Diego Acevedo
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Los caminos de Ximena Pompiani y de Vélez Sarsfield tarde o temprano iban a converger dentro de un campo de juego y ese momento llegó, ya que el elenco velezano se prepara para competir por primera vez en el circuito femenino de AFA y la correntina será una de sus arqueras.
“Xime”, capitalina de 27 años y fanática de la institución de Liniers, hace poco menos de una década se mudó a Buenos Aires para continuar con su formación académica musical –es profesora, su instrumento el saxofón-, y siempre siguió de cerca la vida del club y del fútbol en particular, ya que siendo una niña su familia la asoció en la peña velezana de la región, “El Fortín del Nordeste”.
Además de la música, que es su vocación, desde muy pequeña le interesaron la poesía y los deportes. En Corrientes nadaba para Regatas, y en algunas ocasiones también representó al club de Liniers en el calendario veraniego de Aguas Abiertas; pero hace algunos años decidió que lo suyo es el fútbol, y fue una puerta que se le abrió tímidamente, según recordó: “Cuando comencé a dar mis primeras suplencias de música, mis alumnitas me decían que jugaban al fútbol y ahí me puse a pensar por qué ellas podían y yo no… Antes no había equipos femeninos allá en Corrientes; pero en Buenos Aires empecé a entrenar, a los 23 años me compré mi primera pelota, y por entonces leí una nota inspiradora de Evelina Cabrera (N de R: presidenta de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino), todo eso significó una gran motivación que me llevó a buscar clubes donde aprender y tener la posibilidad de crecer como futbolista”, relató “Xime”.
“Siempre amé al fútbol, desde que veía a Vélez salir campeón y a (José Luis) Chilavert. Con mi papá, y los chicos de la Peña, era un ritual juntarnos a ver los partidos, cantar, compartir y analizar todo. Ahí empecé a amar al fútbol y a Vélez en mi vida. Quería jugar pero no se me daba hasta que en Buenos Aires se me presentó la oportunidad”, recordó.
Ximena vivirá este año su tercera etapa en un club metropolitano de AFA. Entre 2015 y 2017 vistió los colores de Defensores del Chaco, de la localidad de Moreno. Luego continuó hasta julio de 2018 en Comunicaciones y finalmente desembarcó en el elenco de Liniers que dirige Nicolás Gallichio y que desde el segundo semestre competirá en la Primera B.
“Ser arquera es todo un desafío desde lo personal y desde lo deportivo. Además jugar para Vélez potencia todo. Aprendí del puesto, que hay hablar y ordenar al equipo, además de atajar, obvio. Hay que saber comunicarse bien con las compañeras. La concentración es fundamental, estar atentas a las jugadas para responder de la mejor manera y siempre alentar y empujar a mis compañeras”, compartió su mirada del puesto.
Su llegada al arco se dio ante una emergencia en Defensores del Chaco, ya que la arquera titular se lesionó y también la jugadora de campo que habitualmente solía reemplazarla. “Generalmente era suplente y no tenía definido aún mi puesto, porque recién arrancaba y reemplazaba a la que necesitaba salir. Por ese entonces vivía en Floresta, y entrenaba en Moreno, tenía dos horas y media de viaje, aunque siempre llegaba temprano al club. Así que, como una mezcla de que no teníamos arquera y de que llegaba temprano, comencé a entrenar con gente del club y a perfeccionarme, y a mejorar diferentes aspectos del puesto”, recordó.
Si su paso por el equipo de Moreno fue el comienzo y la preparación en el arco (“fue hermoso y divertido, me reía de mis propios errores y disfrutaba un montón”, rememoró), la experiencia en Comunicaciones marcó un progreso en su formación, y también las primeras dificultades a superar, ya que sufrió una lesión en el coxis que la dejó fuera de las canchas por siete meses. En febrero del año pasado retomó los entrenamientos y en el segundo semestre se presentó la oportunidad de unir a dos de sus pasiones, el fútbol y Vélez: “No tenían arquera, me necesitaban, fui a probarme y sumarme al equipo. Fue una cosa de no creer, de ahí en más todo se fue por las nubes. Me empecé a despedir de Comunicaciones y en poco tiempo ya estaba entrenando con el equipo. Cuando jugué en el estadio José Amalfitani fue un mar de lágrimas, fue increíble”.
“Comenzamos el equipo con diez jugadoras y hoy somos como ochenta”, celebró. La decisión de la dirigencia de incluir al fútbol femenino se hizo eco de un pedido largamente postergado en el club de Liniers. “La nueva comisión tenía como promesa comenzar con la actividad. Nosotras aclamábamos hace tiempo por un Vélez con fútbol femenino”, resaltó. Ximena es socia de la institución, compitió en el equipo de natación, bailó en la murga “Fortineros de Corazón”, y siempre que pudo colaboró con el club, ya que desde los 18 años vive en Buenos Aires (actualmente en Castelar).
El vínculo y la identificación con Vélez es tan fuerte que a su fiesta de 15 años ingresó vestida con los colores de la institución. Y por si esto fuera poco, hace un par de años la celebración de su boda tuvo lugar en el mismísimo estadio Amalfitani. “Lo del casamiento fue muy emocionante, le dije a mi marido me quiero casar en la cancha de Vélez”, recordó.
“En mi primer partido en la villa olímpica pasó un tsunami por dentro mío, por suerte pude tranquilizarme y hasta atajé un penal. Después, poder jugar en el estadio principal fue increíble, fue mi papá a verme de sorpresa, estoy viviendo emociones muy fuertes”. Y las que se vendrán...
(*): Entrevista realizada con testimonios vertidos por Pompiani a El Litoral y los portales Diario La Futbolista y Rincón de Fútbol.
SU PERFIL MUSICAL Y POETICO
Ximena es profesora de música en un Jardín de Infantes de Hurlingham y además dicta clases de saxofón. Sigue perfeccionándose como estudiante en la Licenciatura en Artes Musicales en la UNA.
“En las tribunas, que escuchás de todo, le han cambiado la letra a infinidad de canciones para ser adaptadas a las canchas, sumado a la percusión, las canciones de cancha son todo un arte. Hay un lazo cultural entre el fútbol y la música en nuestro país”, aportó su mirada.
Su costado artístico también la llevó a escribir un libro de poesías en 2012, titulado “Un golazo al corazón”, que tuvo dos presentaciones en Corrientes y Buenos Aires.
“Escribo desde chica. Me encanta leer y escribir. A los 14 años empecé un taller literario en Corrientes. Son 24 poemas relacionados con el amor y el fútbol”, reseñó. “Gambetéale a la luna y muestra lo mejor de vos”, dice uno de sus versos.