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La cartografía, entre el arte y el poder

Ediciones Moglia acaba de publicar “La Ciudad de Vera de las Siete Corrientes y su representación territorial en dos siglos de cartografía (siglos XVII-XVIII)” de Dardo Ramirez Braschi que, una vez más, acerca al lector un texto claro sobre un tema no siempre presente en nuestras librerías ni frecuentado por nuestros intelectuales.

El de Dardo Ramirez Braschi es un estudio que da pistas de interpretación sobre 97 mapas representativos de los siglos XVI, XVII y XVIII y nos invita a conocer la importancia que tenía la Ciudad de  Vera de las Siete Corrientes y el territorio bajo su jurisdicción en los años de la conquista. Se trata de un análisis que toma mapas de ese periodo y aclara su autor, que no abarca la totalidad de la cartografía antigua existente aunque el recorte es significativo a los fines de su análisis porque ayuda a tener un panorama del uso de estas herramientas de navegación y conocimiento de los territorios descubiertos por españoles, portugueses, holandeses o ingleses.

Ramirez Braschi aclara en el prólogo algo de la metodología usada y da precisiones lingüísticas que ayudan a comprender mejor el tema dentro de historiografía correntina donde existen pocos trabajos relacionados a estos asuntos específicos

“Podría afirmarse que son casi inexistentes las referencias sobre este particular y, en consecuencia, no hay registro de obras que se sustenten en mapas antiguos, como apoyo para explicar y mostrar el proceso de formación del territorio correntino y su jurisdicción política” dice.

El autor aclara que se utilizan los términos de cartografía antigua y no el de cartografía histórica, porque difieren conceptualmente. “Los principales investigadores de la historia de la cartografía, sostienen que la “cartografía antigua” se refiere a los mapas del pasado, descartando la utilización de “cartografía histórica”. La cartografía antigua es aquella que ya no sirve para el propósito para la que fue confeccionada, manteniendo al presente sólo un interés histórico o artístico; es decir, está integrada por datos que son contemporáneos, y considerados actuales, al momento de edición del mapa. En cambio, la “cartografía histórica” es aquella que representa características y acontecimientos que han existido en un periodo del pasado y que es reconstruida en base a datos históricos para el estudio y mejor comprensión de los acontecimientos ocurridos”

Ramirez Braschi además de relacionar el uso de la cartografía con el poder y la ciencia abre un campo de investigación posible cuando establece un cruce entre mapas y arte.

Recordemos que los holandeses, citados en el libro, fueron los primeros en producir mapas como cuadros para la pared. En este sentido distintos trabajos académicos avanzan en el componente artístico que portaban los mapas y que reflejaban además la vida del siglo XVII en Holanda. Un ejemplo paradigmático es sin dudas la obra “El arte de la pintura” (1666) de Vermeer donde se ve un gran mapa en el fondo de la habitación de la joven protagonista del cuadro, nada menos que Clío, la musa de la historia o “La leccion de musica” de Jacob Ochtervelt (1671).

En su monumental trabajo “El arte de describir” Svetlana Alpers dice que la expansión de la ilustración geográfica del siglo XVI puede explicarse por diversas razones: las operaciones militares, el comercio, la demanda de noticias de mundos desconocidos o el control de los mares.

El libro del académico nos abre así una puerta al conocimiento vasto y poco frecuentado en nuestra zona relacionado a los estudios cartográficos.

¿Por qué surge este libro? 

La preocupación constante que tengo por la historia de Corrientes y su formación como provincia me llevó a analizar diversos aspectos documentales. Desde hace varios años, estoy abocado al estudio del espacio territorial como factor de poder en la provincia. Como sabemos, el poder se configura de diversas maneras, de acuerdo a su relación con la población tiene un impacto y respecto al territorio tiene otro diferente. Por ejemplo, el federalismo puede derivar en una mayor distribución del poder en el territorio, siendo así un federalismo más pronunciado, o contrariamente, ante menor distribución del poder en el territorio, se fortalece un poder centralizado. En ese marco, comencé a analizar e investigar en la Universidad el rol que tenía el territorio en la configuración de la provincia de Corrientes. 

