Los que están de festejos por 43 años ininterrumpidos de actuación son “Los Janeiros”, pioneros de la música tropical correntina, con su creador José Martín “el Negro” González en teclados, Carlos Piragini en bajo y voz, Horacio Antonio Brites, primera voz y guitarra y Juan Carlos “Cebolla” Centurión en percusión. Si bien los integrantes se fueron renovando, el estilo cambió y pasó de tropical a melódico y baladista, lo que se mantuvo intacto fue el germen inicial: volcar la música sobre la pista de baile para divertir a la gente y convertir el espacio momento-noche en un apunte más.
El sábado 18 en el Club Juventus, “Los Janeiros” harán de anfitriones y los invitados desfilarán cantando, como corresponde. Estará el grupo “Galaxia” con su voz original, el tucumano Rafael González; del Chaco llegan “Lito y sus imperiales” y con aporte local, Ariel Banana y su conjunto “Los vecinos”; Pablo Rojas, entre otros.
En su visita a El Litoral, los cuatro “janeiros” se jactan de seguir cantando al amor y a la vida como verdaderos “vicios”, sin ánimo de comparar pero inevitable a la vez con las métricas de ahora en los compuestos musicales.
Recuerdan las presentaciones en Buenos Aires dos veces por año en “El terremoto”, “Fantástico” y “Tropitango” de Constitución. Si miran un poco más atrás se ven viajando en el colectivo Ford 7.000 y esas producciones con el “Flaco” Juan Carlos Cosarinsky como conductor, la grabación de 14 discos entre pasta (4) y compactos (10), las giras por el interior de la provincia y en Chaco, Formosa y Misiones.
Desde el ‘80 para acá, el grupo se agenció de éxitos tales como “La chica de celeste”, “Salí, muchacha, salí” y “La encontré en primavera”, tres que sonarán en apenas días, cuando a las 22 se abran las puertas del festejo y entre el recuerdo pidiendo pista.
El “Negro” González dice que su primer teclado se lo compró a “Pocho” Roch, líder de la banda “The Pockers” (que hacía música beat) y la convivencia era sin competencia entre “Mate amargo”, “Los rebeldes”, “Dandy Boys”, Carlitos Bussi, con el que siguen formalmente por esta trocha angosta que eligieron sin equivocarse.
Si hay un motivo para celebrar es este de permanecer y la primavera es una buena excusa, como lo fue en el ‘67, cuando todo estaba por comenzar.