Por Adalberto Balduino
Especial para El Litoral
No como una saludable forma de gobierno, sino como ejemplo de lo que no hay que hacer. Primero Milei “internacional”, en mitin público en España invitado por el dirigente Abascal, representante de Vox, estuvo en la Madre Patria, cerrando su alocución con su popular: ¡Viva la Libertad, carajo..!
Sebastián Abascal es el presidente del joven partido español VOX (Voz en latín), nacido en el año 2013, de firme convicción ultranacionalista y ultraconservador. El bautismo de los políticos argentinos en la península ibérica no es la primera, días pasados Isabel Díaz Ayuso, presidente de la Comunidad de Madrid, en el Pleno de la Asamblea madrileña, en su crítica abierta al presidente Pedro Sánchez, mencionó como no recomendable la actitud del estilo peronista adoptado por éste, de aceitar los argumentos con dádivas, que más que ayudas parecen fraude o manipulación de sufragantes, arma letal para sumar “adeptos”.
Isabel Díaz Ayuso fue contundente, y uno se pregunta cómo nuestra fama de invertir el juego cuando todo ya parece perdido, también es utilizado en otras latitudes, o tomados como ejemplos cuando no lo son. La joven política dijo entre otras cosas: “Me niego a que el peronismo arruine el motor económico de España.” Agregó: “Es populismo fiscal, le quitan el dinero a la gente para luego repartirlo, como hacen los peronistas.” “Sánchez nos va llevar a la ruina.” “Y no es el gobierno de las mayorías, mucho menos el gobierno de la gente real, es el gobierno que primero crea la pobreza para luego crear dependencia del estado.” “El pueblo argentino clama contra el populismo”. Remató diciendo: “Afortunadamente, la gente ya no le cree a Pedro Sánchez.” Y lo último que agregó, para ser más contundente aún: “No es casualidad que cada vez más argentinos vengan a vivir a Madrid.”
Asistimos a una globalización de males, acentuados por la inmigración de ejemplos mal habidos. Es como aquí, que todo lo impresentable ha cubierto el bosque y no podemos ver ni suponer cómo es el paisaje real.
Lo malo siempre se aprende porque son fáciles de optar, y detrás de cada uno de ellos siempre existe una ganancia extra, que se transforma en costumbre, en un estilo de vida que encuentra en la viveza criolla el abono propicio para crecer y crecer.
Sin embargo, haciendo memoria no todo ha sido malo proveniente de Argentina, salvo la política y sus malos políticos, que han hecho famoso los entramados que el interés y la conveniencia han sabido, y sabemos que en ese aspecto nuestra “imaginación” no tiene límites.
Por ejemplo, algo que hoy el mundo aprende a saborear, y adopta en sus postres como lo es el popular dulce de leche, que es argentino. Dicen quienes lo han estudiado amén de degustarlo, que el dulce de leche vio la luz en el año 1829 en Cañuelas, Provincia de Buenos Aires, en un encuentro por disipar la guerra civil inminente, convocado por Juan Manuel de Rosas a su más encendido opositor, el Gral. Juan Lavalle. La cocinera del Restaurador, absorbida por el compromiso del comensal, y la importancia de la cena, olvidó la leche en el fuego, convirtiéndose sin querer en esa exquisitez que hoy todos celebramos: el dulce de leche.
El fútbol, si bien la “Madre Patria” del deporte del balonpié es Inglaterra, la Argentina también ha tenido futbolistas destacados: “Charro” Moreno, un Alberto Kempes, un Diego Armando Maradona, un Lionel Messi, que todos los públicos aplaudieron deleitándose con sus jugadas maravillosas que han quedado en la historia para siempre en el mundo entero.
También la música así como lo ha sido el jazz, el tango copó París y Estados Unidos en la voz de Carlos Gardel; también el Japón tuvo su aplauso en la voz de Ranko Fujisawa, la bella japonesa de hermosa voz con repertorio tanguero. Sin ir más lejos, en Argentina, los adictos de Pugliese, Salgán o D’Arienzo, miraban de soslayo el crecimiento del músico marplatense, Astor Piazzolla, formado por Troilo de tanto escucharlo y luego pertenecer a su orquesta como primer bandoneón.
Ellos, consideraban que lo de Astor no era tango, sin embargo hoy no hay músico en el mundo que no lo haya interpretado, incluso calificados músicos de jazz, como clásicos, no importan de dónde procedan. Ellos quieren sentirlo por eso sus temas son figuras centrales de riquísimos repertorios concebidos en el Río de la Plata.
Muchos amigos extranjeros vía fono me preguntan con asiduidad, por qué el destino político de Argentina no se empareja con la capacidad sobresaliente que logran hacerlo “afuera” sus ciudadanos, en la música, en las ciencias, en el deporte, en cuanta profesión o tarea emprendan lejos del obelisco. Les respondo: somos capaces, sí, pero juntos somos un desastre.
Hay una saturación del discurso, como si de pronto las palabras hubieran perdido convicción, tal vez y con toda seguridad es el hombre quien pronuncia y falla al incumplir lo prometido. Es como aseveraba ese argentino lúcido afincado en París, Julio Cortázar, cuando decía en su alocución en Madrid en 1981, titulado “Las palabras”: “Si algo sabemos los escritores es que las palabras pueden llegar a cansarse y a enfermarse, como se cansan y se enferman los hombres o los caballos. Hay palabras que a fuerza de ser repetidas, y muchas veces mal empleadas, terminan por agotarse, por perder poco a poco su vitalidad. Hablamos porque somos, pero somos porque hablamos.” “…porque la historia es el hombre y se hace a su imagen y a su palabra.”
Debemos entender que hay que hacer más que hablar tanto, siempre jugándonos a modo de elecciones, cuando la realidad requiere certeza, es decir actualidad, presente, hoy. Y, no, como lo marca tan bien el productor Fernando Moya con la mirada equivocando el tiempo: “Nosotros tenemos que vivir el futuro y acá los políticos están todo el tiempo viviendo el pasado.”
Lo uno no tapa lo otro, somos incorregibles como ciudadanos no comprometidos. Pero debemos ser más enérgicos y menos crédulos. Somos una contradicción. No tomamos en serio que lo que nos pasa, es por creernos todos los relatos, y un país es certeza no una película de dibujos animados.