las comparsas con su santo peregrino. 
Hubo un tiempo en que se celebraba el culto de forma privada por una cuestión de discriminación, por el toque de tambores, por ser devotos de un santo negro, entre otras cuestiones. Allí, se hacían fiestas familiares, novenas al santo. Después de 1994, un grupo de vecinos del barrio Cambá Cuá refunda la cofradía de San Baltasar, y comienza a volver a las calles del barrio para rendirle culto, como ya en 1920 aproximadamente en Corrientes.
—¿Cuál es el documento más antiguo que conocés?
—El año pasado, recuperé un libro de 1980 de la investigadora Alicia Quereilhac de Kussrow que se llama “La fiesta de San Baltasar” y releva todas las festividades de San Baltasar en Corrientes que habían en ese momento. Lo descrito ahí, tiene concordancia con lo que me había contado Gabriela Caballero, representante de la Cofradía de San Baltasar, en una entrevista que le realice en el marco de mi tesina de graduación sobre los antecedentes de la celebración al santo de Corrientes, Capital. Y, también, con lo que observé y leí en otros artículos de investigadores sobre las celebraciones del interior de la provincia de Corrientes.  
Todos los registros, en su mayoría, son orales y no hay documentos escritos. Por eso es importante que los investigadores e investigadoras que trabajamos afrodescendencia o esta celebración podamos recuperar, escribir y visibilizar la comunidad afrodescendiente y, en nuestra provincia, la afro-correntina.
—¿Y todas tenían las características de festividad? ¿Todas eran fiestas? ¿Siempre había bailes, siempre había encuentros?
—Sí. La festividad, según Norberto Pablo Cirio, que investigó y continúa trabajando sobre esta celebración, menciona que en el siglo XVIII estas manifestaciones devocionales consistían en procesiones de las cofradías con advocación a San Baltasar o San Benito de Palermo donde tocaban los tambores y hacían bailes de sus orígenes africanos sobre las calles de Buenos Aires. Pero, como mencioné anteriormente, hay que tener en cuenta que la festividad de San Baltasar nace como un mecanismo de control social por parte de la iglesia y los grupos de poder de la época; justamente, para que no se revelen al sistema esclavizante y también para convertirlos religiosamente. Entonces, le dieron a elegir a los esclavizados africanos entre rendir culto a San Baltasar o San Benito de Palermo porque ambos son, “casualmente”, morenos o morochos que también digamos está la hipótesis de que los eligieron por el color de piel básicamente.
—¡Qué increíble! Supongo que al comienzo obviamente fue una festividad de negros, ¿y en qué momento empieza a abrirse a la comunidad? Porque hoy es de todos.
—Sí. Al principio fue una celebración religiosa de negros, de los esclavizados africanos. Después con el comercio de esclavizados, la compra de ellos por parte de las congregaciones religiosas para realizar tareas de construcción o, inclusive, para tocar instrumentos; también, las guerras, como la de la Triple Alianza, entre otros factores históricos hicieron que se difunda por el territorio este culto. Además, con el “permiso” de la iglesia y los grupos de poder político de la época podían celebrar de forma pública también y, según lo que me comentó Gabriela Caballero en una entrevista, en la ciudad de Corrientes los esclavizados pedían un permiso extra a las iglesias y a sus amos de acá para poder salir a bailar y tocar los tambores por la calle cada 6 de enero.
—El tema es cuándo se abre a la comunidad, cuándo deja de ser endógeno.
—El último registro oral que me comentaron es de 1920, que se celebraban en las calles; incluso, según me comentó Gabriela Caballero, que es representante de la cofradía de San Baltasar, los gobernadores iban a estas festividades; o sea, era una celebración importante que se daba en la calles del barrio Cambá Cuá. Después, por cuestiones, como te mencioné de discriminación y, también, con el hecho de que antes se denominaban “dueños de santo” a los que poseían la imagen, cuando estos fallecían, las familias por respeto al o la dueña dejaban de celebrar este día o lo hacían solamente de forma privada.
 Por este motivo, la celebración se fue perdiendo poco a poco hasta que un grupo de vecinos del barrio Cambá Cuá deciden refundar la cofradía y empezar a celebrar de forma pública y esto incluía transitar las calles del barrio e ir al parque  Cambá Cuá, donde hoy en día, inclusive, está ubicada la ermita del santo.
—¿Qué viste en las fotos de Luis Gurdiel y de Amelia Presman?
—Creo que lo más me llama la atención en los tres tipos de fotografías, tanto en Luis Gurdiel, Amelia Pressman y en las mías, es el uso del color, ese  rojo y el amarillo que son los predominantes en todas las obras y, a su vez, son los colores característicos del santo. También, se puede observar el movimiento del cuerpo, la devoción, la fe en el santo, hay fotografías con niños que forman parte y ocupan roles importantes en la celebración. Personalmente, algo que me gusta en las fotos son las miradas, sobre todo en las de El Batel con los Camba´ranga que lo único que podemos ver son los ojos porque después están cubiertos completamente. Me parece interesante cómo trasciende la mirada por fuera de la máscara, donde hay una persona y hay un devoto que está prestando su cuerpo para representar a San Baltasar. Creo que es algo increíble como estos colores y esas miradas trascienden la fotografía.
Lo otro llamativo es la fuerza que también tiene cada foto, representando algo ancestral como es esta celebración que está compuesta por movimientos del cuerpo en base a los toques de tambores o del chamamé, la representación del santo en el plano terrenal, la fiesta, creo que cada foto habla por sí sola y va a mostrarle al espectador algo distinto y especial.  

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