Por Moni Munilla
El Teatro “Juan de Vera” celebra este año el centenario de la inauguración del nuevo edificio que, ubicado sobre la calle San Juan al 600, alzó por primera vez el telón el 25 de Mayo de 1913. Otra era la fisonomía de nuestra ciudad entonces y otro el movimiento de la vecindad, con las familias festejando la incorporación del Teatro a sus encuentros sociales.
Ilustres vecinos eran el Gobernador de la Provincia, Doctor Juan Ramón Vidal y su esposa, Doña Eloísa Torrent de Vidal, quien en su testamento y cumpliendo la voluntad de su esposo una vez fallecido, en 1958 dona la casa de San Juan 634 con la condición de crear un Museo que perpetúe su nombre. El 31 de marzo de 1963, se inaugura el actual Museo de Bellas Artes “Doctor Juan Ramón Vidal”.
Pero, miremos un poco más hacia el pasado, hacia el año 1936, cuando gobernaba Corrientes, Juan Francisco Torrent, sobrino de Juan Ramón y de Eloísa, casi diría, un hijo en el sentimiento de la pareja que no alcanzó a engendrar descendencia directa.
Juan Francisco, junto a su esposa María del Rosario Corrales y sus ocho hijos, vivía en la casa ubicada en 9 de Julio y Córdoba (donde hoy se alza el edificio del Banco de la Nación Argentina). A su muerte, acaecida en el año 1945, la familia se traslada a la casa de San Juan 642 por un pedido especial de Eloísa Torrent, quien pedía tener cerca a sus sobrinos. Esta historia de vida, que eslabona los nombres y los momentos de todo cuanto sucedió, viene con el relato que conmigo comparte María Adela Torrent, heredera de ese inmueble que en la actualidad ocupa junto con parte de su familia.
Adelita, como se la conoce, es la vecina más antigua del Teatro Vera y desde la puerta de su casa, ha visto desfilar a los artistas más consagrados, como Maia Plisetskaya y recientemente el tenor español José Carreras. Recuerda a los famosos protagonistas de radioteatros que luego subían al escenario del Vera, precedidos por largas filas de fanáticos que en el acceso pugnaban por conseguir un autógrafo. Tiene y como no, su costado de admiradora y confiesa que logró sacarse una foto con uno de los galanes de los ‘70, Rodolfo Bebán, que llegó a actuar con la obra “Un guapo del 900”.
“Mamatía, como llamábamos a tía Eloísa Torrent, hermana de mi padre, era muy cariñosa con nosotros, con ella almorzábamos todos los días y la acompañábamos a sus visitas de caridad, era una gran benefactora e integraba comisiones y presidencias de las distintas fundaciones que estaban surgiendo en Corrientes. Le gustaba tener todo a su alcance, jamás levantaba la voz, pero después hacía las cosas como quería. Iba de un lado para el otro, siempre con vocación de servicio. Viajaba en auto con chofer, Acosta era el apellido del señor, y sus salidas invariablemente incluían algún acto escolar para entregar medallas de oro en nombre de tío Juan Ramón. Hubiese sido una gran estadista”, comenta Adelita.
“Tenía dos criadas, Angélica y Lidia, a quienes educó con clases particulares que una directora de escuela venía a dar a su casa. Al morir, le dejó una propiedad a cada una; generosa a manos llenas, Eloísa Torrent dio y también recibió mucho amor. Instaló un taller de costura al que asistían las damas correntinas, donó lo que es hoy la “Casa Don Bosco” para los chicos de la calle, por Carlos Pellegrini y como parte del Colegio Salesiano. El Museo Vidal, fue su casa y nuestro patio de juegos. En cada habitación hay un pedacito de mi infancia y de mis hermanos.
Cierto, en esta cuadra se han instalado ahora muchos negocios, las familias originales ya no están, los Balbastro, los Márquez, los Blugerman que tenían en la esquina la librería ‘Mariano Moreno’ (en Carlos Pellegrini y San Juan), queda una nueva generación de los Chamorro, pero para mí, esta sigue siendo la casa grande, que atesora un sin fín de recuerdos”.
Adelita Torrent, se casó muy joven con el doctor Ernesto Nicasio Valentín Amadey, fallecido en el año 1980. Es la mamá de Rómulo Ernesto, María Adela (que vive en Palma de Mallorca, España), María Teresa, Eduardo Leopoldo (también en España), Francisco José, Juan Ignacio, Javier Antonio y Juan Gabriel Amadey Torrent. Es abuela de 23 nietos y bisabuela de dos pequeños. Experta en respostería y en maquillaje, por sus hábiles manos hemos pasado las amigas de sus hijas “Ratón” y Tere, para recibir en nuestra adolescencia, la calidez de su trato, y a todas nos ha brindado su compañía y su consejo de madre, su acogida afectuosa en el gran “palomar” de la calle San Juan 642.
“Estoy orgullosa de haber custodiado el Teatro Vera, durante casi 65 años. Es una hermosa sala, el edificio está regio luego de la última refacción, lo pusieron a nuevo y da gusto visitarlo. Es curioso, pero veo pasar su historia desde una butaca privilegiada, sin moverme de mi casa”, dice sonriendo.
Estamos próximos a culminar el año de festejos por el centenario del Teatro “Juan de Vera”. Mañana, celebramos el Día de la Madre. En esta columna, ambas fechas se unen en el deseo de felicidad.