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Límites al uso de Internet

Por El Litoral

Jueves, 06 de noviembre de 2014 a las 01:00
Nueve de cada diez padres consultados en una encuesta admite que no impone en su hogar reglas sobre el uso de Internet para impedir que sus hijos pequeños queden expuestos al abuso virtual. 
La pedofilia es un delito que no se detiene y gracias al uso que hacen los chicos de las redes sociales los “depredadores sexuales de la red” captan menores para concretar sus oscuras intenciones. 
Los pedófilos utilizan redes sociales, como Facebook o ASK, para abordar a las potenciales víctimas sexuales ya que por las características de la plataforma virtual en la que interactúan -anonimato, fácil implementación de perfiles o identidades falsas- pueden mantenerse impunes.
Sólo en Capital Federal, el 90 por ciento de los padres admite que en su casa no hay reglas de uso de internet, por lo que no controlan con quienes se comunican sus hijos, publicó el Diario Popular.
Rodrigo Bonini, jefe de Gabinete de la Agencia gubernamental de control (AGC), señala que en la Ciudad de Buenos Aires las últimas estadísticas exhiben el nivel de vulnerabilidad de los chicos asociado a la evidente pasividad, falta de diálogo e ignorancia de los padres. 
El 90 por ciento de los padres consultados manifiesta que en su casa no hay reglas de uso de internet; un 56 por ciento acepta conectarse con gente que no conoce personalmente; mientras que el 50% de los padres no conoce el “nick” (apodo) de los contactos de su hijo, y 2 de cada 3 padres desconoce a que red social está suscripto su hijo.
Según especialistas en seguridad informática, actualmente en nuestro país resulta más complejo investigar una red de distribución de imágenes de pornografía infantil que una red de narcotráfico.
Es por este medio que el pedófilo o depredador sexual busca generar el primer contacto con los niños: indaga sobre preferencias y actividades de los chicos, deporte, música, la institución educativa a la que pertenecen y hasta su situación sentimental.
El único fin de esos abusadores es obtener información que les permita agrupar a sus futuras víctimas por edad, gustos o aptitudes para luego producir el ataque sexual o la captación del joven con fines de explotación sexual.
En este contexto, Bonini agrega que “el robo de identidad en la red, la distribución de pornografía infantil, la extorsión, el acoso y el hostigamiento virtual, son las nuevas tendencias del cibercrimen, y se expanden en las redes sociales a pasos agigantados”.
Por otra parte, un importante grupo de adolescentes comete exceso de confianza a la hora de encarar una charla mediante el chat, o cuando decide involucrarse a una red social.
En ese sentido, muchas veces los adolescentes, sobre todo las mujeres, revelan datos como teléfonos, mails, direcciones o fotos a desconocidos, que en ocasiones persiguen fines peligrosos, y eso las puede convertir en presas fáciles.
Así se desprende de una investigación que realizó la agencia Noticias Argentinas al realizar una prueba e involucrarse con una cuenta falsa en la más importante y concurrida red social, de la que cosechó 535 amigos de hasta 22 años, un 75 por ciento de las cuáles eran chicas.
Además, hubo un número importante que rechazó la invitación y mínimos casos que preguntaron quién era el “nuevo” amigo y de dónde se conocían.
Los jóvenes que aceptaron la sugerencia nunca repararon si el nombre y apellido de esa persona era algún conocido, ya que perseguían como objetivo principal cosechar la mayor cantidad de amigos.

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