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Trabajadores de la economía popular y el desafío de mantenerse en un contexto de crisis

A través del método cooperativista y asociativista, miles de correntinos nucleados en la CTEP, logran reinvindicar su fuente de trabajo y generar ingresos básicos que los complementan con programas sociales de inclusión. En esta nota cuentan cómo se organizan y lo difícil que es sostener la estructura en lo que según el INDEC, es el aglomerado urbano más pobre del país.

Por El Litoral

Viernes, 12 de abril de 2019 a las 04:01
En las instalaciones de El Litoral, los referentes comentaron sobre el trabajo que llevan dentro de la organización.
Con diez comedores en capital y siete en el interior, el desafío es no aumentar la olla sino sostener los espacios que están funcionando.
Producción propia. De esta forma se brinda la asistencia a las familias que necesitan pero también trabajo a través de un sector de panadería o gastronomía.

En un momento de crisis, desempleo y pobreza, las y los trabajadores informales, crecen cada vez más en Corrientes.  Nucleados en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que está conformada por ocho organizaciones sociales, cerca de 40 mil personas buscan dignificar su sector laboral dentro del espacio.

Augusto Frías, secretario General de esta confederación en Corrientes y referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), una de las agrupaciones que es parte de esa estructura, conversó con ellitoral.com.ar sobre el trabajo cotidiano que llevan y cómo se intensificó en los últimos tiempos en un contexto de ajuste y con altos índices de desempleo.

“En Corrientes estamos hace 5 años en este camino. Formalizamos el sindicato a través del trabajo  y de la organización que fuimos generando acá en la capital y en el interior.  Nuestros compañeros son dueños de su trabajo, ellos generan su propio ingreso y se organizan en el conjunto pero también en las personales de disponer de sus tiempos. No tenemos patrón ni patrona. Nos organizamos en cooperativas o unidades productivas”, afirmó Frías.

Desde el espacio, se coordinan dos programas centrales de nación, el Salario Social Complementario y Hacemos Futuro que hoy contempla al Argentina Trabaja y Ellas Hacen, ambos del gobierno anterior.

Se trata de una asistencia de “inclusión”, ya que forman una parte del ingreso de estos trabajadores que lo complementan con las producciones que realizan en las cooperativas o unidades productivas. De esa forma, las familias llegan a un monto básico que, sin embargo, sigue por debajo del valor de la canasta básica que hoy,  ronda los 15 mil pesos, según comentó el referente.

Para él, existe una desactualización en los montos de ambos programas que hoy es de 7 mil o 6500 pesos. “La inflación va licuando nuestros ingresos. Lo que se cobra hoy era la mitad de la canasta básica de hace dos años que rondaba los 10 mil o 11 pesos. Pero hoy que aumentó todo, estamos peleando para que esto se actualice y vaya acorde a la inflación”, dijo.

Entre los trabajadores informales que integran este sindicato, se encuentran los carreros, ladrilleros, recicladores,  malloneros, y también otros que fueron recategorizados como el labor de los comedores ya que, hay personas que trabajan exclusivamente en esos espacios y además producen alimentos para venderlos afuera y generar más ingresos.

“Nuestras gestiones siempre va en contra de los intereses de los gobiernos. Porque empoderamos a la gente que siempre fue más vulnerable, más utilizada, más golpeada. La realidad es que los trabajadores formales, que cada día pierden su trabajo, vienen a nuestro sector. Nosotros buscamos dignificar nuestra gente y que gocen de obra social y cobertura médica”, afirmó el referente.

En cuanto a la relación que tiene la organización con el Gobierno Provincial, Frías explicó que ambos son entes ejecutoras y esto quiere decir, que como CTEP, concentran los programas sociales y de empleo. De esta manera se ocupan de garantizar la organización en unidades productivas o cooperativas y entablar el diálogo con los gobiernos y facilitar las mejoras para el sector.

“Ahora estamos gestionando obras y refacciones para los comedores. También herramientas para que los carreros puedan mejorar su carro o tener una indumentaria adecuada ya que están muy expuestos”, expresó.

Asimismo cuestionó los requisitos que este Gobierno Nacional pone a los programas que cada vez hace más difícil poder accederlos. Los mismos van desde problemas burocráticos para obtener un turno en el Anses,  hasta historias clínicas muy costosas:

“Requieren de terminalidad de estudio con el plan Fines que en capital está saturado, trabajar y hacer talleres de oficios o capacitaciones para obtener el certificado CEFI. Si nuestros compañeros y compañeras ya tienen su rubro es como que los sacan de su lugar para sentarlos en algún local a hacer otro oficio” , afirmó el secretario General.

El referente cree que se trata de “trabas” para “someter más a la gente vulnerada y pobre” que debe dejar su labor para cumplir con esta agenda.

Comedores: una demanda cada vez más insostenible

Desde los inicios del 2018 a la actualidad, la organización pasó de tener cuatro comedores  diez en capital y ocho en el interior provincial. Los mismos se encuentran en el barrio La Olla, Patono, Río Paraná, Mendoza al Sur, Bañado Norte, Molina Punta, Sol de Mayo, Seminario y Lomas. En tanto en el interior, abrieron tres comedores en Bella Vista, dos en Saladas, uno en Concepción y otro en Lavalle.

Vanesa Iglesias, referente del área sociocomunitaria del MTE, explicó que algunos brindan desayuno, almuerzo, merienda y cena. Otros solo almuerzos y meriendas.

A los mismos acuden entre 100 y 350 personas. Algunos comen allí y otros van a sus casas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

Según comentó Iglesias, antes recibían ayuda del Gobierno Nacional pero las raciones bajaron del 100 al 40%. En tanto desde la Provincia, no reciben mercadería hace aproximadamente cinco meses, motivo por el cual ahora sólo se sostienen con las donaciones que a nivel nacional recibe la CTEP.

En consonancia, Frías explicó que el desafío de ahora es “no aumentar la olla” ya que los espacios que organizan están saturados. “No tenemos para hacer más comida. Hoy tenemos que asegurarnos de cómo mantenemos las que podemos hacer. Si nos cortan los recursos no nos queda otra que amañarnos con lo que tenemos”, expresó.

Siguiendo la estructura de la Confederación, cuentan con una unidad productiva en cada comedor. De esta forma se brinda la asistencia a las familias que necesitan pero también trabajo a través de un sector de panadería o gastronomía donde elaboran productos que luego se consumen allí y además se comercializa en otros lugares.

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