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Alejandro Abelenda, un correntino en el elenco de “El secreto de sus ojos”

Por El Litoral

Sabado, 19 de septiembre de 2009 a las 21:00
Alejandro junto a Ricardo Darín, con quien filmó la película más taquillera de la Argentina.
Buenas críticas ha despertado en los espectadores (más de un millón), la película “El secreto de sus ojos”, reciente y exitosa producción que convoca a la dupla Campanella-Darín. A saber, Juan José como director, Ricar-do como protagonista en pareja con Soledad Villamil.
Además de exhibirse el film en las salas de todo el país, la repercusión internacional llegó hasta el Festival de Cine de San Sebastián donde se presentó en la sección oficial fuera de concurso y el 25 por la noche, se conocerá si está entre las convocadas para el máximo galardón: los premios Oscar.
Acostumbrados a esta fama que no es “puro cuento” están los que componen el elenco, pero hay en el grupo un joven que no sale de su asombro. Alejandro Abelenda, de él se tra-ta, es correntino, tiene 21 años y hace tres que vive en Buenos Aires a donde llegó para estudiar dirección de cine en el Instituto Universitario Nacional de Arte.
Para abreviar la introducción a esta historia en tres pasos, diría que Alejandro se presentó a un casting, luego de la se-lección se entrevistó con Campanella y acto seguido estuvo en el set de filmación de “El secreto de sus ojos”.
Pero mejor que lo cuente él: “Terminé el secundario en el colegio Yapeyú y me vine a vivir a Buenos Aires a estudiar dirección de cine en el Iuna. Dos años más tarde, comencé la carrera de publicidad y de actuación con Raúl Serrano en la Escuela de Teatro Buenos Aires. Hoy lo tengo al mismo Serrano como profesor”, señala en charla con El Litoral.
Si se remite a sus comienzos, el primer escalón (o escenario) lo pisó a los ocho años en el taller “Bambalinas” dirigido por su madre, Silvia Rivero, también actriz, como antes lo fue su abuela, Amparo Iñiguez.
“Esos años en Bambalinas definieron mi vocación, cada maestro de teatro aporta mucho para la formación de un ac-tor, uno se va moldeando y ganando en experiencia, la cual es fundamental para trabajar como actor”.
“Mi objetivo era actuar, comencé haciendo publicidades para distintos países, entre ellas Fanta (España), Tigo (La-tinoamérica), Sprite (Argentina), CTI (Argentina), Ray ban (gráfica para todo el mundo). El cine es diferente, la sensación es indescriptible”, agrega antes de adentrarse en el tema.
“El director Campanella pidió a través de su productora, actores jóvenes para un papel de la nueva película. La agencia que me representa, envió fotos de mi book y un llamado telefónico anunció mi nombre para la audicionar. El casting lo tuve que hacer de traje y corbata (risas) me dieron una escena para que la lleve preparada. Pasé cuatro veces la escena ante Walter Rippel y me fui. Al mes y medio me llamó la producción para decirme que a Campanella le había gustado mi audición y que tendría una reunión con él. Finalmente lo conocí, imagínate, fue increíble, Campanella es un grande de verdad y su trato fue de mucha cordialidad. Cuando tuve el guión entero de la película fue el momento en el que me di cuenta de que estaba adentro. Después de tanto tiempo de trabajar en publicidad, entrar en el mundo del cine, en el cual el trato es más especifico y delicado, fue fantástico”.
“Las escenas en las que participo fueron filmadas en Tri-bunales; era raro ver como una mega producción se movía por un edificio tan concurrido. Ni bien llegué a la locación después de saludar al equipo técnico pasé por vestuario, maquillaje y peinado para acoplarme con el elenco. Estaba muy nervioso ya que no había visto ningún decorado y ni siquiera una cámara, todo fue muy rápido. Hasta que llegué al set donde ensayamos un par de veces las escenas, fue una experiencia única. Campanella, Darín y Villamil con quienes me tocó trabajar, son personas muy humildes pese a sus grandes trayectorias, Campanella tiene la capacidad de ir corrigiendo, toma a toma, cosas específicas que ayudan mu-cho al actor. Eso que dicen, que Campanella hace invisible la cámara, es verdad. Es increíble, además, ver como se complementan el director y el protagonista (Ricardo Darín) ha-bía mucho consenso en las decisiones que se tomaban en el rodaje. Darín nunca pierde el sentido del humor. Cuando salimos de vestuario atravesamos la plaza de Tribunales juntos para ir al set, me acuerdo que la gente lo miraba y no podían creer estar viéndolo y yo mucho menos”, sonríe.
En la película, Alejandro Abelenda es Mariano, el secretario de Irene (Soledad Villamil) en Tribunales. Las escenas específicas transcurren en el presente del relato, ya que se-gún contó, la película se mueve entre este tiempo actual y el año 1974.
“El secreto de sus ojos” está basado en la novela “La pregunta de sus ojos” de Eduardo Sacheri. Hace diez años que Campanella y Darín trabajan juntos, desde “El mismo amor, la misma lluvia”. También coincidieron en “El hijo de la no-via” y “Luna de Avellaneda”. El destino dirá dónde y cuando se volverán a cruzar el director y el correntino Abelenda.
Mientras, las propuestas laborales ya aparecieron aunque sin resolución definitiva.
“De a poco las puertas se van abriendo y eso me motiva a seguir estudiando y formándome para seguir con mi carrera”, agrega Alejandro. “Venir a Buenos Aires fue difícil, de-jar mi casa, familia y amigos a los 17 años no es algo que sucede todos los días. Con el paso del tiempo, de los logros y los fracasos, uno va focalizando cada vez más para saber qué es lo que realmente quiere hacer. Me gusta mucho la dirección de cine (tercer año de la carrera) y hacia allí apuntan mis proyectos”.
Lejos del set, pero siempre de cara al público, Alejandro se divierte con otro emprendimiento artístico. “El año pasado me junté con dos amigos, también correntinos, Mariano Martín Melesi y Octavio Meza Liotti que tienen la banda de música “Dulce de mamón”. Hicimos el DVD de su nuevo dis-co ‘Delirios de un pendejo‘. Me pidieron que dirigiera los videoclips de cuatro temas, nos pusimos un deadline y en tres meses los filmamos”.
La vida profesional se puso en marcha sin secretos para Alejandro Abelenda.

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