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/Ellitoral.com.ar/ Ciudad

La abuela Pitu, medio siglo leyendo El Litoral

Elida Dacunda de Mariño lee El Litoral desde el primer día. Ahora, a los 94 años, el decano de la prensa correntina es una ventana al mundo que la mantiene informada sobre los acontecimientos locales, nacionales e internacionales. 

"Soy de El Litoral desde el primer día", dice la abuela "Pitu" con un ejemplar del diario cincuentenario sobre la mesa. "Cuando se fundó yo empecé a comprar porque conocía a Juan Romero, que venía de una familia conocida y es sanluiseño como yo", recuerda doña Elida Dacunda de Mariño.

Sentada en su casa del barrio Mil Viviendas recibió a El Litoral para rememorar aquellos primeros años de lectura de este diario. "En aquel tiempo yo vivía por Belgrano y la editora estaba por la misma calle, pero a mí me llevaba el diario mi canillita", expresó y recordó que "una de mis hijas me contó que mi canillita se recibió de abogado. Era alumno de la Misericordia, se recibió ahí, después fue papá y tuvo sus hijas ahí. Vendiendo El Litoral se hizo abogado. Eso hay que divulgar porque los chicos de la calle creen que no van a ser nada y eso no es así", reflexionó la abuela.

Sin embargo, su condición de sanluiseña la obliga a contar una anécdota. "Mi marido, Francisco "Paco" Mariño muere el 3 de agosto de 1958 y todos los años saco el recordatorio en el diario, no me olvido nunca. La primera vez que fui a publicar el recordatorio, en el año 60, Juan Romero me reconoce y no quiso cobrarme la publicación. Siempre me acuerdo de eso porque fue una demostración de generosidad que me quedó grabada", agregó doña Pituta.

"Leo El Litoral porque es serio, es veraz, nunca hay una mala palabra en todo lo que se escribe, cuidan el estilo", explicó la abuela cuando se le preguntó por qué elegía todos los días este matutino para informarse. En ese momento recordó a don Gabriel Feris, "que era el periodista y uno de los pilares en esos primeros años. Lo conocí a don Gabriel porque fui maestra particular de sus hijas", recordó. Así, desde el martes 3 de mayo de 1960, la abuela Pitu -como le dicen cariñosamente- recibe El Litoral en su domicilio y desde ese día es una lectora fiel. En los últimos meses, se mudó y vive con la familia de uno de sus hijos. "Me levanto a las 8,30 más o menos, me baño y cuando vengo acá (por el comedor) tengo preparada la mesa con el desayuno y el diario está ahí, así que leo tranquila mientras desayuno. A las 10,30 viene una kinesióloga que me atiende", detalla la mujer de 94 años.

"Lo primero que leo es la tapa, después la contratapa y luego los fúnebres", detalla la abuela mientras toma un ejemplar y reconstruye el ritual que repite a diario. "Quiero que ustedes me digan porque creo que no soy la única que lee los fúnebres, creo que somos muchos los que estamos interesados en esa información, no?", consulta con un poco de timidez, confirmando en el mismo acto algo que se sostiene a menudo, por comentarios similares: “Si no te morís en El Litoral, no estás oficialmente muerto”.

"Después de leer los fúnebres leo el sumario que tiene ahora y me encanta", señaló la mujer. En ese momento contó que le interesan las noticias que involucran a los docentes. "Con el tema de los maestros sufro porque a nosotros nunca se nos ocurrió hacer un paro. No sabíamos qué significaba hacer una huelga porque siempre los chicos estaban primero", recordó doña Pitu.

Ese espíritu docente también lo trasladó a sus hijos y nietos. Cuando apareció El Litoralito, rápidamente se dio cuenta que era un material para ser guardado y coleccionado pues "allí hay cosas muy nuestras, efemérides locales y aparecen personajes que no están en los manuales que mandan de Buenos Aires, como el "Tamborcito de Tacuarí", ejemplificó en su carácter de ex docente.

"Ahora son mis hijas las que les guardan El Litoralito a sus nietos", cuenta, al momento que confiesa también que le interesan las noticias deportivas. "Soy la abuela de los yudocas Mariño Rey y siempre les guardo los recortes de las notas que sacan sobre ellos. Además, ellos me llaman y me dicen “abuela, guardame el diario o recortame tal nota'", remarcó la fiel lectora.

Casi al final de la charla reconoció que "la política también me gusta. Soy radical como todos los Mariño pero no de esas que no reconocen los errores o los aciertos. Yo le voy a aplaudir a los que hacen algo y al sanluiseño también. Y si hacen algo malo, yo no opino. Respeto al sanluiseño, no te digo que voy a aplaudir, pero me callo si es sanluiseño e hizo algo mal, esa es mi colaboración".

A pesar de sus años, la abuela nunca faltó a un acto eleccionario. "Yo voto siempre. En estas últimas estaban por hacerme votar por Fabián Ríos, pero como no firmó el PAF, no señor! No le voté. Hasta ahora estamos sufriendo las consecuencias", reconoció y admitió que "todas las cosas que hago son porque así las siento".

-¿Abuela, recuerda cuál es la publicación que más le impactó o la que le haya causado algún tipo de impresión?

-Las publicaciones de la Cruz de los Milagros es lo que más me gusta siempre.

Hoy, 3 de mayo, además de leer los artículos sobre el Milagro de la Cruz, la abuela Pituta encontrará en El Litoral una nota donde la protagonista es ella. Así, 50 años después, con anécdotas, recuerdos y vivencias, el decano de la prensa escrita en Corrientes puede decir que cosechó lo que sembró, y sigue trabajando para conseguir nuevos frutos en las décadas venideras.Si 

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