Osea que la pregunta inicial fue: ¿Cómo hoy la provincia de Corrientes tiene el territorio que tiene? ¿Por qué tiene esta forma y cómo se fue configurando?

Exacto y por eso tuve que bucear a lo largo de la historia y entrar específicamente en un manejo documental diferente, distinto, como son los mapas antiguos, los que requieren una lectura e interpretación particular y minuciosa.

Los mapas hablan por sí mismos. Los mapas como cualquier documento, como un escrito, como un periódico, expresan una intención de aquel que lo confeccionó o ideó.  

¿Y cuáles fueron los primeros mapas que tomaste en cuenta? ¿Y qué señalaban?

Lo que traté de describir y explicar en este libro es cómo, a partir del siglo XVII y XVIII, ubicaban a la ciudad de Corrientes dentro de la región de la cuenca del Plata; cómo la dibujaban en los espacios y se marcaban sus límites. El primer mapa en donde aparece la identificación cartográfica de la ciudad de Vera es en un planisferio, un mapa del mundo del año 1611. Por primera vez se va a marcar un puntito perdido en el codo del río Paraná, identificado como “Vera”. Es decir, casi 25 años después de la fundación. 

¿Y esto aparecía porque era un camino a Asunción? 

En cierta manera es así. Corrientes era un pequeñísimo poblado que a lo largo de los siglos no pudo desarrollarse económicamente ya que quedó fuera del camino de los metales del Alto Perú. Por lo tanto su ubicación geográfica y su interés por identificarla tenía otro valor; era un punto de referencia para la navegabilidad, para la conexión con un mundo inhóspito en aquel momento, donde no había casi nada, y en esa soledad correntina, muchas veces nuestra ciudad estuvo a punto de extinguirse, desaparecer a causas de los peligros circundantes. Pero a pesar de todas las vicisitudes, ahí está la ciudad de Corrientes en los mapas europeos. Los cartógrafos europeos de  fines del siglo XVII y durante el siglo XVIII, señalaban a ciudad de Corrientes, con diversas identificaciones, como Ciudad de Vera, de las 7 Corrientes, de las Corrientes, entre otras.

Hay que agregar también que en la cartografía antigua que señala la jurisdicción correntina hay una particularidad sobresaliente, como es la profusa red hidrográfica de la región, siendo esta una de las características fundamentales e identitarias de los mapas antiguos de Corrientes.

¿Por qué? 

Porque como sabemos los ríos, arroyos, riachos, eran las venas por las cuales navegaban o surcaban los exploradores, y era el factor más importante de conocimiento y referencia. 

Y los cartógrafos, ¿de qué origen eran? 

Hay diversas escuelas en el siglo XVII y XVIII. Hay una escuela interesantísima holandesa, una francesa y también una inglesa. Lo que ocurre es que los mapas fueron un factor de poder político permanente. La información que contenían muchas veces era restringida, sobre todo para aquellos países que tenían interés en estas regiones. Por ejemplo, podemos observar que mapas portugueses y mapas españoles editados de esta región eran escasos y no expresaban gran parte de la información, salvo los confeccionados por la orden jesuítica. 

¿Por qué?

Porque tanto España como Portugal manejaban la información de sus propios territorios y no la querían compartir. Esta es una cuestión analizada puntualmente en las páginas del libro, la cartografía como factor de poder, el interés político por parte de los Estados en el manejo de la información en los mapas. 

En el mapa que está en la tapa del libro, da cuenta también de qué idioma está, ¿no? Esto es un español antiguo. ¿Hay otros que están escritos en otros idiomas? 

Sí, hay mapas en inglés, en francés y por sobre todo en latín. Todavía el latín era el idioma universal, el idioma por antonomasia en Europa, sobre todo en los ámbitos académicos e intelectuales. Esto se puede observar en las tablas de identificación de los mapas que generalmente se los identifica sus títulos en idioma latín. 

En algunos mapas hay dibujos.

