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Biodanza, la terapia alternativa que es furor en el mundo

Por El Litoral

Jueves, 13 de junio de 2013 a las 01:00
La biodanza o danza de la vida es una terapia que propicia la integración, la renovación orgánica, la reeducación afectiva y el reaprendizaje de las funciones originarias de la vida, a través de la música y el movimiento. Nació en los años 60 de la mano del chileno Rolando Toro Araneda, pero se instaló en Corrientes hace poco tiempo. “Hace cinco años doy clases y cada vez es mayor el número de personas que elige sumarse a esta tendencia saludable”, dijo la facilitadora Laura del Piano.
La vorágine diaria hace que sean cada vez más las personas que recurren a terapias alternativas para tratar de poner un freno al acelere cotidiano y encontrarse consigo mismo. Las propuestas son variadas y muchas tienen bases científicas sólidas.
La biodanza es una de ellas y propone a quienes la practican conocerse a sí mismos a través de la música, el canto, los movimientos y situaciones de grupo. “Las sesiones son grupales, duran dos horas, y se realizan una vez a la semana”, explicó Laura del Piano, quien dicta sus talleres en Amugenal (San Lorenzo 635), miércoles desde las 20 y jueves desde las 21.
Este sistema ofrece beneficios en tres niveles: corporal, orgánico y existencial. En lo corporal, facilita la integración del esquema corporal mediante experiencias de elasticidad, extensión, ímpetu vital, coordinación, equilibrio y fluidez del movimiento, y también percepción táctil-cenestésica, visual cenestésica, cenestésico-musical, y espacial.
Con respecto a lo orgánico, la biodanza promueve el reaprendizaje de la autoregulación respiratoria, los ritmos de actividad y descanso, y la alimentación. Esto restituye y facilita la capacidad orgánica de auto-renovación que se pierde con los altos niveles de ansiedad y estrés.
En cuanto a lo existencial, a través de experiencias de interiorización, se logra el fortalecimiento de la sensación de confianza en sí mismo, y descubrimiento y diálogo interno con las propias potencialidades para la transformación. “La biodanza facilita la apertura a un replanteamiento de proyecto de vida en términos de vocación, pareja y familia, lugar donde se habita, escuchando las voces interiores y adaptándonos sanamente a las inclinaciones colectivas, sin violentar las necesidades individuales”, indicó Del Piano.
Según la facilitadora correntina, la biodanza ofrece ventajas significativas en las escuelas si se trabaja con niños, maestros y representantes. También agiliza y revitaliza corporal y emocionalmente a las personas de la tercera edad, contribuye a la disminución de la violencia y la integración en las comunidades de cualquier tipo. Siempre que las personas tengan un grado de movilidad. Cabe señalar que la biodanza puede ser practicada por personas en sillas de ruedas, personas con alguna dificultad motora, y hasta no videntes.
También pueden ser biodanzantes quienes padecen alguna discapacidad o enfermedades como el Alzheimer. No obstante es fundamental que para asistir a estas clases se requiere voluntad, no se debe participar de manera obligada.

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