Johana Maldonado, de 22 años y oriunda de la localidad bonaerense de Rauch, denunció que el fin de semana pasado fue abusada sexualmente por un grupo de jóvenes cuando se encontraba en la localidad bonaerense de Ayacucho, a unos 325 kilómetros al sur de la Ciudad de Buenos Aires. Según contó en sus redes sociales, eran seis y la tomaron por la fuerza, para luego besarla y manosearla entre todos.
El calvario ocurrió el último sábado en las calles del barrio Villa Aurora de Ayacucho. Johana había viajado hasta allí desde Rauch —que queda a unos 70 kilómetros de distancia— para reunirse con amigos, como lo hace habitualmente. En un momento de la noche, cerca de las 21, salió a comprar algo y fue entonces cuando los abusadores la interceptaron y la acorralaron.
“Todo iba bien hasta que, yendo a comprar a un almacén, un grupo de seis pibitos aproximadamente me agarraron a la fuerza y abusaron de mí. Me levantaron la ropa y se turnaban entre todos para besarme y tocarme. Me decían que me callara, que no dijera nada. Incluso me decían que me iban a mandar por Facebook para enfiestarme entre todos”, reveló la joven.
El abuso grupal fue denunciado en la Comisaría de la Mujer de Ayacucho y la Ayudantía Fiscal de la ciudad tomó intervención en la investigación, como un abuso sexual simple agravado por ser producido por pluralidad de autores.
En su relato, Johana dijo que no conoce a los agresores pero aseguró que los puede llegar a reconocer. También compartió tres nombres que le brindaron los testigos del abuso, vecinos del barrio.
Según denunció Maldonado, no es la primera vez que ocurre un caso similar en Villa Aurora. De hecho, su publicación en Facebook contando la pesadilla generó que otras víctimas, que habían pasado por lo mismo que ella, la contactaran y cruzaran datos apuntando contra los mismos presuntos atacantes.
“No pensaba hacer esto hasta tomar un poco de coraje y animarme a contar lo que pasó, pero sé que cuento con el apoyo de mis amigos y conocidos de allá, que, dicho sea de paso, también fueron ellos quienes me recomendaron que lo haga, y viendo que le hicieron lo mismo a otra chica, me veo en la obligación de contar lo que me pasó a mí para que las pibas de Ayacucho se cuiden de estos hijos de puta que viven en Villa Aurora”, escribió la víctima.
“No puedo evitar sentir bronca, vergüenza y asco al contar esto, pero es necesario que las mujeres empiecen a cuidarse y no anden solas. Es un bajón, pero lamentablemente ya ningún lado es seguro, sin importar que tan chiquito sea. A veces creemos que por vivir en pueblos estas cosas no pasan y no es así, sino que es muy difícil tener la valentía necesaria para contar algo así”, continuó la joven.
(EN)