Por Juan Carlos Raffo
Corría el año 1837... y elegían gobernador de Corrientes a Genaro Berón de Astrada. El Congreso Provincial se reunió ante la muerte del gobernador Atienza, ocurrida el 2 de diciembre y se reorganizó desplazando de su seno a varios “federales”.
Una vez apartados los amigos de Rosas del cuerpo legislativo, esta institución accionó su condición de colegio electoral y eligió gobernador de Corrientes al teniente coronel Genaro Berón de Astrada.
El nuevo gobernador asumió interinamente el 12 de diciembre y como titular al año siguiente, es decir el 15 de enero de 1838. De Berón de Astrada dice Mantilla: “pertenecía al grupo joven, que sin desconocer los títulos y méritos de Pedro Ferré, no aceptaba su predominio, ni tampoco la sumisión creada por la política de Atienza. Fue preferido por ser el militar con más alta graduación y porque despertaba esperanzas entre las familias cultas y antiguas. De recomendables cualidades personales, bastante inteligente, no escaso de conocimientos, estimado por sus compañeros de armas, conocedor de la provincia, de carácter accesible y prudente”.
A pesar de haber hombres más representativos que Berón de Astrada se consideró peligroso nombrar a algunos de ellos, por no contar con las simpatías de Rosas y existir la probabilidad de un golpe por parte de éste. Berón de Astrada era un hombre nuevo en el escenario político y se suponía que no sería objetado por el hombre fuerte de la Confederación Argentina.
Los unitarios, federales y rosistas de la provincia, sin distinciones, subestimaron al nuevo gobernador y creyeron que podrían inclinarlo a sus respectivos bandos llegado el momento, pero no hay dudas de que se equivocaron, pues el hombre era inteligente y orientaría la política de su gobierno según las conveniencias de la provincia, sin someterse a influencias ajenas.