Sí, porque en aquellos años el mapa permitía ver un mundo desconocido. Para el intelectual europeo la cartografía era una forma de ver el Nuevo Mundo desde su casa, y para que sea atrayente y seductora, debía generar también una matriz artística en el mapa. El mapa debía ser bello. Por eso se contrataba a los editores cartográficos y expertos para que hicieran las planchas artísticamente, las que finalmente se las coloreaba a mano. De esa manera confeccionaban cartuchos o tabulaciones que realmente eran obras de arte, donde se representaban animales, personajes míticos, aborígenes; todos generalmente con colores llamativos. Las láminas cartográficas editadas se pintaban a mano. El mapa salía de la editora en láminas en papel de tela, y se los vendía en blanco y negro, y aquel que quería colorearlo, pagaba a un pintor para que le pusiese colores más referenciales o llamativos. También se dibujaban animales en los espacios territoriales inhóspitos o en mares porque todavía existía la idea mitológica de esos seres marinos desconocidos que estaban en la imaginación de los navegantes, y eso también se reflejaba en los mapas. Esas descripciones de animales desconocidos eran reflejo de los relatos imaginarios de los exploradores y la entelequia del dibujante que lo trataba de representar.

¿Los cartógrafos viajaban en esos barcos?

No. Esa es también otra cuestión muy interesante. En el caso de España, había disposiciones por las cuales todos los barcos, navegantes y expediciones, debían tener a su cargo un registro. Ese registro debía tomar y absorber todos los nuevos acontecimientos que veía, los procesos especiales, las referencias geográficas y físicas de los lugares nuevos que se observaban en las navegaciones. En el caso de los españoles, al regresar a sus puertos de origen, denunciaban ante la Casa de Contratación todo nuevo descubrimiento, allí ante un departamento especial que se llamaba el Padrón Real, se registraban todas las observaciones hechas en la exploración, para así confeccionar nuevos mapas y actualizarlos. Era obligación de todo barco que llegaba de las Indias transmitir la información que tenía. Y esa información verbal o en bosquejos manuscritos y  registros, se volcaban a este Padrón Real que configuraba los mapas para los futuros navegantes, que cuando visiten esas zonas ya tengan actualizada la referencia cartográfica. Por supuesto, los mapas que se utilizaron para la investigación que realicé son ejemplares editados y por lo tanto sus datos ya habían sido manipulados para la publicación original del mapa. 

Qué increíble esto. Un camino. ¿Cuánto se habrá perdido en el camino? Sin embargo hay un registro.

Ocurrió así, es apoteótico, impresionante. En la expedición de Magallanes y Elcano, que fue la primera expedición que va a circundar el globo terráqueo, había un enviado del Rey, que tenía la orden expresa de levantar un registro de lo observado. El enviado por orden directa del Rey, no podía hacer ninguna otra actividad, solamente ver, anotar y registrar. Después de realizar aquella hazaña casi inigualable en la historia de la humanidad, lo primero que hizo al llegar a España fue entregar al Rey los baúles completos de los informes sobre los lugares vistos y registrados. 

Es increíble esta relación de la información con el poder.

Totalmente y es determinante para ejercer el poder.

¿Qué tamaño tenían los mapas? 

Variaba de acuerdo a la importancia de la edición. A partir de mediados del siglo XVII comenzaron a surgir los atlas, sobre todo en Flandes, donde hubo una escuela cartográfica de gran importancia. Y a partir de ahí comienzan a emerger los grandes mapas murales, algunos desplegados y otros de escasa dimensión. Podían tener algunas decenas de centímetros de lados –que eran parte de libros- o algunos que sobrepasaban el metro de lado. Todo dependía de la edición. 

¿Tus fuentes son de tu archivo personal?

Las fuentes son variadas. Hay mapas que forman parte de mi colección personal, hay mapas que solo existen dos o tres ejemplares en el mundo, y que se hallan en museos o grandes bibliotecas. Algunos de ellos están digitalizados actualmente en la web.

Pero lo sobresaliente de los mapas analizados en el libro, es que son mapas seleccionados, que con la precisión de un relojero, se buscó visualizar el detalle del territorio de Corrientes en aquel incipiente universo cartográfico. Referenciando cómo se la marcaba, cómo se la identificaba, qué nombre se le daba y qué territorio se le otorgaba a la jurisdicción correntina. Por supuesto, como dijimos, esto variaba de acuerdo al cartógrafo, al país y al interés político que se quería mostrar en el mapa. 

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