Un penal errado, un gol mal anulado por off side y dos jugadas clarísimas que falló, primero para el 1-0 y después para el empate, fueron todas las acciones clave que tuvo el delantero Emmanuel Gigliotti en el primer tiempo del superclásico en el estadio Monumental.
Seguramente ni en sus mejores sueños, el “Puma” imaginó que a los 20 segundos, el árbitro Germán Delfino iba a sancionar un penal y que él iba a ser el ejecutante.
Pero el tiro, anunciado y con poca potencia, se lo atajó el arquero Marcelo Barovero para arrancar un primer tiempo que iba a ser definivamente para el olvido.
Porque Gigliotti, que no iba a jugar si Andrés Chávez llegaba en condiciones físicas, enseguida iba a tener su revancha inmejorable.
Federico Carrizo enganchó de izquierda hacia el centro, sacó el remate que Barovero contuvo a medias, porque el rebote le quedó a Gigliotti, de frente al arco, pero el delantero volvió a perder con “Trapito”.
Después del 1-0 de Leonardo Pisculichi, Boca continuó siendo más punzante que River, y por eso, sobre los 30 minutos, Gigliotti fue nuevamente protagonista.
Tras un rechace, la pelota volvió al área cuando la defensa de River salía, dos jugadores de Boca estaban claramente adelantados, pero el “Puma” quedó en la misma línea que el último hombre “millonario” y definió al ángulo. Sin embargo, el juez de línea Iván Núñez -sí, justo apellidado Núñez- levantó su bandera.
La última de esos primeros 45 minutos para Gigliotti fue más que clara, porque un cabezazo hacia atrás de Ramiro Funes Mori lo dejó cara a cara con Barovero, pero el delantero, algo exigido, se lanzó de palomita para cruzar de palo la pelota, que se fue besando el poste izquierdo.
En el complemento, el tándem Gigliotti-Calleri no funcionó como en el primer tiempo, y por eso quedaron mucho más contenidos por la defensa de River.
Al “Puma” seguramente le costará mucho olvidarse la noche del 27 de noviembre de 2014, cuando tuvo todo para ser héroe y terminó siendo villano.