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La intimidad de una provincia en estado de litigio

Sabado, 24 de mayo de 2025 a las 14:35

Corrientes se prepara para unas elecciones provinciales, aún sin fecha definida, en las que al menos cuatro espacios políticos y una incógnita competirán por la gobernación. Por un lado, Vamos Corrientes, la coalición oficialista liderada por el actual mandatario Gustavo Valdés. Por otro, emerge el grupo La Alondra, una nueva fuerza en construcción. El tercer contendiente es ECO, la histórica alianza encabezada por el ex gobernador Ricardo Colombi, quien regresa al ruedo tras un importante cisma en el oficialismo. Finalmente, el Partido Justicialista, con Martín Ascúa a la cabeza de la fórmula, buscará recuperar terreno.
El misterio que sobrevuela el escenario electoral es el posicionamiento de La Libertad Avanza. La fuerza libertaria aún no define si competirá de manera individual o si se aliará con alguno de los frentes ya existentes, generando incertidumbre en el tablero político. Un denominador común a todos estos espacios es su heterogeneidad interna, producto de diversos grados de organicidad y claridad de conducción. La alianza gobernante no estuvo exenta de turbulencias, marcada por la salida de Ricardo Colombi, cuyo retorno a ECO plantea interrogantes sobre su actual poder e influencia, aunque nadie duda de su capacidad de movilización electoral.
La heterogeneidad, esa composición de partes de distintos orígenes, define a cada frente. En política, las alianzas actúan como centros de ambición de poder, necesitando liderazgos definidos para alcanzar el objetivo de la victoria y contener las tensiones internas. Mientras algunos espacios exhiben liderazgos evidentes, en otros estos se diluyen, obligando a los integrantes de estructuras más horizontales a la ardua tarea de elegir conducción y candidaturas. Cada frente se construye con fragmentos de partidos surgidos de divergencias en el ejercicio del poder y en las filas de la oposición.
En este contexto, uno de los hechos más relevantes de las últimas semanas fue el alejamiento del gobierno de ELI, la agrupación liderada por Pedro Cassani. Si bien hubo otras deserciones, el impacto político y simbólico de la ruptura del espacio del dirigente goyano radica en su prolongada participación en el gobierno, llegando a designar ministros y subsecretarios que ahora presentaron su renuncia.

Trazos de la contienda
El gobernador de la provincia dijo en declaraciones a Radio Dos en el ciclo que conduce Carlos Simón respecto a la posibilidad de sumar a La Libertad Avanza a Vamos Corrientes: "Me parece que sí estamos trabajando juntos, tenemos coincidencia de ideas, nosotros estamos abiertos. Hay sectores que se están sumando, hay otros que deciden hacer su propio camino y está bien, así es la política. Aclaró que "nunca fui kirchnerista. Podemos ir juntos o separados, pero no soy ni voy a ser kirchnerista. Ahora, nosotros estamos convocando a todos los sectores. Ahora hay más peronistas que nos están acompañando también”.
Pero las palabras más duras fueron para el exgobernador: “Si Ricardo Colombi se baja de su candidatura, que me llame por teléfono”, disparó, como para que no queden dudas que están en proyectos diferentes.
Por su parte altos dirigentes del Panu como Oscar García, vicepresidente del PANU y exintendente de Paso de la Patria; Jorge Meza, intendente de Caá Catí; y el diputado provincial Mario Branz se reunieron con Valdés el martes en Casa de Gobierno.
Meza dijo a El Litoral que "Vamos Corrientes es el espacio que más nos puede contener", pero aclaró que esta es una apreciación personal y la decisión final la tendrá el órgano partidario, es decir la Asamblea del partido.
El ex intendente de Mercedes Victor Cemborain afirmó que está trabajando para ser intendente, “lo que no estoy de acuerdo es con los movimientos que está haciendo el partido que acompañé". "Hay dos candidatos en Mercedes y eso no lo comparto", señaló. El referente destacó que otra de las posibles candidatas de Vamos Corrientes es la actual intendenta, Juana Gauto. "Es una persona que no tiene conducta moral", sostuvo. Es conocida la disidencia del senador Martin Barrionuevo con la conducción del PJ, y en declaraciones a Hoja de Ruta afirmó que "con uno de los dirigentes que estoy hablando hace tiempo es con Ricardo Colombi, pero no hay nada definitivo", aseguró, y señaló que son conversaciones nada más. Barrionuevo tiene contacto con referentes del Partido Justicialista pero hoy se encuentra "trabajando con objetivos muy concretos". "Estoy muy ligado a compañeros de la provincia", y trabaja para que otros referentes del interior lleguen a las Intendencias.
Juan Pablo Valdés, intendente de Ituzaingó y uno de los anotados como próximo candidato a la gobernación, visitó la radio de El Litoral y reconoció que "la chicana está a la orden del día", pero dijo que entiende "las reglas del juego" del tiempo electoral y prioriza el proyecto de Vamos Corrientes. "La discusión que le importa a los correntinos que es la propuesta, el modelo de gestión, no está. Entonces se torna difícil", sostuvo. "No me molestan las chicanas, entiendo cómo es esto. Yo estoy orgulloso de ser hermano de Gustavo, pero al apellido hay que acompañarlo con proyecto", sostuvo. 

Un mundo en litigio
El sistema republicano argentino canaliza las divergencias a través de partidos políticos, institucionalizando las discusiones. Esto mismo debería ocurrir dentro de cada partido, aunque la cultura política evidencia una tendencia a eludir las internas mediante excepciones, intervenciones, prórrogas de mandatos o hiper-consensos que diluyen las diferencias. El panorama político correntino presenta una multiplicidad de partidos en cada frente, exhibida como sinónimo de fortaleza. Sin embargo, surgen interrogantes sobre las diferencias reales entre ellos, las discrepancias que justifican unidades políticas autónomas, los puntos de coincidencia que permiten alianzas selectivas y si estos partidos representan genuinamente a sectores específicos de la sociedad. 
Pero si varios partidos se dividen en partes y a su vez en otras más pequeñas, el desacuerdo se convierte en división multiplicada donde resulta imposible ver identidades diferentes. El paso de facción a partido político “fue lenta y tortuosa tanto en la esfera de las ideas como en la de los hechos”, dice Giovanni Sartoti. No menos arduo es el paso del partido a partiditos que tenemos ante los ojos, sobre todo por la falta de articulación interna.
¿Expresan estas divisiones debilidad o fortaleza? ¿Dañan sólo al partido que se escinde o al sistema en su conjunto? La evidencia sugiere que la proliferación de partidos no siempre refleja una genuina diversidad de ideas y propuestas. Para el análisis, resulta crucial determinar la naturaleza de las diferencias y la consistencia de los distintos frentes, discernir entre divisiones reales o artificiales y la solidez de sus vínculos. ¿Subyace una disputa de principios en esta dispersión? En síntesis, el panorama nos muestra una alianza gobernante que redefine su composición pero mantiene liderazgo y potencial electoral, frente a una disidencia dispersa que, paradójicamente, parece fortalecer la posición del oficialismo. Resulta complejo desentrañar “la intimidad de este mundo en litigio”.
 

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