El mate es lo que más se vende en los puestos de plaza Cabral

 Los feriantes de la plaza Cabral sostienen que uno de los productos que más se comercializa son los mates cuyos precios oscilan entre los $120 a $500 de acuerdo a los detalles y la personalización que se le haga a cada uno de ellos.

En el sector se encuentran, por un lado, los comerciantes ubicados sobre la calle Yrigoyen y por Junín, pero sobre Santa Fe están los artesanos. Ambos sectores venden productos similares.

El Litoral dialogó con ambos sectores a fin de conocer la demanda de los diferentes productos. Miguel, secretario de la Asociación de Artesanos de la plaza Cabral, dijo que “los productos que más se venden son los mates. Su precio varía de acuerdo al trabajo que se efectúe sobre el porongo que es el mismo para todos, lo que varía es el trabajo que se le hace”.

En el puesto se pueden observar diferentes productos de cuero, termeras, mates, cintos, llaveros y en cuanto a la cantidad de familias que elabora esos productos que están a la venta de lunes a sábado comentó que “con nosotros trabajan unas 30 familias, cada una tiene su marca y a su vez la asociación”, aseveró. 

En cuanto a los turistas y sus preferencias comentó que “los primeros  buscan calidad, a diferencia del correntino que busca precio y que el porongo sea chico, por el precio de la yerba. También nos han pedido grabados, como que el producto es un recuerdo de otras provincias, pero nunca preguntamos por qué”, dijo sonriente el artesano. 

“Los días de mayor venta son los fines de semana o durante las vacaciones”,dijo.

También en la plaza se encuentran otros vendedores, que no son artesanos pero comercializan los mismos productos, pero de diferente calidad y en referencia a la venta dijeron que “se vende de todo un poco, pero por nadie compra un equipo completo de mate, una termera nosotros vendemos a $500, mientras que el precio del mate más económico ronda los $200 y es mucha plata”,  dijo una de las comerciantes.

“Los turistas que piden precio son gasoleros, nosotros vemos cómo se preparan sandwiches y comen en la plaza”, dijo otra de las feriantes.

Las feriantes indicaron que  ellas no son artesanas sólo revendedoras, y pueden trabajar porque pagan impuesto y son monotributistas.