JUAN MANUEL LAPROVITTA
DE LA REDACCION
Afuera de un domicilio de Buenos Aires, atraparon el sábado por la tarde al teniente Leopoldo Norberto Cao, quien estaba prófugo desde el 26 de mayo e imputado por crímenes de la dictadura en el juicio que investiga desapariciones y torturas en centros clandestinos de detención de Goya. Se aguarda para hoy una agilización de los trámites judiciales para trasladarlo a Corrientes y continuar el proceso en su contra, que tiene fecha de debate este miércoles.
Una comisión de la Policía de Seguridad Aeroportuaria finalmente el sábado por la tarde dio con el teniente Cao, quien fue abordado en inmediaciones de un domicilio particular. Los pesquizas seguían las pistas del represor en torno a dos casas de Buenos Aires, luego de que hace dos semanas se allanara con resultados negativos el departamento en el que vivía.
Su nuevo alojamiento es una dependencia policial, donde aguarda que el juzgado que lo tiene a su cargo reciba el exhorto del Tribunal Federal presidido por Víctor Alonso, para efectuar su traslado a la sala juzgadora de esta capital.
En mayo, primero la Corte Suprema de Justicia y después un tribunal de casación penal, revirtieron la excarcelación que gozaba el teniente del Ejército, pero se fugó antes de que las medidas fueran notificadas al tribunal correntino. Cumplió así, 16 días como prófugo y delcarado en rebeldía por los magistrados.
Ahora, deberá comparecer ante los jueces y ser detenido en esta parte del país, tal vez, junto a sus compañeros de banquillo, que también disfrutaban de la libertad en pleno proceso pero que ahora los abogados que actúan en el caso descuentan que permanecerán en prisión hasta la sentencia.
“Por sentido común, el tribunal debería mantenerlos en prisión hasta el final del juicio”, razonó ayer en contacto con El Litoral el abogado querellante Juan Felipe Rajoy. Hoy, parte de la querella, que integran familiares de las víctimas, la asociación Memoria, Derechos Humanos y Solidaridad (Medehs) y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, se reunirá para analizar la posibilidad de hacer una presentación formal ante los jueces y requerir medidas para garantizar la continuidad del juicio.
Debido a la fuga de Cao, y con la intención de no separarlo del juicio, el tribunal aguardó su captura y debió postergar 5 audiencias en las que se pusieron en compás de espera rondas testimoniales con aproximadamente una veintena de testigos. De acuerdo con la estimación que hizo ayer un funcionario de la Justicia Federal, el proceso continuará con la reprogramación de las convocatorias.
No descartó incluso que este miércoles se incorporen pruebas documentales -ya que no se citaron testigos- y que posteriormente haya jornadas intensivas en Goya. Es que allí reside la mayor parte de los testigos víctimas y la intención de los funcionarios es favorecer las condiciones de comparecencia para agilizar las instancias pendientes.
Los contratiempos generados por la fuga de Cao fueron muchos y marcaron en Corrientes un precedente pésimo: de los más de 60 represores prófugos en el país, fue la primera vez que uno evade la Justicia en pleno desarrollo de un juicio en su contra. Y vale incluir en los elementos de análisis el hecho de que el tribunal correntino no haya dispuesto la detención de los imputados en el inicio de la causa.
DE LA REDACCION
Afuera de un domicilio de Buenos Aires, atraparon el sábado por la tarde al teniente Leopoldo Norberto Cao, quien estaba prófugo desde el 26 de mayo e imputado por crímenes de la dictadura en el juicio que investiga desapariciones y torturas en centros clandestinos de detención de Goya. Se aguarda para hoy una agilización de los trámites judiciales para trasladarlo a Corrientes y continuar el proceso en su contra, que tiene fecha de debate este miércoles.
Una comisión de la Policía de Seguridad Aeroportuaria finalmente el sábado por la tarde dio con el teniente Cao, quien fue abordado en inmediaciones de un domicilio particular. Los pesquizas seguían las pistas del represor en torno a dos casas de Buenos Aires, luego de que hace dos semanas se allanara con resultados negativos el departamento en el que vivía.
Su nuevo alojamiento es una dependencia policial, donde aguarda que el juzgado que lo tiene a su cargo reciba el exhorto del Tribunal Federal presidido por Víctor Alonso, para efectuar su traslado a la sala juzgadora de esta capital.
En mayo, primero la Corte Suprema de Justicia y después un tribunal de casación penal, revirtieron la excarcelación que gozaba el teniente del Ejército, pero se fugó antes de que las medidas fueran notificadas al tribunal correntino. Cumplió así, 16 días como prófugo y delcarado en rebeldía por los magistrados.
Ahora, deberá comparecer ante los jueces y ser detenido en esta parte del país, tal vez, junto a sus compañeros de banquillo, que también disfrutaban de la libertad en pleno proceso pero que ahora los abogados que actúan en el caso descuentan que permanecerán en prisión hasta la sentencia.
“Por sentido común, el tribunal debería mantenerlos en prisión hasta el final del juicio”, razonó ayer en contacto con El Litoral el abogado querellante Juan Felipe Rajoy. Hoy, parte de la querella, que integran familiares de las víctimas, la asociación Memoria, Derechos Humanos y Solidaridad (Medehs) y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, se reunirá para analizar la posibilidad de hacer una presentación formal ante los jueces y requerir medidas para garantizar la continuidad del juicio.
Debido a la fuga de Cao, y con la intención de no separarlo del juicio, el tribunal aguardó su captura y debió postergar 5 audiencias en las que se pusieron en compás de espera rondas testimoniales con aproximadamente una veintena de testigos. De acuerdo con la estimación que hizo ayer un funcionario de la Justicia Federal, el proceso continuará con la reprogramación de las convocatorias.
No descartó incluso que este miércoles se incorporen pruebas documentales -ya que no se citaron testigos- y que posteriormente haya jornadas intensivas en Goya. Es que allí reside la mayor parte de los testigos víctimas y la intención de los funcionarios es favorecer las condiciones de comparecencia para agilizar las instancias pendientes.
Los contratiempos generados por la fuga de Cao fueron muchos y marcaron en Corrientes un precedente pésimo: de los más de 60 represores prófugos en el país, fue la primera vez que uno evade la Justicia en pleno desarrollo de un juicio en su contra. Y vale incluir en los elementos de análisis el hecho de que el tribunal correntino no haya dispuesto la detención de los imputados en el inicio de la causa.
