El espectáculo se desarrolló el sábado pasado ante una platea raleada. Lamentablemente la muy buena propuesta montada en el principal escenario de la ciudad con la organización de la Subsecretaría de Cultura no tuvo el acompañamiento que era de esperar. El precio de las localidades era accesible (10 pesos, con descuentos del 50 por ciento para jubilados y estudiantes), pero así y todo las butacas estuvieron despobladas.
No obstante, la calidez del público disimuló los blancos en las platea. El aplauso extendido, generoso, premió la entrega de los músicos que ratificaron sus pergaminos. La mixtura que se logró fue un obsequio para los amantes de la música.
El charanguista Rolando Goldman se presentó hace pocos días en la misma sala junto a Raúl Malosetti, y en esta segunda oportunidad acompañado por el guitarrista Carlos Alvarez tocó junto con la Orquesta Sinfónica.
El repertorio adaptado para charango, incluyó diversos géneros musicales: gato, bailecito, cueca, carnavalito y vals. Así se escucharon cinco obras de música popular latinoamericana, en arreglos para charango y cuerdas, con acompañamiento de guitarra: “Diablo Suelto” (vals - Venezuela) Autor: Heraclio Fernández, “Laurel” (bailecito - Argentina) Autor: Juan Falú, “De la Raíz a la Copa” (gato - Argentina) Autor: Juan Falú, “La Bolivianita” (cueca -Bolivia) Anónimo, y “Carnavalito del Duende” (carnavalito - Argentina) Autor: Gustavo ‘Cuchi‘ Leguizamón.
Goldman, que comenzó a tocar a los 12 años, es profesor en la cátedra de charango en el Conservatorio “Manuel de Falla”, de Buenos Aires y su libro donde explica las técnicas de estudio va por la cuarta edición.
De amplia actuación como intérprete, docente y autor de libros para la enseñanza del instrumento fue fundador e integrante del conjunto musical “Viracocha”, entre 1980 y 1985 y desde 1986 en adelante fundó e integró: “Int-Sumaj”, “Huancara”, “Coqueta”, “Runa”.
Es un solista con presentaciones en la Argentina en ámbitos como los teatros Colón, General San Martín, Coliseo, Luna Park, Griego de Córdoba, entre otros, mientras que en el exterior actuó en Francia, Holanda, Italia, Bolivia, Inglaterra, España e Israel.
En su segunda visita a Corrientes pulsó las cuerdas junto a la Sinfónica (con la batuta de Héctor Ruiz) una conjunción sublime que sólo se puede lograr en el lenguaje de la música.