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El hambre oculto

Por El Litoral

Miércoles, 07 de septiembre de 2022 a las 01:02

Ismail Cakmak, de la Universidad de Estambul, relacionó el problema del hambre en el mundo no solo como una situación crónica –la falta de alimentos, que afecta a 800 millones de personas- sino como una cuestión vinculada a la baja calidad de los alimentos por la falta de nutrientes esenciales en la composición de los mismos, lo que se conoce como el “hambre oculto”, que afecta a 2.000 millones de personas.
Cakmak describió específicamente la deficiencia en los micronutrientes zinc (Zn) y selenio (Se), entre otros, los cuales actúan en el sistema inmune de las personas. Y aunque resaltó que su falta puede ser sustituida por la industria de los alimentos con “biofortificadores”, marcó la necesidad de que tanto Gobierno como productores “aborden una nueva forma de pensar” para colaborar a combatir el “hambre oculta”, el cual además de ser un problema de salud, también tiene un impacto económico, con una implicancia, en promedio, del 5% del PBI mundial.
Cakmak coincidió que “aumentar el rinde disminuye el contenido de proteína” y resaltó que la falta de éxito para reducir el hambre oculto fue “porque no se incluyeron soluciones basadas en la fertilización”, aun cuando en el mundo se registra un incremento en la aplicación de nutrientes, pero la atención se pone en “lograr un mayor rinde del cultivo y producir mayor cantidad de alimento olvidando la importancia de la calidad de los mismos”.
El especialista compartió tres casos a nivel mundial de políticas públicas en las cuales se dispuso con éxito aumentar el contenido de micronutrientes en los alimentos para sortear problemas de salud pública y expresó que “Argentina puede jugar un rol importante en la reducción de la deficiencia de zinc en la población mejorando el manejo nutricional del trigo”, ya que es uno de los principales productores y exportadores del cereal a nivel mundial. Propuso en el mismo orden que “si se biofortifica a través de planes de fertilización (el cereal) se puede lograr un producto ‘distinguido’ y ser pionero en el mundo”.
Entre las conclusiones que presentó el Cakmak, se destacan que los sistemas actuales de manejo y producción de cultivos no son capaces de proporcionar suficientes micronutrientes para una nutrición humana óptima.
Los nutrientes vegetales ofrecen soluciones altamente efectivas para combatir el problema del hambre oculto y deben ser considerados por los responsables políticos y la industria de los fertilizantes.
Ahora es el momento de incluir a los fertilizantes en los programas y políticas de nutrición humana regionales y nacionales para abordar los problemas del Hambre Oculto.
Teniendo en cuenta los enormes impactos económicos del hambre oculto en el PIB, se deben implementar soluciones basadas en incentivos para alentar a los productores a adoptar la biofortificación agronómica, por ejemplo, fomentando la adopción y el uso de fertilizantes especiales, o dando incentivos por la calidad adicional (contenido de micronutrientes) en los granos.
Cakmak cerró su presentación con un slide que rezaba: “Focus on better food, not only more food (foco en mejor comida, no solo en más comida)”.
El cierre de la jornada lo realizó el presidente de Fertilizar AC, Francisco Llambías, quien agradeció las presentaciones de los especialistas que fueron “muy ilustrativas” de la importancia de la nutrición de los cultivos en el contexto de un año “desafiante”, dada la coyuntura internacional del mercado de los fertilizantes.


 

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